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Política

28 de Marzo de 2024

Senadora Ximena Rincón (Demócratas), en tres preguntas: “No hemos renunciado a lo que somos”

Senadora Ximena Rincón (Demócratas), en tres preguntas: "No hemos renunciado a lo que somos"

En conversación con The Clinic, la senadora de Demócratas aborda las repercusiones tras la votación de la Presidencia del Senado. En ese sentido, reflexiona sobre las leyes "anti díscolos". Del mismo modo, entrega sus proyecciones sobre un posible pacto con Chile Vamos y sobre la elección de la Cámara de Diputadas y Diputados.

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Han pasado 9 días de la elección de la nueva presidencia del Senado el pasado 19 de marzo, y la votación sigue dejando repercusiones. En un hecho inédito desde el retorno a la democracia, el pacto que se había acordado entre el oficialismo y la oposición se quebró. Finalmente, fueron Chile Vamos y Demócratas quienes quedaron a la cabeza de la Cámara Alta.

Algunas de las principales críticas del oficialismo fueron dirigidas contra Demócratas, ya que contaban con sus votos para poder conseguir la Presidencia del Senado, lo que finalmente no ocurrió. En conversación con The Clinic, la senadora de Demócratas, Ximena Rincón, aborda lo ocurrido en tres preguntas.

En ese sentido, entrega sus perspectivas sobre las posibles reformas políticas “anti díscolos”, su perspectiva con una posible alianza con Chile Vamos y su opinión respecto a la elección de la Presidencia de la Cámara de Diputadas y Diputados.

—En el anteproyecto de Constitución de los expertos se hablaba sobre un fuerte cambio al sistema político. Una de las propuestas conversaba sobre que a los partidos les pertenecía el cupo que consiga el personaje que haya sido electo bajo su alero. Con la situación relativa a su nominación a la comisión de Hacienda del Senado y lo que estaba envuelto, ¿qué piensa al respecto?

—Hay que tener cuidado con lo que se dice al respecto. Por supuesto que no se podría tener reparo a la disciplina partidaria, pues es un pilar para el funcionamiento de las mayorías en el Congreso. Además, es evidente que lo ocurrido en el Senado no se puede asimilar a lo que proponía el texto votado en Contra por los que exigen cumplir un acuerdo de manera “parcial”. Y no se puede asimilar pues acá estamos hablado de un acuerdo que involucraba a personas con nombre y apellido y no un tema de militancias partidarias. Las personas están primero. En este aspecto creo que hay que tener algunas prevenciones: cuando se habla de leyes de díscolos o temas similares sobre cupos asociados a partidos, hay que tener presente que estamos en un régimen presidencialista.

El problema de la disciplina es más importante en los regímenes parlamentarios donde el gobierno se sustenta en su sobrevivencia en esta disciplina. Seamos francos, en los parlamentarismos importa el primer ministro y su gabinete. Los parlamentarios tienen mucho menos peso específico que los congresistas. Su función es de representación por sobre constituirse en un contrapeso como es en el presidencialismo. Por supuesto que son importantes, por supuesto que tienen un rol de balanceo de poder, pero no es como en nuestro sistema.

A diferencia del parlamentarismo, en el presidencialismo los parlamentarios o el parlamento, somos el contrapeso en tanto representantes y verdaderos colegisladores. El peso del Congreso es mucho más central en la toma de decisiones, pues el Ejecutivo no reside dentro de las Cámaras si no que dialoga y discute con ellas. Por lo mismo, el peso específico de un congresista (diputado o senador) no puede ser reducido meramente a la representación. Tiene mucho más peso específico la persona y no solamente el partido al que pertenece. Aclarado lo anterior, creo que la disciplina es muy importante y debe ser mantenida, pero no debemos aplicar las normas propias de otro régimen político en el nuestro. Hay mucha confusión al respecto.

