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Música

1 de Marzo de 2023

The Dark Side of the Moon: cómo se hizo el clásico disco de Pink Floyd que hoy cumple 50 años

The Dark Side of the Moon: cómo se hizo el clásico de Pink Floyd

Desde una portada con Silver Surfer hasta la aparición de Paul McCartney, fueron algunas de las historias que dejó de lado el disco de Pink Floyd.

Por The Clinic

El 1 de marzo de 1973, Pink Floyd cambió la historia de la música publicando un disco que, 50 años después, continúa siendo un ejemplo de su época, género y generación: The Dark Side of the Moon.

Se trataba del octavo álbum de estudio de la banda británica y se transformó en uno de los más exitosos de su historia. Durante más de 14 años logró estar entre los 200 discos más vendidos en Estados Unidos. Se estima, de hecho, que se han comprado más de 50 millones de copias hasta la actualidad.

Es, por otro lado, uno de símbolos del rock progresivo, con algunos hits como The Great Gig in the Sky o Money, que lograron marcar a distintas generaciones que crecieron escuchando los sonidos experimentales que se transformaron en símbolo de una época.

Tal fue el impacto del disco que incluso el propio baterista del grupo, Nick Mason confesó la sorpresa que vivió por su éxito.

“Ciertamente no tenía idea de su potencial comercial. Me sorprendió como todos los demás cuando simplemente despegó”, señaló en su libro Dentro de Pink Floyd.

¿Cómo nace “The Dark Side of the Moon”?

La grabación del disco significó un largo tiempo de creación para la banda. En diversas oportunidades sus compositores y autores han hablado de cómo gran parte de este se desarrolló entre mayo de 1972 y enero de 1973.

Los integrantes del grupo dejaron expuesto en la obra gran parte de las miradas que tienen sobre el mundo moderno. Y es que una de las figuras claves detrás del contenido estuvo bajo la mirada atenta de Roger Waters, quien, si bien había participado en el pasado como letrista, en esta oportunidad se transformó en el principal creador detrás de la compilación musical.

De hecho, el bajista habló posteriormente sobre los detalles que quiso incluir dentro del disco. “Cuando concluimos el álbum me llevé una copia a casa y se la puse a mi primera mujer. Recuerdo que comenzó a llorar cuando terminó de escucharlo. Yo pensé, ‘esto obviamente ha tocado de alguna manera una fibra sensible’ y me sentí bastante satisfecho”, afirmó.

Gran parte de las canciones que se encuentran de la obra guardan su inspiración en experiencias previas de los artistas con el rock progresivo, donde experimentaron melodías que acabaron perfeccionando para su inclusión en la obra final.

Ejemplo de ello fue On The Run, la cual se transformó completamente desde que nació en 1972, hasta que fue incluida en The Dark Side of the Moon, donde, en el estudio, se le añadió el loop acelerado con sintetizadores.

Por otro lado, también hubo una exclusión a algunos detalles que finalmente no estuvieron en la versión final.

Tal fue el caso de una posible inclusión de Paul McCartney en una idea de Roger Waters de grabar entrevistas para lograr una mezcla final. Sin embargo, finalmente su voz no fue incluida dentro de la idea.

Pese a ello, finalmente en Eclipse se puede escuchar, en un pasaje, la canción Ticket to Ride en una versión orquestal.

El detrás de la icónica portada

Uno de los puntos más reconocidos de The Dark Side of the Moon se encuentra en su portada. El diseñador gráfico clave dentro de la carrera de Pink Floyd, Storm Thorgerson, en el documental The Making of the Dark Side of the Moon habló sobre cómo fue el origen detrás de la creación del símbolo.

“El diseño se basa en tres ingredientes. Uno de ellos es el espectáculo de luz de la banda que yo quería representar. El segundo hace alusión a un texto sobre ambición y codicia, y el tercero era que Rick (Richard Wright) quería una imagen sencilla atrevida y llamativa. Cuando les presenté las cuatro propuestas, no pasó mucho tiempo para que se decidan por el prisma. Fue inmediato. En realidad, ahora no me imagino el disco sin esa imagen“, dijo el diseñador.

Sin embargo, en algún punto una de las ideas para la portada había sido una reconocida figura de Marvel: Silver Surfer. El hecho fue dado a conocer por Audrey Powell, una de las mentes de la imagen que acabó haciendo historia. “Todos leíamos Marvel Comics y Silver Surfer parecía ser una imagen singular fantástica”, fueron parte de sus revelaciones.

Sin embargo, reveló las razones que hicieron que se echaran para atrás con la decisión. “Nunca hubiéramos obtenido permiso para usarlo. Pero nos gustó la imagen de un hombre plateado, sobre una tabla de surf plateada, deslizándose por el universo. Tenía propiedades místicas, místicas”, agregó durante una entrevista.

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