El alivio de La Moneda, el impredecible rol del PDG y el ambiguo veto por el Apruebo: seis factores tras la elección de Vlado Mirosevic como presidente de la Cámara

Un tenso proceso que dejó varios heridos en el camino culminó con el oficialismo manteniendo el control de la Cámara de Diputados bajo la presidencia de Vlado Mirosevic (PL), acompañado de sus pares Carlos Bianchi (IND) como primer vicepresidente y Catalina Pérez (RD) como segunda vicepresidenta. Una elección que se decidió en dos fases. 

Primero, los nombres de Mirosevic y Miguel Ángel Calisto (DC) alcanzaron las dos primeras mayorías en la corporación, pero sin alcanzar la mayoría absoluta. Por lo mismo, se procedió a una segunda vuelta que definió la contienda por mayoría absoluta. En cambio, las vicepresidencias se definieron de inmediato.

Para ese momento, el nombre de Calisto causó sorpresa en los pasillos de la Cámara. Esto, desde la oposición habían levantado la candidatura del diputado Víctor Pino (PDG) para conseguir los apoyos de su partido y arrebatarle la mesa al oficialismo.

Sin embargo, factores como la inexperiencia del PDG y también el domicilio religioso de Pino -mormón-, generaron discrepancias que terminaron por hacer que Calisto surgiera como el nombre que unificaría a los sectores que están fuera del gobierno.

De todos modos, para el proceso de segunda vuelta en la presidencia de la Cámara, Calisto obtuvo sólo 73 votos, quedando por debajo de los 77 sufragios obtenidos por Mirosevic, que se erigió como nuevo presidente de la institución.

La opción de Mirosevic surgió recién el pasado domingo 06 de noviembre, luego de que el Partido Comunista, representados por la candidata original de la colectividad, Karol Cariola, desistieron de competir por ese cargo que, según el acuerdo al que había llegado el oficialismo junto a la DC y el PDG, les correspondía ocupar la testera de la Cámara por los próximos ocho meses.

Aquí, The Clinic deja seis factores que explican cómo se llegó a esta elección de la mesa directiva de la Cámara y las implicancias que tendrá de cara al tiempo que queda a la actual legislatura.

1. Primer triunfo del oficialismo tras cónclave en Cerro Castillo

La elección de la mesa de la Cámara dejó un primer saldo positivo para el Presidente Gabriel Boric, quien ayer reunió a los partidos y parlamentarios que forman parte del oficialismo -Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático- en el palacio presidencial de Cerro Castillo (Viña del Mar) con la intención de unificar intenciones y fortalecer su alianza de gobierno tras la derrota del Apruebo en el Plebiscito de Salida.

Así, durante las conversaciones del cónclave surgió el nombre de Vlado Mirosevic como carta para lograr el consenso necesario y quedarse con la conducción de la corporación. Un dato vital para el gobierno, ya que en esta etapa buscará sacar adelante las reformas tributarias y de pensiones, en cuya tramitación tiene incidencia directa la mesa directiva al tener la manija de los tiempos en la tramitación legislativa de ambas iniciativas.

2. PDG: el partido bisagra que se dividió

Un dato para la historia en esta elección administrativa de la Cámara es el actuar del Partido de la Gente, que como tienda emergente es más difícil proyectar cómo actuará en este tipo de votaciones.

De hecho, el primer dato que evidenció esta colectividad fue la incapacidad de cumplir el acuerdo administrativo alcanzado a principio de año con el oficialismo y con la DC para turnarse el control de la Cámara. En cambio, poco más de un mes antes de este momento decisivo, decidieron acercarse a Chile Vamos para lograr quedarse con el liderato de la corporación.

Junto con el signo de interrogación ante la capacidad de cumplir acuerdos por parte del PDG, esta votación evidenció un quiebre en la interna de este partido. Esto porque, de su bancada, los diputados Rubén Oyarzo, Francisco Pulgar y Karen Medina votaron a favor de Mirosevic, mientras que Yovana Ahumada (jefa de bancada), Roberto Arroyo y Gloria Naveillán lo hicieron por Calisto. En tanto, el diputado Enrique Lee votó en blanco, mientras que Gaspar Rivas no participó de la elección.

