Columna de Rodrigo Delgado: Seguridad para vivir en libertad

Derechos. Ese ha sido el concepto más mencionado en el debate sobre el proceso que, el próximo domingo 7 de mayo, permitirá que los chilenos y las chilenas elijamos al Consejo que tendrá la misión de redactar el proyecto de una nueva Constitución Política para nuestro país, texto que será sometido a votación el 17 de diciembre de este año.

Hay quienes creen que la ciudadanía tiene algún grado de desapego o escaso interés frente a esta nueva instancia electoral, debido a su experiencia tras los resultados del pasado 4 de septiembre, más allá de cuál haya sido su voto.

Sin embargo, quienes hemos tenido el privilegio de desempeñarnos en cargos de elección popular o hemos sido convocados a la institucionalidad por nuestra vocación de servicio público, tenemos la certeza de que la inmensa mayoría de los habitantes de nuestro país quiere lo mejor para Chile y por lo que seguirá con la tradición de cumplir con este deber cívico y participará de esta importante elección de consejeros.

Es gente que trabaja, que día a día se la juega por sacar adelante a su familia, que tiene legítimos sueños y demandas personales y colectivas. Personas que valoran que tengamos la oportunidad de decidir con democracia cómo queremos vivir en democracia. Hombres y mujeres de esfuerzo, que saben que tenemos la oportunidad de dar un cierre a este proceso, que ya está lejos el riesgo de partir desde una hoja en blanco, que la ciudadanía dijo no a la porfía refundacional que nos alejaba de nuestras raíces, tradiciones y valores. Que podemos mirar el futuro con esperanza.

Justamente son estas personas a quienes más les importa que quienes resulten electos o electas el 7 de mayo defiendan sus derechos fundamentales e irrenunciables: a la salud y a la educación con un estándar mínimo que garantice servicios de calidad. A la propiedad de sus fondos previsionales. A pensiones y vivienda dignas. Y también a poder elegir con quién y cómo ejercer esos derechos.

Pero, al mismo tiempo, son los mismos vecinos y vecinas que piden con cada vez más fuerza, y muchas veces con desesperación, seguridad para poder ejercer esos derechos en libertad.

Por ello, en el Consejo Constitucional trabajaré para que la Carta Magna consagre la garantía constitucional de la seguridad ciudadana.

Sin ese derecho, fundamentado en una mayor certeza jurídica, una reforma al Ministerio Público, la creación de una Defensoría de las Personas y un capítulo aparte sobre nuestras Fuerzas Armadas y de Orden, como garantes indispensables del orden público, la seguridad nacional y la defensa de nuestro país, no podremos ejercer ningún otro.

Chile quiere seguridad para vivir con tranquilidad y paz en nuestros barrios; para salir a trabajar y llegar de regreso a nuestro hogar; para enviar a nuestros hijos e hijas al colegio sin temor; para poder emprender. Para dejar de sentir miedo. Seguridad para ser libres.

Una determinación como esta requiere de un Estado presente, claro que sí. Pero, al mismo tiempo, un Estado eficiente y flexible para adaptarse a las nuevas necesidades de las personas, como aquellas que surgen ante una delincuencia, violencia, narcotráfico y crimen organizado que crecen a gran velocidad y cuyo daño es cada vez más profundo. Ese es mi compromiso con Chile.

* Rodrigo Delgado, candidato a consejero constitucional por el pacto Chile Seguro. Exministro del Interior.