Entrevistas
28 de Enero de 2024Jaime Pizarro, Ministro del Deporte: “Es posible convivir con distintas actividades, de forma simultánea, en el Estadio Nacional”
El Ministro del Deporte hace un balance positivo de lo que fueron sus primeros diez meses en el cargo, marcados por los Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023. Además, explica lo que viene para este año en su cartera y, de paso, hace algunos recuerdos de sus tiempos de futbolista.
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La última vez que entrevisté a Jaime Pizarro fue en 2007, cuando era entrenador de Palestino. La conversación se desarrolló en una especie de oficina-camarín algo precaria del Estadio Municipal de La Cisterna. Diecisete años después, las cosas han cambiado. Pizarro ahora es ministro de Estado y la cita es en su muy fresca oficina ubicada en el piso 13 de un edificio de Providencia. Lejos del Barrio Cívico y sus rutinas, y también lejos de Ñuñoa y el Estadio Nacional, recinto asociado a la institucionalidad e historia de nuestro deporte, y que varias veces aparecerá durante esta conversación.
-Usted estaba tranquilo en el mundo privado y lo llaman para ser ministro. Me imagino que fue un cambio brusco.
-Los cambios son producto de las coyunturas que a veces, por distintas razones, se pueden dar. Y claro, hay que asumir. Sin embargo, debo reconocer que se trata de un mundo que para mí resulta más familiar, por todo el tiempo que he estado metido en esto. Aún así, diría que para mí fue sorpresivo, pero también desafiante.
-Asumió en marzo y los Panamericanos partían en octubre. ¿No se sentía un poco como un bombero que llegaba a apagar un incendio?
-Fue, por cierto, un período súper intenso en el que yo y el ministerio estuvimos involucrados en un proceso mayor, que involucró a diversas organizaciones y también a los voluntarios. Aquí hubo un espectro súper amplio, de distintas organizaciones, que aportaron desde sus disciplinas y en diversos territorios. Creo que al final fue algo súper positivo y que se vio reflejado, de alguna manera, en la respuesta por parte de la gente que tuvimos en los Juegos.
-¿Cuál era la principal urgencia de los Panamericanos al momento que usted asumió?
-Si bien habían varias contingencias que abordar rápidamente, el tema de la infraestructura y sus avances era lo más importante. Hay que recordar que los Juegos Panamericanos tenían más de cuarenta sedes distribuidas en el territorio y cada una con un nivel de especificidad.
-Usted no viene precisamente del riñón del Frente Amplio. En ese sentido, ¿cómo ha sido ser parte de este gobierno?
-A uno le enseña muchísimo la experiencia de vivir el mundo deportivo y saber que hay distintas características y distintas cualidades en las personas. El mundo deportivo siempre lo va llevando a uno al límite, en términos de comprender las virtudes y las capacidades propias y de otros, y en el poder desarrollarse en ese ámbito.
Y en este proceso que me tocó asumir de cara a los Panamericanos, para mí no fue una dificultad las relaciones ni las interacciones con otras personas. Siempre he sentido que este tema es colectivo, independiente que uno esté dentro de un servicio con ciertas características, igual dependemos de todos para que funcione articuladamente. Por eso es gratificante que tanto la comunidad como PanAm Sports, la prensa y los deportistas hayan quedado tan contentos con lo que se hizo. Y así hoy también se puede ver a nuestro país como un muy buen gestor y organizador de eventos deportivos de primer nivel.
-Tras los Panamericanos, ¿para qué cosas está preparado Chile?
-Diría que la primera es para seguir soñando, porque efectivamente, cuando uno tiene expectativas, tiene deseos, tiene ilusiones y tiene metas. Bueno, podemos seguir avanzando efectivamente a que hayan más eventos de nivel sudamericano, de nivel panamericano, que hayan más finales y eventos de especialidad. Que podamos seguir llevando más eventos a regiones, tal como lo hicimos con el remo y el canotaje en la Laguna San Pedro.
-Pero unos Juegos Olímpicos o un mundial de fútbol adulto, como se ha hablado por ahí, parece una quimera.
-Creo que lo que uno sí puede hacer es proyectarse. Aprovechar lo que se ha hecho y de la buena gestión que se mostró. Y esto va más allá de lo deportivo. Seguramente podemos avanzar ahora hacia otro tipo de eventos, como seminarios o congresos.
-Han habido quejas en torno a la entrega de los recintos de los Panamericanos a las federaciones, fundamentalmente el Estadio Nacional. ¿En qué está eso?
