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Opinión

7 de Mayo de 2023

Columna de Carolina Leitao: A no farrearse el “clásico” de este domingo

Carolina Leitao y su opinión sobre una nueva Constitución.

"La elaboración de una nueva Constitución es crucial para recuperar la fe en el futuro de Chile, especialmente en las comunas más pequeñas y pobres del país", escribe la alcaldesa de Peñalolén y militante de la DC, en esta columna de opinión para The Clinic.

Por Carolina Leitao

No hace mucho, la discusión sobre una nueva Constitución en Chile parecía estar en punto muerto, o al menos no se incluía dentro de las prioridades de opinión pública. Sin embargo, en los últimos años, en breve tiempo, se han llevado a cabo tres procesos importantes para elaborar una nueva Carta Magna para Chile: el que se llevó adelante durante el mandato de la expresidenta Michelle Bachelet, la reciente Convención Constitucional y el proceso actual.

Estos procesos han sido importantes, cada uno en su mérito, para permitir que la sociedad chilena se exprese participando democráticamente en la elaboración de un nuevo texto, aceptado por la ciudadanía toda.

En primer lugar, la importancia de elaborar una nueva Constitución surge de la necesidad de reparar los errores y las omisiones del pasado, pero también de prefigurar el futuro de nuestra patria. Es indudable que el texto vigente, redactado durante la dictadura, ha sido un obstáculo para la realización de cambios importantes en el país. Un freno especialmente para las comunas más pobres de Chile, porque impide un desarrollo local más homogéneo que considere las asimetrías de base entre las distintas realidades del país. Por ello, una nueva Constitución es la única vía posible para enmendar estos errores y establecer una base más justa y equitativa para el futuro.

En segundo lugar, la elaboración de una nueva Constitución es un proceso fundamental para garantizar que la democracia y la participación ciudadana sean una realidad. Es vital que la sociedad chilena tenga voz en el nuevo proceso, y que esta sea el resultado de un proceso participativo, inclusivo y transparente.

La Convención Constitucional, por ejemplo, representa un hito histórico al haber sido elegida por la ciudadanía, aunque su práctica y su resultado dejó insatisfecha a la mayoría, por distintos motivos. Este nuevo proceso debe tomar lo mejor del anterior en cuanto a participación, y no encerrarse tan solo en las opiniones expertas, sino considerar al conjunto de la ciudadanía.

En tercer lugar, la nueva Constitución es necesaria para garantizar protección de los derechos sociales, el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas y especialmente la tranquilidad de las familias más vulnerables. En Chile, la desigualdad es una realidad que se vive a diario, y es precisamente la Constitución la que debe establecer las bases para un país que supere las desigualdades sociales más acuciantes y ofrezca un futuro mejor a las nuevas generaciones.

La nueva Constitución debe garantizar derechos sociales, culturales y económicos, asegurando así que todos los ciudadanos y ciudadanas tengan similares oportunidades de desarrollo y progreso. Eso garantiza también mayor adhesión y confianza con la democracia.

Por último, la elaboración de una nueva Constitución es crucial para recuperar la fe en el futuro de Chile, especialmente en las comunas más pequeñas y pobres del país. Durante décadas, la falta de oportunidades y la desigualdad han minado la confianza en el futuro de Chile, especialmente en aquellos que han sido más afectados por estas realidades.

Pero una nueva Constitución, que represente las aspiraciones y necesidades de todos los ciudadanos, puede ser el punto de partida para una sociedad más justa, más solidaria y más unida. Pero que también permitan que las comunas puedan ganar en autonomía y se conviertan en gobiernos locales con capacidades políticas, económicas y sociales, y, a su vez, se garantice la transparencia y la rendición de cuentas.

En resumen, la elaboración de una nueva Constitución es una tarea fundamental para el futuro de Chile, a condición que sea un proceso que involucre a toda la sociedad, y creo que no tendremos una nueva oportunidad. Por ello, este proceso debe ser respetuoso, transparente e inclusivo, debe garantizar la protección de los derechos humanos y el bienestar ciudadano. Es hora de recuperar la fe en el futuro de nuestro país y en nuestra capacidad como sociedad para construir una nación más justa, equitativa, solidaria y segura.

¡Trabajemos juntos para lograrlo!

Carolina Leitao (DC), alcaldesa de Peñalolén y presidenta de la Asociación de Municipalidades de Chile (AChM).

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