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Alza de precios de hasta tres veces en un día: la “operación Semana Santa” en el Terminal Pesquero Metropolitano 

Los trabajadores del mercado saben que la conmemoración cristiana es la mejor temporada de ventas. Una fecha en la que fluctúan los precios diariamente y en la que un producto puede llegar a costar más del doble.

Por 7 de Abril de 2023
Terminal Pesquero Metropolitano en Semana Santa. Foto: Gonzalo Ríos.
Terminal Pesquero Metropolitano en Semana Santa. Foto: Gonzalo Ríos.
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La mayor parte del año, el pasillo del sector minorista del Terminal Pesquero Metropolitano, en la comuna de Lo Espejo, resulta espacioso y tranquilo. Pero hay una temporada que lo cambia todo: Semana Santa

Para los trabajadores del mercado, la conmemoración cristiana es una fecha importante, en la que más ganancias generan, porque el flujo de personas que llega en busca de los pescados y mariscos más frescos aumenta.

Semana Santa es la mejor época para vender“, resume Karina Escudero, quien trabaja desde hace seis años en la Pescadería Blue y hace siete en Crymar, en el Terminal Pesquero Metropolitano. Por lo mismo, se preparan con anticipación para esta fecha, en la que también los costos de los productos sufren un incremento económico.

La trabajadora explica que el principal proveedor del sector minorista del mercado es el mayorista, instalado en el mismo lugar en Lo Espejo, a solo unos metros de distancia. Los precios en los que se venda al detalle en Semana Santa dependen de ese negocio.

Si durante el año el kilo de merluza y reineta -los pescados que más se venden en esta temporada- están a $2.500 y $6.000, respectivamente, para Semana Santa podrían subir en promedio mil pesos.

Terminal Pesquero Metropolitano en Semana Santa. Foto: Gonzalo Ríos.

Pero el aumento de precios no es fijo. Los montos fluctúan y podrían aumentar, confiesa Karina Escudero, hasta tres veces en un solo día.

“La mayoría de las personas intentamos poner los precios altos, porque la mercadería es más cara, pero tenemos que ir jugando con los precios, subir o bajarlos. En Semana Santa en un día podrían subir tres veces al día los precios, y en un día normal una vez no más”, cuenta, mientras le reparte mallas que cubren el cabello a otras vendedoras, que se preparan para atender.

Sin embargo, los trabajadores del mercado pesquero reconocen que hay otro factor que incide en ese incremento: la cantidad de pescados y mariscos que se vendan durante un día.

“Los precios pueden subir generalmente dos veces, depende de la oferta y demanda. La almeja, por ejemplo, este jueves está a $4.000, pero si se empieza a agotar el mismo día podría subir a $8.000 o hasta $10.000”, detalla Graciela Avendaño, de la pescadería Remanente y del local Joel.

A diferencia de otros años, en los días previos al viernes santo, los precios se han mantenido, pero -reconoce la trabajadora- podrían aumentar, porque depende de la mercadería que llegue.

“Todo depende de los camioneros que traen los productos”, dice. 

Gisela Cid, trabajadora de la pescadería Renacer, plantea otro factor en el aumento de precios: “Depende de los otros locales los precios que uno tenga. A veces me pregunto por qué no estamos vendiendo tal producto y pido que vayan a echar una miradita para saber en cuánto venden otros compañeros tal pescado”.

Por lo mismo, dice que a veces el ambiente en el mercado es un poco “complicado”, aunque subraya que hay una buena relación porque, en su mayoría, quienes trabajan en el terminal llevan varios años. 

“Llevamos trabajando mucho juntos -cuenta Cid-. Cuando alguien está enojado sabemos cómo tratar, pero hay buena relación. A veces nos preguntamos qué precio vamos a ponerle a la mercadería para no ponerlo ni tan caro ni tan barato, para lograr vender también”.

Terminal Pesquero Metropolitano en Semana Santa. Foto: Gonzalo Ríos.

Los preparativos y las ganancias en Semana Santa

-¿Qué busca casera? ¡Pase por acá, le tenemos el pescado fileteado!- le dice el jueves por la mañana una vendedora a una señora que pasea por el mercado. 

La Semana Santa es una temporada clave para los trabajadores de los más de 20 locales del Terminal Pesquero Metropolitano. Saben que se trata de la temporada más importante y que más ventas genera.

Mayerling Labra, jefa del local Crymar, cuenta que durante una semana normal compran entre 200 o 300 kilos de reineta o merluza, mientras que en la conmemoración cristiana encargan entre 500 y 1.000 kilos para no quedarse sin stock y generar más ganancias de lo habitual. 

En una semana normal podemos reunir $500 mil, pero en Semana Santa eso lo podemos doblar”, explica. 

Gisela Cid también reconoce que las ganancias en Semana Santa aumentan en gran medida. Si durante el año venden entre $200 y $300 mil pesos semanales, en estos días pueden llegar a $2.000.000. 

Pero pese a que es un monto mayor, asevera que el beneficio final no es como le gustaría. 

No es tanta la ganancia, porque se paga comida, se paga personal porque se necesitan más manos, se compra más hielo para mantener los productos”, dice. 

Terminal Pesquero Metropolitano en Semana Santa. Foto: Gonzalo Ríos.

Para esta fecha también se realizan limpiezas profundas en los locales, en el marco de los preparativos que comienzan un mes antes, y se prepara a los equipos de trabajo, porque -explican las trabajadoras- las ventas dependen de cómo se ofrezcan los productos. 

La gente nueva tiene que ensayar y agarrarle el ritmo. Tener rapidez con los números y las ventas, porque a veces se hace súper difícil”, afirma Karina Escudero.

También se piden uniformes de trabajo nuevos y coloridos y los locales, además de limpiarse, se adornan con grandes carteles instalados en las paredes, con el nombre de las pescaderías y un teléfono para hacer pedidos. 

Esa producción conlleva tiempo. Desde enero Susana Soto comienza a preparar su pescadería Capitán Byron para Semana Santa. 

“Hay que preparar las pescaderías para que estén en óptimas condiciones. El local se limpia al cien por ciento. Se le saca con ácido muriático para que la cerámica esté limpia. También se limpian las cañerías para que no se tapen y los mesones para que no tengan óxido”, relata. 

Ya en febrero manda a hacer los uniformes que incluyen poleras rojas con el logo de la pescadería y delantales del mismo color.

Pero no todo se trata de la estética. “Psicológicamente estamos preparándonos todo el año”, confiesa Susana Soto.

“Esto es un evento que se da una vez al año. Es una temporada en que podemos estar al día con las cuentas y seguir adelante. Para tener harta ganancia para pagar las deudas”, remata.

La trabajadora asegura que el día más difícil de atender es viernes santo, pero afirma que su equipo de trabajo está preparado.

“De verdad que es mucho preparativo el que se hace para esta temporada, todos nuestros esfuerzos se enfocan en estos cuatro días”, concluye.

Terminal Pesquero Metropolitano en Semana Santa. Foto: Gonzalo Ríos.

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