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Reportajes

21 de Octubre de 2022

Carolina Rojas Neculhual, autora de “Corazón de Weichan”: “El asesinato de Camilo Catrillanca en un momento fue una especie de tabú entre ellas”

El 14 de noviembre el exGOPE de Carabinero Carlos Alarcón Molina asesinó con tiro en la cabeza a Camilo Catrillanca Marín, un joven padre mapuche perteneciente a la comunidad de Temucuicui. Desde ese día, nada fue lo mismo para las mujeres de la comunidad de Temucuicui. Carolina Rojas Neculhuan, periodista y escritora de origen mapuche, retrata en un relato íntimo y transparente la única opción para sobrevivir después de otra muerte de un mapuche: la resistencia.

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A casi cuatro años de la muerte de Camilo Catrillanca y luego de la condena al excarabinero que lo asesinó, las mujeres mapuche de Temucuicui sienten que nada ha cambiado, cuenta Carolina Rojas Neculhual. La periodista, también autora de “Abandonados: vida y muerte al interior del Sename”, ahonda en las historias de ocho mujeres mapuche que le dan forma a su nuevo libro “Corazón de Weichan” (Planeta, 2022) después de más de una década de reporteo en el Wallmapu.

Pese a lo reservado que suele ser el mundo mapuche para hablar de sus historias propias, Carolina cuenta la cotidianidad, los miedos, las heridas e incluso los sueños de mujeres para las que “la resistencia no es una elección, es la única forma de habitar el Wallmapu”. Entre ellas hay madres, abogadas, defensoras de la naturaleza, algunas que fueron encarceladas e incluso asesinadas como Emilia Bau Herrera. 

“Lo personal es político”

Es sabido que la gente del pueblo Mapuche a veces es un poco reacia a hablar de sus historias de vida por la cosmovisión de colectividad ¿Cómo superaste esta dificultad?

—Yo quería relato íntimo y a las lamgen (hermana, compañera mapuche) les cuesta mucho hablar de sus vidas en términos personales porque lo ven como un rasgo de debilidad, pero principalmente de egoísmo. Ellas son muy valientes y creen fehacientemente en lo colectivo. Para estas mujeres, la resistencia no es una elección, es la única forma de habitar el Wallmapu. Además, su cotidiano es muy doloroso; vivir entre drones, encarcelamiento y persecuciones, versus la dignidad con la que enfrentan esa represión. 

Me imagino que como periodista tienes una visión muy crítica sobre la cobertura del “conflicto” entre el Estado y el pueblo Mapuche ¿Qué reflexiones tienes al respecto?

—Siento que cualquier periodista cubre el Wallmapu sin entender en profundidad las violencias que cruzan el territorio y cómo se habitan ciertos lugares y cuerpos. La mayoría de las veces nosotros (los periodistas) hablamos “por ellos”, por eso para mi era importante dejar que las lamgen hablaran en el libro. Sobre los periodistas, a veces no tenemos tiempo pero nunca tenemos que dejar de ser intelectuales y creo que en ese sentido hemos fallado. Han fallado muchos periodistas porque no se han interiorizado responsablemente en el tema. 

La última historia que narras es la de tu propia madre ¿Cómo es contar una historia de la que también eres parte?

—Quise ser transparente sobre el lugar desde donde escribo. Me pareció un gesto político, porque como decimos las feministas “lo personal es político” y en ese sentido intenté escribirlo con total honestidad. En una entrevista que le hice a Elisa Loncon dijo “todo lo que hacemos los mapuche, lo hacemos en resistencia”, eso me hizo recordar la historia de mi mamá. Por otra parte mi situación de mujer mapuche de ciudad es muy privilegiada y las opresiones que he vivido son periféricas, en relación a lo que ellas han vivido.

“Un miedo muy atávico”

¿Qué significó para las mujeres de la comunidad de Temucuicui la muerte de Camilo Catrillanca?

—En las entrevistas no hubo casi ninguna que no mencionara el asesinato de Camilo Catrillanca, en un momento fue una especie de tabú entre ellas. La misma madre de Catrillanca nunca ha hablado del tema. Creo que uno de los dolores más grandes para estas mujeres, fue su muerte, porque dejó una sombra sobre un miedo muy atávico que es perder un hijo.

En la misma línea de lo que comentas sobre la madre de Camilo Catrillanca, la maternidad es algo muy presente en las historias de tu libro ¿cómo se vive la maternidad “en resistencia”?

—La historia de Vania Queipul retrata muy bien la lucha junto a los hijos. Para ellas era muy importante hablar de su preocupación, a medida de que van creciendo, por la represión, el conflicto con las forestales y los procesos de recuperación. También está la historia de la Ada Huantecol, que se vuelve activista luego que a su hijo, Brandon Hernández, le dispararan. Para ellas el tema de la maternidad es sumamente importante porque es parte de la resistencia.

En otra entrevista explicaste que el título “Corazón de Weichan” tiene relación con el amor ¿Cómo se relaciona con la lucha del pueblo Mapuche? 

—Las mujeres mapuche luchan por la lengua, por la cultura y por la defensa de la tierra y creo que era importante visibilizar eso. Ellas sustentan a sus hijos cuando se quedan solas porque sus maridos son encarcelados. Se desestabiliza, entre otras cosas, la economía de sus hogares. Además, son quienes van a ver a sus presos: padres, tíos, parejas o wentru (esposo, marido) y juntan la plata para sacarlos de la cárcel. Son las que labran la tierra y salen a vender sus verduras. Han construido una historia a través de eso. El amor es una forma de resistencia y en esa resistencia, está la más perseverante de las luchas.

CORAZÓN DE WEICHAN
Historias de vida y resistencia de mujeres mapuche
Carolina Rojas Neculhual
Editorial Planeta
2022

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