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Arte

3 de Noviembre de 2022

Desconfianza, mitos y galerías exclusivas: La apuesta por el arte digital chileno en el metaverso llegó al mundo real

El boom de los NFT a nivel mundial no es ajeno al país: aunque suene contradictorio, el 25 de octubre se inauguró en Santiago Centro una exhibición en un espacio físico dedicada 100% a mostrar arte virtual. La instancia contó con 17 artistas nacionales y extranjeros que presentaron sus diseños artísticos al público a través de pantallas led. Eso sí, lo que se vende en la galería -organizada por Curo.art- no son los propios televisores que proyectan las obras virtuales, sino el derecho de ser dueño del dominio de la misma a través de un certificado NFT. The Clinic, habló con la organización del evento y artistas que se volcaron a probar con los Non-Fungible Token, para entender cómo se desarrolla en Chile, su relación con las criptomonedas y aclarar los rumores de inseguridad o estafas que rodean a esta incipiente rama artística.

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Transcurría el martes 25 de octubre, los relojes marcaban las 17:30 horas y la inauguración de una galería de arte virtual mostraba tintes de éxito 30 minutos antes de comenzar oficialmente. El evento -que culminó el sábado 29 de este mes– fue organizado por Rocío Bravo, fundadora de Curo.art, galería física y marketplace virtual de NFT chileno.

“La idea es sacar las obras que están en el metaverso al mundo real, para generar los puentes entre la gente que no está metida dentro de los metaversos. Y viceversa, para la gente que está dentro del metaverso y que no ha tenido cabida en el mundo físico, darles a ellos también el lugar para que los conozcan en el espacio tradicional”, comentó Bravo.

Obras exhibidas en la galería de Curo

Cuando los celulares marcaban las 18:00, ya había casi un centenar de invitados, para presenciar a través de pantallas leds las obras de 17 artistas virtuales, tanto nacionales como extranjeros, quienes aprovecharon el espacio dispuesto en la galería 12 de Merced 349, Santiago Centro, donde exhibieron al público sus obras avaluadas en montos que fluctúan entre 1.500 y 4.000 dólares. “Nuestra propuesta es poner en boga en Chile y dentro de Latinoamérica esta nueva circulación de obra”, enfatizaba Rocío.

A las 18:30, el éxito era una realidad, casi la totalidad de los invitados llegaron a la convocatoria. Entre los asistentes: Benjamín Briones, Matías Irreal, Leyla Pizarro y Alejandra Valdivia, artistas que se animaron en los últimos años, no sólo a conocer el mundo de los NFT, sino que también a participar activamente en exposiciones tanto en Chile como en el exterior.

“No es la primera experiencia NFT en espacio físico, han habido otras, pero creo que es la primera que ha sido única y exclusiva de los NFT en Chile. De todas maneras, es la más grande y la que ha movilizado más gente. Las demás exhibiciones han sido en otro tipo de instancias que no han sido sólo de NFT y/o han sido más pequeñas”, explicó Valdivia.

Obra de Matías Irreal, exhibida en la galería de Curo

A las 19:00 horas, todavía permanecían las casi 100 personas que asistieron a Merced. La felicidad de los expositores y organizadores era evidente. Históricamente, ha sido complejo poner el arte virtual en circulación, por temas de propiedad intelectual: “es muy fácil robar información en los entornos digitales”, mencionó Rocío.

Justamente, la gracia de los NFT es que se instaló como solución a la protección de la propiedad digital. Según Rocío, cuando se habla de este ítem, se genera una confusión.

“Hay un error de concepto, mucha gente cree que cuando uno dice ‘arte NFT’, piensa que solamente son monos feos y que solamente es digital, pero no, no es eso. El NFT es un certificado criptográfico que te ayuda a probar autoría y propiedad de activos, sean físicos o sean digitales: en este caso, en nuestra primera muestra, tenemos sólo obras en formato digital, pero en el futuro queremos hacerlas híbridas”, puntualizó.

Parte de la galería de Curo

¿Te has preguntado alguna vez qué puedes comprar con criptomonedas?

La galería de Curo estuvo marcada por la asistencia de delegados de Buda.com, plataforma exchange para la compra y venta de criptomonedas más grande del país y con presencia en latinoamérica. 

“Tanto las criptomonedas como los NFT funcionan sobre una red criptográfica llamada blockchain. En este caso, la red principal sobre la que funcionan los NFT es la moneda Ethereum”, explicaron desde Buda.

“La idea es sacar las obras que están en el metaverso al mundo real, para generar los puentes entre la gente que no está metida dentro de los metaversos. Y viceversa, para la gente que está dentro del metaverso y que no ha tenido cabida en el mundo físico, darles a ellos también el lugar para que los conozcan en el espacio tradicional”, específica Bravo.

A pesar que las obras están avaluadas en dólares, estas deben ser compradas con criptomonedas, por lo que la presencia de la plataforma en la galería es fundamental, debido al poco conocimiento público que existe en Chile sobre el dinero virtual, su obtención y lo que se puede hacer con él.

