Fin de Plaza Baquedano: expertos analizan postura de alcaldesa Matthei de que no se le quite “un solo metro cuadrado”

La Municipalidad de Providencia se niega a ceder con la Plaza Baquedano en el proyecto de remodelación para el eje Alameda-Providencia. Incluso, la alcaldesa Evelyn Matthei sostuvo que “no estamos dispuestos ahí a que se le quite un solo metro cuadrado”.

“Porque eso existe hace 100 años, es totalmente patrimonial. Ha pasado por celebraciones, protestas, destrucción; todo eso es parte de ese patrimonio”, enmarcó la jefa comunal en conversación con El Mercurio.

En esa línea, señaló que un problema que ve el municipio en la propuesta del Gobierno Regional -encabezado por Claudio Orrego- es el “pasar por encima de la Plaza Baquedano, borrando sus bordes, alterando el vacío central que es un hito de Santiago, para usarla como vialidad, desconociendo su valor simbólico. Pensamos que es fundamental reconocer su valor como hito en la ciudad y que el proyecto reconsidere su espacialidad”.

La alcaldesa Evelyn Matthei enmarcó, además, que los expertos urbanistas que colaboran con Providencia, dan cuenta que la Plaza Baquedano no es un obstáculo para el proyecto de remodelación del eje Alameda-Providencia. Por el contrario, es un hito que puede ayudar a la unión de parques y a no transformar el lugar en una autopista urbana“.

“Por eso, y como hemos señalado en varias ocasiones, vamos a seguir dialogando, y esperando que se escuche a nuestros profesionales y a nuestros vecinos para decidir con calma y sin apuros, el futuro de un lugar tan simbólico de nuestra ciudad y nuestra comuna”, insistió a través de Twitter.

En tanto, hay otros puntos en que existe consenso entre ambas instituciones, como es la necesidad de mejorar la vialidad peatonal del lugar y en que la rotonda en sí no tiene mayor importancia para la fluidez vehicular que circula por ahí.

¿Es Plaza Baquedano un hito para la ciudad?

Con respecto a las declaraciones de la alcaldesa Evelyn Matthei en donde señala que la Plaza Baquedano es un hito de Santiago, el profesor del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica y doctor en Urbanismo, Óscar Figueroa, está de acuerdo en que es un hito.

Para el experto, “una cosa bien importante, es que a pesar de todas las transformaciones que hemos hecho en la ciudad, la Plaza Baquedano nunca ha sido cambiada (…). Entonces, efectivamente es un hito en la ciudad y no se puede desconocer, además con todo lo que representa en términos simbólicos, de congregación, de celebración, de protesta, de todo… entonces, hay un valor ahí patrimonial”.

El doctor en Urbanismo planteó que, a su parecer, con relación al proyecto del eje Alameda-Providencia hay pros y contras, asegurando que “la plaza es uno de los peores lugares de circulación para los peatones, es decir, no está hecha para que la gente camine por ahí. Y eso a esta altura es inaceptable”.

El arquitecto urbanista y decano del Campus Creativo de la UNAB, Ricardo Abuauad, afirmó que “hay que entender la lógica detrás de este lugar urbano, y es que no es solo la continuidad de una serie de elementos de la ciudad que empiezan más al poniente y terminan más al oriente, no es solo la continuidad, también es marcar un determinado lugar, un lugar relevante, con pregnancia histórica, etc”.

En ese sentido sostuvo que “creo que nos estamos equivocando en el tamaño de la pieza que estamos mirando, porque estamos hablando solo de la plaza y creo que el tamaño de la pieza es bastante más grande. El tamaño de la pieza debe incluir los dos bordes del río y debe incluir la plaza que está frente a la Facultad de Derecho de la Chile”.

Además, indicó que funciona como un “balcón geográfico, es decir, el punto en el cual el eje Alameda Apoquindo se abre al río, se abre a la vista al cerro, se abre también a vista de la cordillera, etc”. En ese sentido, “no podemos imaginar solamente la resolución de un problema solo formal, de si la pista va por acá o por allá, sino que cómo este sistema de recorrido oriente-poniente en la ciudad a partir de ese punto se abre” a esas vistas.

La académica del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Católica, Macarena Ibarra, señaló que “es importante considerar el significado de este lugar, de este espacio público, de esta plaza, de este lugar de encuentro con un valor simbólico. Un lugar que siempre ha sido disputado, que ha sido un hito, una referencia en los distintos sentidos en los que converge la ciudad, en los que también la ciudad fue creciendo”.

Por su parte, el académico de la Escuela de Historia de la UDP y doctor en Arquitectura y Estudios Urbanos, Marcelo Mardones, expuso que es importante considerar la historia de la Plaza Baquedano, que se diseñó en 1928, en donde señaló que “se decide construir un hito hacia este sector oriente de la ciudad que comenzaba en este periodo a vivir su periodo de expansión por -podríamos decir- la migración interna de la élite del del centro de la ciudad hacia el oriente”.

En ese sentido para el doctor en Estudios Urbanos, “el hito del cual comenta la alcaldesa tiene que ver principalmente con esta idea de frontera que se consolida un día al interior de una ciudad que es profundamente segregada como Santiago, (…) y en ese sentido también ahí es una frontera simbólica que representa la división entre los sectores medios bajos de la ciudad con los sectores altos”.

“Hay una percepción muy antigua de que esta zona de la ciudad, más allá de que sea un hito como lo menciona la alcaldesa, es una zona bastante agreste para el peatón y eso choca con algunas de las nuevas ideas urbanísticas donde la ciudad debe comenzar a ganar espacios a los autos. Eso es lo que busca en parte el proyecto, renovar el espacio público, pero también darle un nuevo protagonismo a la movilidad peatonal por sobre la movilidad vehicular en ese espacio“, enmarcó Marcelo Mardones.

