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Salud

28 de Abril de 2023

Mejores y peores dietas: la Keto es considerada la peor para la salud dentro de los 10 regímenes alimenticios más populares

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La Asociación Estadounidense del Corazón realizó un ranking sobre las dietas que más son usadas para bajar de peso en la actualidad, advirtiendo que algunas de estas pueden pueden incluso significar riesgos para la salud cardiometabólica.

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En la búsqueda de mejorar la salud o bajar de peso muchas personas recurren a diferentes dietas para lograr sus objetivos. Sin embargo, no siempre estos métodos tienen buenos resultados y varias organizaciones incluso advierten de los riesgos que algunas de estas técnicas pueden llegar a significar para los organismos.

Para poder orientar en esta materia la Asociación Estadounidense del Corazón (American Heart Association) elaboró un listado con las mejores y peores dietas considerando las 10 más populares en los últimos años y los efectos que estas tienen principalmente en el corazón y la salud cardiometabólica.

Esto último, explican, considera un “grupo de factores que afectan el metabolismo (los procesos del cuerpo que descomponen los nutrientes de los alimentos y construyen y reparan los tejidos para mantener el funcionamiento normal) y el riesgo de enfermedades cardíacas y vasculares”.

Respecto a estos factores, precisan que incluyen la glucosa en sangre, colesterol y otros lípidos, presión arterial y peso corporal. Sobre estos además advierten que “si bien los niveles anormales de un factor pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca, las anomalías en más de un factor aumentan aún más el riesgo y la enfermedad es más grave”.

En esta línea es que algunas dietas han provocado la preocupación de los expertos ante la posibilidad de que no tengan los efectos esperados e incluso se relacionen al desarrollo de enfermedades. Para ello la Asociación Estadounidense del Corazón elaboró el listado en que califican qué tan bien estos metodos se alinean con su guía dietética.

“La cantidad de patrones dietéticos diferentes y populares ha proliferado en los últimos años, y la cantidad de información errónea sobre ellos en las redes sociales ha alcanzado niveles críticos”, alertó el presidente del comité de redacción de la nueva declaración científica, doctor Christopher D. Gardner.

Las peores dietas

El estudio agrupo las dietas en cuatro niveles de acuerdo a la puntuación que obtenían de acuerdo a los factores de la guía. De esta manera se otorgaba: 1 punto por cumplir completamente, 0,75 puntos por cumplir en su mayoría, 0,5 puntos por cumplir parcialmente y 0 si un aspecto de la dieta no cumplía con la guía. Finalmente los puntajes se totalizan y ajustan para determinar una calificación entre 0 y 100.

En el Nivel 4 de este ranking, el más bajo, se ubicaron así las dietas paleolíticas y la cetogénica (popularmente conocida como dieta keto) con puntuaciones inferiores a 55. El organismo detalló que estas se usan principalmente para perder peso, ante lo cual advirtieron que “se alinean mal con la guía dietética de la Asociación”.

Al respecto explicaron que estos métodos se basan en un bajo consumo de carbohidratos poniendo énfasis las verduras, frutos secos y pescado sin almidón. Esto además se complementa con consumo mínimo de alcohol y azúcar añadida.

Sobre estas dietas explicaron que los estudios de hasta seis meses de duración demuestran una mejora en el peso corporal y niveles de azúcar en la sangre. Sin embargo, precisan que “después de un año, la mayoría de las mejoras no fueron diferentes de los resultados de una dieta menos restrictiva”.

“Las restricciones de frutas, cereales integrales y legumbres pueden dar lugar a una reducción de la ingesta de fibra. Además, estas dietas son ricas en grasas sin limitar las grasas saturadas. El consumo de altos niveles de grasas saturadas y bajos niveles de fibra están relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares”, complementaron.

El investigador de nutrición estadounidense en tanto señaló que estas dos dietas “son muy restrictivas y difíciles de seguir para la mayoría de las personas a largo plazo. Si bien es probable que haya beneficios a corto plazo y una pérdida de peso sustancial, no es sostenible. Una dieta que sea eficaz para ayudar a una persona a mantener los objetivos de pérdida de peso, desde una perspectiva práctica, debe ser sostenible”.

Aflojar algunas restricciones

En el Nivel 3 del estudio (puntuaciones 55-74) se incluyeron dietas con un consumo muy bajo en grasas y bajo en carbohidratos. Sobre estos dos patrones advirtieron que se “restringen los grupos de alimentos que se enfatizan en la guía de la Asociación.”.

Dentro de estos alimentos mencionaron que se limita el consumo de nueces y aceites vegetales saludables (no tropicales). Asimismo, señalaron que “puede provocar deficiencias de vitamina B-12, ácidos grasos esenciales y proteínas, lo que provoca anemia y debilidad muscular”.

En tanto las dietas bajas en carbohidratos “tienden a disminuir el consumo de fibra mientras aumentan el consumo de grasas saturadas (de carnes y alimentos de origen animal), los cuales contradicen la orientación de la Asociación”. Ante esto recomiendan aflojar algunas de estas restricciones, especialmente en grupos de alimentos como frutas, granos integrales, legumbres y semillas.

Por otro lado, en el Nivel 2 (puntajes 75-85) el estudio posicionó a las dietas veganas y bajas en grasas, de las que destacaron que hacen hincapié en el consumo de verduras, frutas y legumbres, entre otros y limitan el alcohol y bebidas con azúcar añadida.

Pese a esto, en el caso del patrón de alimentación vegano, advierten, pueden “hacer que sea más difícil seguirlo a largo plazo o cuando se come fuera de casa”. Asimismo apuntaron al “riesgo de deficiencia de vitamina B-12, lo que puede causar anomalías en los glóbulos rojos que conducen a la anemia; por lo tanto, los médicos pueden recomendar la suplementación”.

En tanto, sobre las dietas bajas en grasas cuestionan que “a menudo tratan todas las grasas por igual, mientras que la guía de la Asociación sugiere reemplazar las grasas saturadas con grasas más saludables, como las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas”. Para ello recomiendan buscar “asesoramiento y educación adecuados”.

¿Cuáles son las más recomendadas?

Finalmente, un total de cuatro dietas lograron estar dentro del Nivel 1 del listado (puntuaciones superiores a 85). Sobre estas destacaron que “son flexibles y brindan una amplia gama de alimentos saludables para elegir”.

Sobre esto, detallaron que la dieta DASH recibió una puntuación perfecta al considerar una alimentación “baja en sal, azúcar añadida, alcohol, aceites tropicales y alimentos procesados, y ricos en verduras, frutas, cereales integrales y legumbres sin almidón. La proteína tiende a provenir principalmente de fuentes vegetales (como legumbres, frijoles o nueces), junto con pescados o mariscos, aves y carnes magras y productos lácteos bajos en grasa o sin grasa”.

También reconocieron la dieta estilo mediterráneo (precisan que no aborda explícitamente la sal añadida e incluye un consumo moderado de alcohol), además de los planes de alimentación pescetarianos y vegetarianos.

“Si se implementan según lo previsto, los patrones dietéticos de primer nivel se alinean mejor con la guía de la Asociación Estadounidense del Corazón y pueden adaptarse para respetar las prácticas culturales, las preferencias alimentarias y los presupuestos para permitir que las personas siempre coman de esta manera, a largo plazo”, sentenció Christopher D. Gardner.

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