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Entrevistas

14 de Enero de 2024

Jessica López, ministra de Obras Públicas: “Es legítima y necesaria toda conversación con distintos actores. No sé si precisamente la forma haya sido la apropiada”

Fotos: Felipe Figueroa

La titular del MOP, atendiendo la realidad de su cartera, es de las ministras que cuenta con mayor relación con el mundo privado. Por ello, aborda las controvertidas reuniones de parte del gabinete con el lobbista Pablo Zalaquett que no fueron transparentadas. Defiende que "no es posible legislar, ni hacer propuestas de políticas públicas sin conversar con todas las partes interesadas", pero sí plantea que hacia el futuro los encuentros deben ser transparentes. López, además, explica la reforma a la permisología "en simple" y adelanta cuáles serán las obras públicas más importantes para este año, entre ellas el agrandamiento del aeropuerto nacional y varios trabajos en carreteras.

Por Rocío Latorre

La ministra de Obras Públicas, Jessica López Saffie (67), es una de las voces más autorizadas del gabinete para hablar de lobby o de reuniones de relacionamiento. Por el modelo de concesiones vigente, su cartera tiene contacto casi cotidiano con grupos de interés del mundo privado.

En medio de la controversia, la ministra afirma que no ha participado de las polémicas reuniones en el departamento de Pablo Zalaquett. Ni ahora ni en su período como presidenta de BancoEstado, antes de asumir la cartera.

Pero López evita calificar el actuar de sus colegas como un error o no. Y es que bajo esa tradición del MOP, de un constante relacionamiento con el empresariado, defiende la idea de sostener diálogos con ellos, e incluso coincide con Zalaquett y la idea de que en Chile hoy se conversa poco. Sí plantea dudas respecto a la instancia y modificaciones a cómo deben ser a futuro este tipo de reuniones.

En un balance de año que recién cerró, López destaca haber logrado cumplir con el 99% de la ejecución presupuestaria del ministerio, en medio del ajuste de los mercados. También detalla los cambios que contemplan las dos reformas para agilizar los procesos de permisos y evaluación ambiental.

—Su ministerio es uno de los más sujetos a reuniones con grupos de interés. ¿Ha acudido a alguna reunión informal, no registrada en la plataforma de la Ley de Lobby, con Pablo Zalaquett como intermediario u otro lobbista de la plaza?

—A mí no me invitó Zalaquett. Y no me ha tocado precisamente por lo que tú indicas. De repente te invitan a seminarios y cosas ahí, donde hay, naturalmente, aparte de una presentación, un intercambio. Pero lo que ha marcado los cargos que me han tocado es que son trabajos donde la relación con los privados es permanente.

—No tiene necesidad de “conocer” al sector, como sí planteó la ministra Maisa Rojas, quien admitió tener poca relación con el mundo privado.

—Claro, acá no solo están todas las sociedades concesionarias, con quienes -por cierto- nos reunimos permanentemente. Sino que también, cuando hablamos del presupuesto del ministerio, que se ejecuta a través de privados, estamos hablando de un registro de contratistas de 400, 600 empresas (…). Ejecutamos los proyectos con ellos. Necesitamos estar en conversaciones con ellos, es algo muy habitual para nosotros.

—¿No se le ha requerido de estas instancias “por fuera”, en tono de exposición? La ministra Tohá ha planteado que su asistencia fue bajo esa categoría.

—No. Y si alguno quiere conversar sobre el futuro del país, yo feliz, ningún problema.

—Esos espacios a veces se dan en instancias como las reuniones de Enade y otras citas de carácter más público, donde hay exposiciones de autoridades, relacionamiento y conversaciones de pasillo…

Claro. A mí me invitan a hartas de estas cenas anuales de la industria. Me refiero a cenas como la de la Cámara Chilena de la Construcción. Y ahí voy porque encuentro que es una muestra de respeto importante. Son muchos actores los que participan ahí. Son parte esencial de nuestra sociedad las empresas privadas. Hay que estar.

Jessica López

—¿Cree que hubo un error, particularmente en el caso de sus colegas de Medio Ambiente, Economía y Trabajo?

—Es tanto el juicio que se ha hecho sobre esto que preferiría no agregar más cosas. Creo que lo importante es valorar los espacios de conversación con todos los actores de la sociedad. No solo con los empresarios, no solo con los gremios, sino también con los trabajadores, con organizaciones sociales. A mí me toca mucho (dialogar) con organizaciones preocupadas de los temas ambientales. Son todos actores válidos, que tienen algo que decir respecto al país que construimos.