Influencia política en el debate sobre Plaza Baquedano

El experto de la UDP planteó que las declaraciones de la alcaldesa Matthei tiene más bien relación “con un punto político, en el cual la plaza ha pasado a ser un símbolo de un sector político que ha visto, en esta discursividad post 18 de octubre de 2019, cómo la ciudad y sus símbolos comienzan a entrar en disputa”. Una mirada política en la que -según señaló el experto- “no le interesa realmente rediseñar la ciudad, sino que más bien mantenerla bajo una lógica casi de museificación“.

“Yo creo que busca confundir de una manera deliberada, para poder sacar un rédito político, al mezclar esta idea de que la plaza no se puede tocar porque sería como un hito fundacional. O sea, yo puedo entender que la figura de Baquedano en algún momento se manifiesta como parte de fenómenos masivos, pero distinto es decir que la rotonda en sí sea un espacio que no se pueda tocar”, subrayó.

El mayor problema de la discusión que se ha generado entre la postura del gobernador regional, Claudio Orrego, y la alcaldesa Evelyn Matthei, es, para Óscar Figueroa, “la imposibilidad de generar acuerdos, porque tenemos espacios en blanco en nuestra legislación y en nuestras prácticas de gestión”.

“Lo fundamental sería ponerse de acuerdo y a mí me da la impresión de que si no hubieran cruces políticos entremedio sería mucho más fácil. Ahí está el gran problema, porque ni siquiera son contradicciones en términos de diseño urbano, de planificación, sino que solamente cuestiones que tienen que ver con aspectos formales y en eso, efectivamente, el gran drama es que la Municipalidad de Providencia ha sido siempre terriblemente conservadora”, subrayó el doctor en Urbanismo.

En tanto, Ricardo Abuauad sostuvo que la ciudad es política. “Es impensable que un debate sobre un lugar de esta trascendencia que además ha sido objeto de toda la discusión, de toda la polémica, todo lo que ha ocurrido ahí, se mantenga al margen de la política. Es imposible”, aseguró.

Solución para el debate sobre Plaza Baquedano

Sobre cuál es la mejor opción para el espacio desde la visión experta, Óscar Figueroa señaló que “la rotonda es un hito de la ciudad, eso es inevitable, es como la entrada al oriente, es una de los objetos urbanos históricos de esta ciudad que se han mantenido casi sin cambio en lo esencial. En ese sentido, efectivamente, yo creo que puede haber una pérdida al transformarla, pero creo que al mismo tiempo hay una serie de valores que son importantes para promocionar un cambio”.

“Entonces yo pensaría en algo así como encontrar una una alternativa de diseño que sea lo que más se pueda respetar de la rotonda, pero avanzar en una solución de otro carácter más moderna y más asumiendo el el rol que tiene en la ciudad y en la representación de la ciudad”, subrayó.

Para Macarena Ibarra “toda propuesta que se materialice -hay que decir que es una propuesta que se ha venido discutiendo hace tiempo- ha ido cambiando; debe articular vialidad, áreas verdes, edificios, pero también con espacios públicos. Así como por una parte las áreas verdes que se piensen en esta nueva propuesta probablemente van a venir dadas por las condiciones actuales, hay que considerar que este lugar tiene un valor simbólico”.

“Que este lugar se puede obviamente resignificar, pero que existe. Hay un tema de capas históricas que simboliza ese lugar. El diseño urbano, la planificación y el urbanismo tienen que considerar al patrimonio y la memoria como una hebra relevante en la ciudad”, destacó la experta en patrimonio.

Marcelo Mardones apuntó a que con sus dichos “la alcaldesa en el fondo está proponiendo, a través de la excusa del patrimonio, un inmovilismo de este sector como para hacerle un guiño a su sector político, en el cual finalmente esto sigue actuando como un símbolo de que todo lo que se puso en cuestión en algún momento durante el Estallido Social, ya ha perdido sentido y por lo tanto hay que volver al viejo paradigma del orden”.

“Hay que leer la ciudad en un contexto más amplio, no puedes quedarte solamente en la idea de mantenerlo, yo siempre le digo a mis alumnos que no se fíen de las postales, porque son un recorte de la ciudad, pero nunca te van a mostrar los lugares feos. Distinto es cuando estás ahí y te das cuenta que para un peatón es un espacio vacío. Yo nunca he visto alguien sentado en esas bancas de alrededor de Baquedano porque no puedes ni siquiera ingresar. Mantener ese diseño no tiene ninguna lógica dentro de un pensamiento urbanístico, sino que tiene que ver con una lógica más de la inmovilidad”, apuntó.

Para el decano de Campus Creativo de la UNAB, en tanto, con este debate “hay que aprovechar la oportunidad para cambiar la matriz de desplazamientos de la ciudad de Santiago. Yo creo que esto además de ser un proyecto, también debería ser una declaración de principios. Todo lo que se haga por modificar el sistema de desplazamiento, moverlo menos hacia el auto y más hacia el transporte público sustentable, hacia la bicicleta, hacia el peatón, es en el sentido correcto”.

Para él la propuesta debe trabajarse con los ganadores del concurso público y enmarcó que sobre si dejar o no la rotonda “lo dejaría en manos de los arquitectos ganadores del concurso. Pero también, por supuesto, hay que reconocer la historia, etc.; pero yo digo que sin estos principios de antes, cualquier solución va a quedar coja”.