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Especial The Clinic

16 de Marzo de 2023

Entendiendo el mundo de Billie Eilish: una de las voces de la Generación Z que estará en Lollapalooza Chile

La artista, que se presentará este viernes en Lollapalooza, comenzó su carrera a los 13 años, con un disco grabado en su casa junto a su hermano y con líricas melancólicas, que mezclaban temáticas dulces y siniestras, convirtiéndola en una de las voces de su generación. Pero su carrera no está exclusivamente marcada por su talento musical, también por sus looks extravagantes, su personalidad y perfil distante de las tendencias populares.

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No fair / You really know how to make me cry / When you gimme those ocean eyes”. Es una estrofa de Ocean Eyes, canción que escribió Finneas O’Connell para su banda y que le cedió a su hermana Billie Eilish, de apenas 13 años, para que cantara y le llevara a su profesora de danza, para utilizarla en una de las coreografías.

Entonces la subieron a SoundCloud, para que pudiera ser descargada, y dentro de un año se convirtió en viral. Esa fue la chispa que encendió la carrera de Billie Eilish. Una artista que con una personalidad distintiva, una música disruptiva que recorre pasajes melancólicos y dramáticos y un estilo excéntrico, ha conquistado a su generación –la Generación Z– y a otros miles de fanáticos que ven en ella un reflejo de sus vidas.

Por ello, su vitrina de éxitos no es casual: atesora siete Premios Grammy, entre ellos el de Álbum y Canción del Año en 2020, por su disco When We All Fall Asleep, Where Do We Go?; tres Billboard Music Awards; y un premio Óscar, entre otras decenas de galardones que la han posicionado como una de las cantantes más relevantes de la música actual.

Sin embargo, su propuesta musical y artística está lejos de otros cantantes que tienen tantas reproducciones y reconocimientos como ella, como Dua Lipa, Taylor Swift o Ed Sheeran.

Entonces, ¿cómo una artista que está tan lejos de las tendencias logra tal éxito?

Para eso, hace falta entender quién es Billie Eilish. Nacida el 18 de diciembre de 2001 en Los Ángeles, Estados Unidos, convivió siempre rodeada de música: su padre era músico mientras su madre era actriz y la responsable de heredarle sus conocimientos musicales a sus hijos. Su interés por este arte era tan grande que a los siete años ya había compuesto una canción. Por ese entonces cantaba en un coro infantil de la ciudad, mientras aprendía a tocar algunos instrumentos.

Desde el momento en que la fama la envolvió, su trabajo ha sido obra exclusiva de ella y su hermano Finneas O’Connell, quien también tiene su carrera solista. Desde esas cabezas han nacido éxitos como Bad Guy, Dontwannabeyouanymore o When the party’s over, canciones y videoclips que, al igual que el resto de su discografía, representan lo íntimo de su personalidad y su mente.

Ese ha sido su sello personal. Sin embargo, para ella, su familia y ahora sus millones de fanáticos no es solo música. En septiembre de 2018, Billie Eilish le narraba a su hermano un sueño en el que saltaba de un edificio, una sueño más cercano a una fantasía que a una pesadilla, y en el que “conseguía todo lo que quería”. La idea comenzó a incomodar a Finneas hasta el punto en el que le dijo “no quiero escribir una canción sobre cómo te suicidas y obtienes todo lo que querías”.

Aun cuando con el tiempo el hermano de la cantante quería conseguir que dejara las canciones tristes y apuntara a crear unas que tuvieran un mejor final, Billie Eilish fue clara: “No voy a mentir en una canción y hablar sobre cómo me siento cuando no es así”.

Atmósfera, autoaceptación y susurros

La melancolía, la depresión y las ideas suicidas son aspectos con los que ha lidiado toda su vida. En una entrevista de 2020 a The New York Times, la artista mostró su libreta con sus pensamientos y garabatos más íntimos. Jeringas, pasillos sombríos y frases nihilistas y de autodestrucción. “Siento que me estoy disolviendo” o “Quiero acabar conmigo” se repite con frecuencia en sus escritos. De hecho, esta última es uno de los estribillos de Bury a Friend, “I wanna end me (quiero acabar conmigo)”.