—¿El acuerdo que se alcanzó con los partidos de derecha en la nueva mesa directiva marca un precedente electoral con Chile Vamos?

—Nosotros hemos dicho que estamos en el Centro y ese es nuestro domicilio político. También hemos sido muy críticos de la gestión del Presidente Gabriel Boric, lo que obviamente nos pone en sintonía con otros que piensan lo mismo.

Creo que el punto es si somos capaces de proponerle una alternativa a hombres y mujeres de nuestra patria, que sea distinta a la actual donde la delincuencia, la falta de actividad económica y la precariedad en la toma de decisiones es pan de cada día. Por cierto, si con sectores de Chile vamos tenemos coincidencias en eso, pues bienvenido sea. El problema son las caricaturas de los buenos contra los malos. En materia electoral debemos ser muy claros.

Queremos liderar un proyecto de país distinto al que nos ofrece el actual gobierno, pero sin renunciar a lo que hemos sido siempre. En esto parece que la memoria es frágil. Estamos acá porque reivindicamos lo hecho en los gobiernos de la Concertación. Reivindicamos la capacidad de diálogo que muchas veces tuvimos con el gobierno del Presidente Sebastián Piñera y hacemos un mea culpa de cuando no tuvimos esa altura.

Tampoco le cerramos la puerta al diálogo al actual gobierno, pero cuando nos piden renegar de una historia compartida nosotros decimos que no, porque estamos orgullosos de los mejores años que ha tenido Chile en su historia. El problema de este supuesto precedente con Chile vamos es simplemente asumir una realidad de lo que ocurre: No hemos renunciado a lo que somos. Cuando se planteó la democracia de los acuerdos no se hacía sólo con los que piensan igual. De eso se trata.

—Dado que la diputada Joanna Pérez suena como el principal nombre de remplazo en caso de que el acuerdo administrativo en la Cámara de Diputados se rompa, ¿en su partido existen reparos con que el PC sea quien presida la Cámara?

—La pregunta central es si el PC a cargo la Cámara mostrará sus mismos argumentos de siempre para sostener que Cuba y Venezuela son democracias ejemplares a la que habría que imitar o si son dictaduras criminales que no deberían seguir en el poder.

Cuanto tenemos problemas graves de educación, delincuencia y otros que no pueden ser achacados al pasado, pero si a la mala gestión actual, el PC donde se para para buscar una solución. Nuestro problema no son las personas. Esto no se trata de un anticomunismo básico y de manual. Es ver dónde están los acuerdos civilizatorios mínimos para sostenernos dentro de una democracia. A nosotros nos gusta la democracia sin adjetivos.

No nos interesa la democracia protegida que nos propusieron en el pasado, ni tampoco queremos la democracia socialista del siglo XXI que otros nos proponen. Esto es una materia de coherencia entre lo que decimos y hacemos.

Entonces, si me pregunta por un pacto administrativo, la pregunta es cómo nos hemos compartido todos. La idea es que, si salen todos al pizarrón, todos podamos decir que salimos aprobados. El problema es que algunos miran con un ojo menos la realidad, cargado sólo lo que quieren ver.

Acuerdo significa querer cuidar a la democracia. Cuando uno escucha a senadores y dirigentes políticos que quieren imponer la calle por sobre las instituciones democráticas, pues claramente surge un tema de fondo. Nosotros somos demócratas y no a la carta como algunos sugieren. ¿Es un reparo al PC? Por supuesto, pero es basado en un mínimo de honestidad. Esto no es a las personas, pero si a las conductas, donde muchos predican pero no practican.

Creo que seria una tremenda y gran presidenta de la Cámara. Tiene competencias y construye acuerdos. Y qué mejores ejemplos que su rol en la Comisión de Crimen Organizado que lideró, o la batalla de defensa de Huachipato que ha conducido en estos días. Sin lugar a duda, es una gran líder y sería una gran presidenta de la Cámara Baja.

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