-Lo que pasa es que el ahora Parque Estadio Nacional tiene una gran cantidad de recintos en su interior, cosas que no existían antes, de diversas disciplinas. Toda esa infraestructura se traspasó desde el Instituto Nacional del Deporte a la Corporación Santiago 2023 para que se preparara, vistiera, equipara e implementara para el desarrollo de los juegos Panamericanos y Parapanamericanos. Bueno, todo eso debe ser retirado. Hay graderías, zonas de jueces, zonas de árbitros, centros de información tecnológica y mucho más. Todo eso se debe retirar antes de entregar los centros a las respectivas federaciones para su uso. Y claro, todo eso se va haciendo de manera coordinada y de acuerdo a un cronograma.
-¿Pero por qué hubo quejas entonces? ¿Desinformación?
-Diría que hay dos situaciones. Una es el cronograma que se tiene para este proceso de retiro y lo otro es que las empresas que hacen este trabajo, por razones de seguridad, no permiten la circulación de terceros y nosotros también tenemos que ser muy cuidadosos con eso. Pero ya hoy, la gran cantidad de ese espacio está a disposición de los deportistas.
-Otra cosa que a alguna gente le suena raro es que la Corporación Santiago 2023 tiene un prespuesto asignado para este año.
-Eso tiene que ver con las operaciones que aún tiene la corporación. Está todo lo que acabamos de hablar, temas de seguridad y una serie de proyectos que se van terminando. Lo mismo pasa con la cantidad de personas que trabajó en la corporación y que tuvo su peak entre setiembre y octubre del año pasado y luego viene en una curva descendente. Es un gran trabajo porque, insisto, eran cuarenta y dos sedes en los Panamericanos y luego en los Parapanamericanos se requirió agregar una serie de infraestructura específica para su desarrollo.
-¿Qué viene para el Ministerio del Deporte, ahora ya sin Panamericanos?
-Bueno, a partir de la gran experiencia que fueron los Panamericanos vienen desafíos como continuar con la posibilidad de hacer eventos deportivos en distintos puntos del país, y por otro lado seguir desarrollando la política del Plan Nacional de Deporte y Actividad Física, que hay que dejar preparado y realizado este año para los próximos diez años.
También tenemos que seguir en esta relación permanente con nuestra contraparte, que es el Comité Olímpico de Chile y las federaciones deportivas. Además, estamos trabajando en instancias como un nuevo protocolo contra los acosos y abusos, y también viene una homologación de Chile al Código Mundial Antidopaje. Además, Chile actualmente está postulando a ser sede de los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales 2027 y deberíamos tener noticias sobre esto durante el año.
-El próximo año se realizará acá el Mundial Sub-20. ¿Estamos bien de estadios para eso?
-Para ese tipo de competencias no se requieren grandes aforos así que, en ese sentido, creo que estamos muy bien cubiertos con nuestra red de estadios.
Jaime Pizarro y disponibilidad del Nacional: “La U, la Católica y cualquier club que lo solicite”
-¿Cómo se va a hacer para poder usar simultáneamente distintos recintos al interior del Estadio Nacional?
-Creo que ese criterio es bien importante y los mismos Juegos mostraron que es posible convivir con distintas actividades, de forma simultánea, en el Parque Estadio Nacional. Ceo que eso quedó en el colectivo y esa es una maravillosa noticia.
-Pero en los Panamericanos no habían barras bravas.
-Está bien, pero por eso uno debe decir que hay que asumirlo. Porque, desde el punto de vista de la actitud de la gran cantidad de público que vino a los Juegos, fue algo absolutamente bien logrado. Ahora viene el fútbol, vienen eventos musicales y culturales. Y, por supuesto, este espacio tiene que generar esa convivencia. De hecho, ya hay reservas tomadas para distintas actividades.
-¿Y el fútbol?
-Ya tenemos programada la final de la Supercopa para el 11 de febrero. Y lo que nos interesa es lograr la mejor armonía en la utilización y optimización de todo el parque.
-O sea que la U podrá usar el Estadio Nacional sin problemas este año.
-La U, la Católica y cualquier club que lo solicite, siempre y cuando el calendario no esté comprometido. Y por supuesto, también lo usará la selección nacional.
El Deporte Rey
-Como Ministro del Deporte, pero también como exfutbolista, ¿cómo ve al futbol chileno hoy? No se ha clasificado a los últimos mundiales, hace rato nuestro clubes no avanzan en torneos internacionales, hay líos con la propiedad de algunos clubes, con los representantes…
-Diría que las industrias tienen estas conductas de altos y bajos. Indudablemente Chile y su fútbol no pasan por un ciclo tan exitoso. Creo que la gestión local es clave para que efectivamente después se alcance ese paso significativo en la competencia internacional.
-Usted no solo ganó una Copa Libertadores si no que participó y avanzó en varias. ¡Pero ahora no vemos una!
-Por eso digo, yo creo que es muy raro que se produzca un buen resultado internacional sin tener consolidado y potenciado el tema interno.
-Hay quienes dicen que para arreglar varios de los problemas de nuestro fútbol habría que partir por hacerle algunos ajustes a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas.