Sus problemas de depresión, de los que ha hablado públicamente, comenzaron de adolescente cuando se rompió el cartílago de la cadera mientras bailaba, su entonces principal pasión. Y aunque esa lesión la marginó por completo, también fue diagnosticada con hipermovilidad, un padecimiento que causa dolor en los huesos, y durante gran parte de su vida se ha sentido incómoda con su cuerpo, que se resume en una dismorfia corporal.

Para manejar la depresión, su familia ha sido clave: su hermano ha logrado catalizar junto a ella la música que la hace sentir mejor, y sus padres han canalizado su salud mental a través de terapias con profesionales.

En sus letras puede hablar de desamor, las luchas con las que convive un adolescente, las experiencias de fiestas y drogas, de empoderamiento femenino, de soledad, de relaciones abusivas, de los constantes cambios y presiones a las que están expuestos, de autoaceptación y también de muertes, tragedias, tristezas, antidepresivos y agobio.

Todo, en una atmósfera musical en la que destaca acordes de piano con mucho suspenso, sintetizadores, bajos pesados, y su característica voz baja, a veces susurrada, melancólica pero excesivamente talentosa y capaz de transmitir las emociones que desea.

Esa representación genuina de sí misma ha sido la clave para conquistar a toda una generación. Una que convive con problemas mentales, de autoestima, ansiedad, de buscar aceptación en las redes sociales y ser objeto de juicio público.

Los elogios de Thom Yorke y Dave Grohl

En poco tiempo se ha convertido en una heroína de aquellos nacidos entre finales de los 90 y 2010, que ven “a una figura que los entiende” y representa al hablar sin tabúes de problemas cotidianos y profundos. Así ha permitido calar con un sentido mucho más emocional y menos comercial, y que es parte de lo que mostrará este viernes 17, a las 21:30 horas, en Lollapalooza Chile.

Eso también lo ha plasmado en sus atuendos. Pantalones anchos, ropa deportiva, zapatillas extravagantes y exclusivas, camisetas grandes y largas, uñas de acrílico enormes. Todos esos ingredientes la han etiquetado como la antítesis de la estrella del pop.

“Me halaga que la gente piense eso, pero, en realidad, ¿qué reglas he roto yo? ¿La que obliga a las chicas a vestirse con vestiditos y cantar pop clásico? Nunca dije que no fuera a hacer eso, simplemente no lo hecho”, señaló en una entrevista a Vogue. La revista Rolling Stones incluso le dedicó una portada con el título: “Billie Eilish y el triunfo de lo extraño”.

Eso sí, también ha dejado a todos de cabeza cuando ha posado para Vogue en atuendos ajustados y que muestran su cuerpo más que de costumbre. “Quizá la gente me ve como alguien que rompe las reglas porque ellos mismos sienten que tienen que seguirlas, y yo no lo hago. Es genial si con ello consigo que la gente se sienta más libre para hacer lo que quieren y no lo que se espera de ellos”, agregó en Vogue.

Musicalmente, también ha conseguido llenar espacios vacíos dentro de la primera línea planetaria. No porque antes que ella no existiera alguien capaz de hablar de esas mismas temáticas, sino porque logró encontrar elementos de distintos géneros para conjugarlos en un sello propio.

Eso lo ha conseguido tomando sus gustos musicales: Avril Lavigne, Britney Spears, Tyler, the creator, XXXTentación, Aurora, The Beatles o Carla Morrison. Pero utilizando detalles y elementos de cada uno, combinando partes radicales con riffs de guitarra y otros más clásicos con suaves pianos. Así ha transformado sus gustos en un estilo propio y de ahí la dificultad de encasillarla en uno.

Es otra de las gracias de la cantante, pues su música le ha dado un sello alejado de generaciones pasadas a su música, por mucho que la esencia experimental con efectos de sonido y vocales recuerde inconfundiblemente a Björk, o sus letras emotivas y referentes a la soledad tengan similitudes con Lana del Rey.

Otros, como Dave Grolh (Foo Fighters), han comparado la emocionalidad de su música similar a la de Morrissey, aun cuando la propuesta del exlíder de The Smiths esté alejada de lo que hace musicalmente Billie Eilish.

Pese a todo, la norteamericana de 21 años, más allá de comparaciones, ha sido constantemente elogiada y su música ha permeado incluso en aquellos que brillaban décadas atrás. No por nada Thom Yorke, frontman de Radiohead, le dijo: “Eres la única persona haciendo algo jodidamente interesante hoy en día”.

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