“La exposición de arte en blockchain que levantó Curo es fiel reflejo de cómo el arte NFT ha ido ganando terreno entre artistas. Tenemos, por ejemplo, a Claudio Caiozzi, conocido como Caiozzama, quien está incursionando en esta tecnología, viniendo del arte callejero. Esperamos que en el corto plazo aumente el número de artistas que utilizan la tecnología de los NFT como un método para crear y vender arte”, dijeron desde Buda.

La comunidad de artistas virtuales chilenos

El éxito de la inauguración de la galería es reflejo de la cercanía que se ha generado en una comunidad diversa de artistas virtuales en Chile. Layla Pizarro, Benjamín Briones y Alejandra Valdivia se dedican a otras disciplinas artísticas fuera del mundo virtual.

“Dentro de los NFTs hay una gran variedad de artistas, pintores, fotógrafos, artistas conceptuales, músicos, cineastas, poetas, artistas de arte generativo o artificial intelligence”, explicó a The Clinic, Layla Pizarro.

La tecnología ha sido fundamental para que estos distintos artistas dedicados al NFT se encuentren, y se comuniquen constantemente. Lo hacen a través de redes sociales como Twitter. Layla, por ejemplo, conoció a Rocío Bravo a través de un grupo llamado Mujeres Latinoamericanas NFT.

“Yo conocí a Layla a través de un grupo de clapphouse que organizó Omar Robles, un fotógrafo de Costa Rica bien famoso”, comentó Benjamín Briones.

La experiencia internacional también es clave en el incipiente mercado de arte virtual. “Los artistas nos estamos abriendo al mundo, teniendo exposiciones virtuales y físicas en Estados Unidos, Panamá, Argentina, Colombia, Inglaterra”, indicó Layla, aunque es clara en indicar que respecto a la realidad de Chile, “en lo general, aún falta”.

Obra de Layla Pizarro exhibida en Times Square, New York

“Chile todavía está en una etapa muy inicial, hay muy poquitos artistas metidos y hay muy pocos coleccionistas, hay mucho espacio para crecimiento. Es un mercado que está creciendo en el mundo, también en Chile puede haber un aumento explosivo en los próximos meses, esto se mueve muy rápido”, explica Alejandra Valdivia.

“Los artistas de NFT en Chile estamos mucho en igualdad de condiciones con respecto al resto del mundo, esto es un mercado internacional que no hace distinción de tu región o nacionalidad. La única barrera que encuentro yo, es que tienes que hablar inglés, porque todo esto funciona en ese idioma. Una cosa es hablar inglés, comunicarte, y la otra es poder vender una obra en inglés”, detalla Briones.

La exposición de arte en blockchain que levantó Curo es fiel reflejo de cómo el arte NFT ha ido ganando terreno entre artistas. Tenemos, por ejemplo, a Claudio Caiozzi, conocido como Caiozzama, quien está incursionando en esta tecnología, viniendo del arte callejero. Esperamos que en el corto plazo aumente el número de artistas que utilizan la tecnología de los NFT como un método para crear y vender arte”, dicen desde Buda.

Desconocimiento del formato

El perfil de los coleccionistas de NFT son personas que vienen del mundo de las finanzas, videojuegos, que entraron tempranamente al mercado de criptomonedas. El objetivo de comprar arte virtual es invertir en esta, esperar a que las obras tomen valor con el tiempo, aunque el placer personal y la adquisición de estatus quo al poseer obras codiciadas en el mercado también son aristas a considerar, según explican los artistas.

Como el uso de NFT guarda estrecha relación al uso de criptomonedas, entender este mundo resulta complejo entre quienes no se han sumergido a explorar el funcionamiento del metaverso. Por este motivo, se ha dado espacio para señalar que los NFT corresponden a una estafa o que tiene el objetivo de lavar dinero.

Es difícil comprender desde afuera la comunidad NFT. Es algo totalmente nuevo a base de una tecnología que nos cuesta entender. Lo que la gente no sabe es que somos en lo más primitivo una comunidad global de artistas. Compartimos experiencias, técnicas, procesos artísticos. Hacemos lo mismo que han hecho los artistas a través de la historia,  juntarse para hablar de arte y sus orígenes. La única diferencia es que lo hacemos con herramientas del siglo XXI”, dice Layla.

Fotografía tomada por Layla Pizarro, minteada (acuñada) en NFT y parte de la exposición.

“Como todo en la vida, creo que se pueden dar este tipo de cosas, es un mercado que está muy poco regulado. Pero es algo que se da en todo tipo de negocios, lógicamente eso se soluciona cuando haya legislación”, señala Valdivia.

Por su parte, Bravo explica que Chile en sí es un país muy tradicional y conservador respecto a estos temas, y también al arte, pero el espacio que se está generando en Chile abre nuevas oportunidades. “Estás democratizando el acceso a los mercados, estás dejando que entre mucha gente que antes no iba a tener ninguna opción en otro tipo de galería”, dice la fundadora de Curo.

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