-Absolutamente. Con el paso del tiempo las cosas han ido cambiando y es necesario volver a calibrar. De hecho, estamos justamente generando las indicaciones que irán a ese proyecto de ley y que tienen que ver con la separación de la federación de la liga, con el asunto de la multipropiedad de los equipos y con la participación de los agentes de jugadores.
Algunas historias
-¿Le tocó enfrentar a Ricardo Gareca, el nuevo entrenador de la selección de fútbol, en sus tiempos de jugador?
-La verdad es que no recuerdo, pero sí recuerdo muy bien su época en el América de Cali, que era un equipo muy potente. Y, además, como entrenador ha tenido desempeños muy destacados, por lo que solo queda desearle suerte y esperar que le vaya bien con nuestra selección.
-Leí por ahí que pesa lo mismo que en su época de jugador. No vamos a dar nombres, pero varios excolegas suyos no pueden decir lo mismo. ¿Cuál es su secreto?
-(Se ríe) La verdad es que no me cuido, pero además no soy muy bueno para comer.
-¿Algun debilidad?
-Afortunadamente la fruta, me gusta mucho. De hecho, no tengo problema si me ponen de colación o a media tarde fruta. Incluso mis postres de fin de semana son siempre fruta. Creo que eso me facilita mucho las cosas, y lo otro es que tengo la costumbre de salir a correr todos los días, a la hora que sea.
-¿Ha cambiado mucho la alimentación de los futbolistas desde los tiempos en que jugaba hasta ahora?
-Ha cambiado el reglamento, la forma de entrenar, las pelotas, los zapatos de fútbol, las camisetas… todo.
-Pero a ustedes ya los pesaban, ¿no?
-Sí, había un control de peso permanente, pero el tema de la composición corporal no era algo relevante. Muy distinto a lo que pasa hoy, en que se manejan aspectos como la oxigenación, porcentaje de grasa, desplazamientos y varias cosas más.
-Recuerdo que hasta los 90, en el Estadio Monumental, había un kiosco en el que muchos jugadores profesionales pasaban a tomar una bebida después de entrenar. Ahora están prohibidas.
-Más que prohibidas creo que ahora hay más conciencia en hidratarse con cosas que no existían antes, como las aguas con fruta o las isotónicas.
-¿Sigue viendo fútbol, más allá del trabajo mismo?
-Sigo. Me gusta verlo, disfrutarlo. A pesar de estar viendo las mejores competencias, uno sigue observando el juego y sus dinámicas.
-Se sabe que en el plantel de Colo-Colo que ganó la Copa Libertadores en 1991 se seguían muchas cábalas. ¿Usted estaba entre los que las seguían o era de los escépticos?
-Yo estaba en el grupo de los que seguían las cábalas, de todas maneras.
-¿Qué tipo de cábalas tenía?
-Muchísimas. Desde la forma en que salíamos a la cancha, los diálogos antes de salir y todas las rutinas que teníamos, que se respetaban y repetían.
-¿Alguna suya en particular?
-Mi bolso, que partía en la primera fecha del campeonato y del que no se sacaba nada hasta que terminara el torneo. Entonces si un día, por alguna razón caía un lápiz en el bolso, ahí se quedaba hasta el final y me acompañaba hasta la última fecha. Solo en ese momento yo daba vuelta el bolso y -como se dice- caían sapos y culebras.
-A propósito de cábalas y cosas por el estilo, entiendo que tuvo una historia con Yolanda Sultana ese año 91.
-(Hace una pausa) Efectivamente, la señora Yolanda nos invitó a un par de jugadores del plantel a su casa y fuimos.
-¿Quiénes fueron?
-Lizardo (Garrido) y yo. Era enero de 1991, todavía no había arrancado la Copa Libertadores y ella nos dice: tengo una noticia para ustedes, van a ganar la Copa Libertadores. Afortunadamente fui con Lizardo, así que tuve un testigo de lo que ella dijo. Pero claro, con Lizardo acordamos quedarnos callados, no comentar nada.
-¿Qué pasó después?
-Pasamos una primera fase muy bien, sin problemas, pero en la segunda fase vino Universitario (equipo peruano) y la cosa no fue nada fácil. Avanzamos, pero costó. Así que después de eso llamamos a la señora Yolanda para conversar, porque la cosa no se veía tan clara como ella nos había contado. Pero ella nos dijo que teníamos que seguir tal cual en lo que estábamos, porque era seguro que íbamos a ganar. Y bueno, después vino una tercera ronda bastante más holgada y ya no paramos de avanzar. Lo increíble es pensar que nos dijo eso en enero, antes de comenzar a participar en el torneo. ¡Qué ganas de haber tenido un celular o una grabadora en ese momento! Pero bueno, eran otros tiempos.