El conflicto legal que desataron los “errores de construcción” en edificio de San Damián, uno de los barrios más caros de Santiago

En 2020, en plena pandemia, se inauguró en uno de los sectores más caros de Santiago un complejo inmobiliario de alto estándar. El condominio, ubicado en Avenida San Damián 660, en la comuna de Las Condes, cuenta con 15 departamentos con más de 400 metros cuadrados construidos diseñados por el arquitecto Gonzalo Mardones.

Hoy, como publica Diario Financiero, el complejo habitacional es el epicentro de una contienda legal. Los propietarios de las viviendas acusan que existen “múltiples errores de construcción” por lo que demandaron a la empresa constructora. El juicio quedó radicado en un juzgado civil de Santiago y se encuentra actualmente en etapa de presentación de testigos tras más de un año de iniciado.

En la demanda, que patrocinó el abogado Francisco Javier Fernández, se asegura que “las expectativas de los demandantes al corto andar se transformaron en decepción y angustia. Se encontraron con un edificio con múltiples errores de construcción, muchos lisa y llanamente burdos, que en algunos casos incluso comprometen su habitabilidad. Existen filtraciones, grietas e incumplimientos graves de la normativa de instalaciones eléctricas que ponen el riesgo la seguridad de los propietarios”.

“Mis representados adquirieron inmuebles mal hechos, con terminaciones en el mejor de los casos mediocres ―cuando no derechamente inaceptables― y trabajos inacabados en otros casos”, agregó el abogado.

Con esos argumentos, el grupo de propietarios exigió a la empresa constructora el pago de los perjuicios por $418 millones más intereses.

En la contestación de la demanda, la constructora ―representada por Francesco Campora y Juan Pablo Letelier― sostuvo que “las afirmaciones […], que por cierto negamos, traspasan el límite de una argumentación razonable. Bajo ninguna circunstancia aplican a la realidad constructiva del proyecto”.

“A partir de esta genérica y vaga descripción se rasgan vestiduras, postulando que las supuestas fallas, errores o defectos comprometerían incluso la habitabilidad de los edificios y departamentos en comento, los que estarían derechamente mal hechos”, añadieron en la respuesta.

Según la empresa, “afirmaciones tan categóricas exigen una fundamentación acorde, claramente inexistente en la demanda. En especial cuando, en paralelo a este juicio, alguno de estos departamentos supuestamente ‘ruinosos, prácticamente inhabitables y mal hechos’, son ofrecidos en venta al público en la friolera de UF 57.000, es decir, prácticamente $2.000 millones (¡!), destacando sus ‘espectaculares acabados’ y ‘finas terminaciones’“.

Así, la constructora apunta que existe “una mezcla entre abuso y capricho” por parte de los propietarios de los departamentos.

Los errores de construcción y las explicaciones de la constructora de lujoso edificio en San Damián

Los demandantes aseguran que los defectos de construcción tienen que ver con “un trabajo constructivo mal hecho y desprolijo”. En ese sentido, detallan que existen “filtraciones en casi todos los departamentos (cuya única causa no puede sino ser un trabajo mal ejecutado). Espejos rayados (que no salen así de la fábrica). Fisuras en uniones y hormigón y, en general, terminaciones descuidadas, sistema de calefacción y agua caliente que no funcionan correctamente debido a la mala instalación de los equipos, porcelanatos rotos, entre otros”.

Pero, para la constructora, lo que explica la demanda es un presunto nexo entre los demandantes y la inmobiliaria a cargo del proyecto en San Damián. “Sorprende, ante todo, que los demandantes no hayan sincerado que, en la especie los pretendidos propietarios ‘primeros compradores’ son, en su inmensa mayoría, los mismos dueños detrás del mandante del proyecto, Inmobiliaria Las Mercedes S.A.”, acusaron desde la compañía.

“Lo anterior se explica en el origen de este proyecto. El acuerdo de un grupo de personas de muy alto patrimonio que constituyeron una inmobiliaria ad-hoc que construyera departamentos de súper lujo para ellos mismos”, plantearon.

La empresa añadió que las obras en cuestión se conversaron en detalle con los propietarios y la inmobiliaria y que fueron recibidas conforme. Además, cuestionaron que “los demandantes hayan preferido omitir que estos decidieron habitar los departamentos en comento mucho antes de su recepción municipal y de su venta. También omitieron las relevantes modificaciones que ejecutaron con las obras ya concluidas, y que explican parte sustancial de los daños que ahora abusivamente imputan”.

“Así, con el afán de traspasar a la constructora responsabilidades ajenas y daños autoinfligidos, que no le correspondían ni legal ni contractualmente, los propietarios realizaron una cantidad importante de solicitudes derechamente improcedentes”, cerraron.