Todo esto deja abierta la duda de cómo votarán futuros proyectos los diputados del PDG, especialmente ante las reformas tributaria y de pensiones, que es donde La Moneda se juega la vida. Sin embargo, al mismo tiempo confirma su rol como bisagra y de votos ineludibles para articular mayorías en la Cámara, ya sea para el oficialismo o la oposición.

3. El veto evangélico a un diputado mormón

Otro factor que evidenció la elección de la testera tiene que ver con cómo se cruzan los distintos credos religiosos al interior de la Cámara. Esto, porque un punto que complicó la candidatura de Pino a la presidencia es su religión mormona, la que atizó sus diferencias con el mundo evangélico.

Lo anterior, debido a que dentro de RN hay tres diputados evangélicos: Eduardo Durán, Francesca Muñoz y la independiente Sara Concha, quienes no respaldaron la candidatura de Pino. Lo mismo ocurre al interior del PDG, donde Roberto Arroyo también pertenece al mundo evangélico.

4. El ambiguo factor del Apruebo

Un punto contradictorio en la candidatura de Mirosevic tiene que ver con que uno de los argumentos para bajar a la diputada Cariola: su rol de coordinadora de la campaña por la opción Apruebo en el Plebiscito de Salida, lo que presuntamente la deslegitimaba como candidata a liderar la Cámara dado que, en los hechos, era el rostro de una tesis política derrotada con creces, argumentaban.

Pese a ello, Mirosevic también fue uno de los coordinadores de la campaña donde el Apruebo perdió contra un 62% de los votos del Rechazo y, contrario a Cariola, no concentró ningún veto de este tipo.

Más bien, logró reunir los votos de miembros de la DC, del PDG e incluso un voto clave como el de Andrés Jouannet, miembro de Amarillos por Chile, colectividad que surgió en apoyo a la opción Rechazo en el pasado referéndum.

5. La lección del oficialismo: el riesgo de no pactar con la derecha

Este proceso de elección de la nueva mesa de la Cámara dejó un aprendizaje para las colectividades y diputados oficialistas, reconocen en privado: no fiarse de partidos que no tienen una postura ideológica definida como el PDG.

Algo que incluso advirtió durante el fin de semana la ministra del Interior, Carolina Tohá, quien sentenció: “el problema no es aliarse con el PDG, que puede ser legítimo, el problema es cuando uno les entrega a partidos como el PDG el transformarse en la bisagra que va a decidir cada vez que se requiere una mayoría. Eso es lo delicado”, dijo a La Tercera.

En ese sentido, cabe recordar que la alianza del oficialismo con el PDG pasó, principalmente, por evitar turnarse la testera con la derecha, tal como se hizo en el Senado. Sin embargo, tras este proceso, quedó en evidencia el riesgo de perder el control de la Cámara en tiempos donde al Ejecutivo le escasean los votos, coyuntura que quedará sobre la mesa para la próxima elección de presidente y vicepresidente de la corporación.

6. La DC ahora se quiebra en la Cámara

En la Cámara Alta, el quiebre entre los senadores DC hace meses que es evidente, especialmente con la renuncia a la Falange de Matías Walker y Ximena Rincón para formar el Partido Demócratas.

Sin embargo, la bancada de diputados parecía aún bastante unida, algo que terminó esta jornada cuando, por una parte, un grupo no cumplió el acuerdo con el oficialismo, tras acusar al PC de apoyar la querella de la Comisión Chilena de DD.HH. contra el ex director del INDH, el DC Sergio Micco. Junto a ello, el otro grupo no apoyó a su compañero de bancada, Miguel Ángel Calisto.

Así las cosas, finalmente los diputados Roberto Cifuentes, Héctor Barría, Alberto Undurraga y Felipe Camaño (independiente y subjefe de la bancada) le dieron su apoyo a Mirosevic. Por otro lado, Eric Aedo (jefe de bancada), Joanna Pérez, Jorge Saffirio y el propio Calisto apoyaron a este último, perdiendo así semanas de negociaciones y presiones a La Moneda.

---