Pepe Auth, en tres preguntas: “Bachelet se ha convertido en madrina del Presidente Boric”

“Difundo confidencialmente a mis seguidores“, decía el inicio de un posteo del exdiputado, Pepe Auth, en su cuenta de X.

De forma irónica, el analista político compartía una encuesta —prohibida de publicar para las encuestadoras, de acuerdo a la veda electoral— en la que ilustraba la intención de voto de las personas de votar “A favor” o “En contra” en el próximo plebiscito del 17 de diciembre.

La legislación le molesta al exmilitante del PPD, defensor de que la veda se reduzca a dos días antes de la elección —en vez de los 15 días actuales—, argumentando que con la difusión de encuestas días previos a una elección “nadie sabe para quien trabaja“.

En tres preguntas con The Clinic, Auth conversa sobre la veda electoral, la influencia de terceros en la intención de voto de los ciudadanos y sobre la subida de tono en la franja televisada.

—Se espera que la expresidenta Michelle Bachelet haga una aparición en la franja del “En contra”. ¿Con cuánta capacidad de mover la aguja cuenta la exmandataria?

—Ni la presidenta Bachelet ni ningún dirigente político está en condiciones de mover aguja alguna. Son contados con los dedos de una mano los electores que están esperando el mensaje de un político para decidir su voto. Yo creo, incluso, que la participación de líderes políticos en las franjas televisivas o la publicidad radial desfavorece las opciones respectivas. Kast y sus spots radiales contribuye a transformar el plebiscito en uno a su programa y su figura, lo que lo favorece a él pero no al resultado del “A Favor”. Con Bachelet, que se ha convertido en madrina del Presidente Boric, ocurre algo parecido al revés, tampoco favorece la opción “En Contra”.

—¿Qué beneficio saca el “A favor” al subir el tono de su franja política con interpelaciones directas y el “En contra” al responderle?

—El tono de la franja televisiva toma mayor intensidad porque no ha tenido un efecto relevante. El desafiante, el que quiere “dar vuelta el partido”, está forzado a golpear, porque fracasó su argumento principal: que con el “A favor” se cerraba definitivamente el proceso de cuestionamiento a la Constitución, objetivo anhelado por la gran mayoría, después de 4 años en que sintieron que los políticos los sacaron a pasear por un proceso constituyente mientras los problemas de la gente arreciaban.

El punto es que la mayoría aún piensa que es más probable un cierre ratificando la Constitución vigente que aprobando la propuesta, porque esta última sería cuestionada por la mitad de los actores políticos y por la gente, pues parte del programa político de Republicanos metió su cola en el texto.La única arma que les queda es intentar convertir el 17 en un plebiscito al Presidente Boric y a su gobierno, porque mientras más éxito tengan en esto, mayor será la opción de darlo vuelta. Es difícil, porque para bailar tango se necesitan dos y hay uno que no quiere salir a la pista de baile, evitando tropezar dos veces en la misma piedra.

El 4-S fue un plebiscito a la gestión del Gobierno de Boric porque era el portador de la propuesta, responsable principal. Además, Jackson vinculó las “reformas estructurales” al triunfo del Apruebo. Ahora es Kast el portador de la propuesta, el que se echó al hombro la tarea de “dar vuelta el resultado”, el que dijo que votar “A favor” era necesario para tener un camino pavimentado para gobernar mañana. Si algo de plebiscito tiene el 17 diciembre, será más uno a Kast que a Boric.

—¿Qué argumentos sostienen que siga prevaleciendo la ley que determina la veda electoral?

—No hay argumento que justificara la aprobación de una veda de 15 días. Esto se aprobó así porque la Cámara planteó una semana y el Senado un mes de veda, así que la comisión mixta salomónicamente propuso 15 días y se aprobó. Yo voté en contra de esta ley, proponiendo más bien obligaciones a las empresas de encuestas de exhibir sus bases de datos y demás antecedentes técnicos de la muestra, porque el problema no es que haya encuestas y se publiquen, sino que los medios no distinga a veces entre encuestas e instrumentos de campaña hechos para intoxicar a la gente en favor de alguna de las opciones en disputa.

Presenté en 2021 un proyecto de ley para eliminar esta prohibición, que sólo debiera regir en los dos días previos a la elección. No hay justificación alguna para ponerle a la gente una venda en los ojos durante 15 días previos a una elección. Esta ley parte del supuesto equivocado de que los resultados de las encuestas inciden en el voto de un modo unívoco. Pero saber quién tiene más opción de ganar es sólo uno de los antecedentes que la gente considera a la hora de tomar una decisión, que para cada persona tiene distinta gravitación: a algunos los lleva a no votar por quien ya está seguro en la elección y apoyar al que puede perderse, mientras que a otros, seguir a la mayoría.

Tres días antes de mi primera elección en 2009, en la que debía ganarle a mi compañero de lista DC, tres días antes de la elección éste distribuye cientos de miles de ejemplares de un diario en cuya portada están los datos de una “encuesta” en la que, por supuesto, aparece punteando, y le seguía la candidata de la UDI, el entonces diputado Álvaro Escobar, luego el candidato RN y, finalmente venía yo, casi cayéndome de la portada. Imaginarás mi rabia, sin tiempo para responder a esta intoxicación masiva. La noche de la elección, que gané doblando la votación de mi compañero de lista DC, fui a celebrar a la casa de un amigo en Cerrillos y se me acercó su esposa para decirme que ella era demócrata cristiana e iba a votar por el candidato de su partido, pero cuando vio en el diario que yo me estaba perdiendo, votó por mí. Prueba de que nadie sabe para quien trabaja.