El diálogo con todos ellos tiene que ser permanente y abierto frente a la ciudadanía. Cuando se empieza a hablar de la cocina y todas esas cosas, generan ruidos inapropiados. Yo legitimo y encuentro que es súper legítima toda la conversación con distintos actores…

—¿Incluso instancias en el formato que se han conocido, al margen de la Ley de Lobby?

—No sé si precisamente esa forma haya sido apropiada. Pero rescato, más bien, la necesidad de generar espacios de conversación y de diálogo.

“No es posible legislar, ni hacer propuestas de políticas públicas sin conversar con todas las partes interesadas”

—Zalaquett ha justificado sus encuentros en ello, en que hay partes que no conversan. ¿Coincide, al menos, en eso?

—Necesitamos espacios de buena conversación. Hemos tendido a cerrar un poco la conversación y hay que abrirla, no cerrarla. Y buscar espacios de encuentro, más que de diferencia. Eso es lo que nos pide la ciudadanía hoy.

—Con los antecedentes conocidos de las reuniones, particularmente luego de lo dicho por el ministro Nicolás Grau, ¿califica como lobby?

—Mira, no sé calificar muy bien exactamente cuando es lobby o no es lobby. Tenemos acá a expertos que me ayudan a distinguir eso. Pero creo que la apreciación de empresarios y asociaciones empresariales, así como de trabajadores y agrupaciones de trabajadores, sindicatos, respecto de cómo tiene que ser el futuro del sector pesquero son cosas que tienen que estar sobre la mesa.

No sé dónde se emiten esas opiniones, pero tienen que estar (…). Retrospectivamente, es fácil hacer juicios. Podemos hacer las cosas de una manera distinta para delante: hay que incorporar más transparencia.

—Claro, el debate ha sido que ojalá fuera por conductos regulares.

—Ojalá. Pero yo lo pondría más bien allí: no es posible legislar, ni hacer propuestas de políticas públicas sin conversar con todas las partes interesadas. Es ridículo.

—Decía que hay equipos que se encargan de revisar y gestionar encuentros de lobby. ¿No es ingenuo, entonces, cuando la ministra Rojas plantea que no sabía a qué se dedicaba Zalaquett?

—Yo, de verdad, no sé quienes son todos los lobbistas registrados de Chile. Para eso hay un equipo que tiene que regular cómo se hacen las conversaciones y cuáles son los resguardos que se toman.

Jessica López: “Hoy los permisos no discriminan la obra a la que se refieren”

—A mediados de la semana el Presidente Boric presentó la esperada reforma a la “permisología”. ¿Cómo podría explicarse en términos simples las modificaciones?

—La manera que me hace más sentido explicarlo tiene que ver con que hoy los permisos no discriminan la obra a la que se refieren. Y probablemente son miles los proyectos, porque cuando hablamos de proyectos, hablamos de construir una casa, construir un condominio, instalar un venta de hot dog también requiere permiso, o un tremendo restaurant. Todos los proyectos requieren permisos y hoy no se discrimina ni por el tamaño, ni por el riesgo, ni por el impacto.

—Se va a priorizar, digamos.

—La primera cosa es estructurar los permisos en función del riesgo y el tamaño de los proyectos a los que estamos haciendo referencia. Ese es el primer gran concepto. No puede ser independiente el permiso del tamaño del proyecto y la criticidad. No puede ser lo mismo si es un hospital o si es una casa.

Y lo otro está asociado a que hay un conjunto de permisos asociados a proyectos de bajo riesgo y vamos a pasar del permiso a la declaración. Y ahí pasa a jugar un rol el desarrollador del proyecto, el dueño, el sector privado. Que va a tener que asumir frente a la sociedad una responsabilidad.

Jessica López

—Una especie de declaración jurada.

—Aquí hay un rol que tiene que empezar a asumir el sector privado, de responsabilizarse un poco de este concepto de la autorregulación. Son cosas bien estructurales e importantes porque todo eso tiene que llevarnos a que los proyectos se hagan más rápido. Y si se hacen más rápido, son más rentables. Tienen un inicio más pronto y por lo tanto impactan sobre el crecimiento económico de forma más ágil.

—Hace algunos días destacó que se cumpliera con el 99% del presupuesto de la cartera. Hasta casi fin de año había una ejecución de apenas la mitad. ¿Cómo se fue revirtiendo ese escenario?

—Entre el año 2022 y 2023 se expresó toda la crisis económica en términos de obras abandonadas. Llegamos a tener 170 contratos abandonados, en términos de licitaciones que no pudimos adjudicar debido al desajuste de precios. Cuando tú miras la curva de precios de los materiales de la construcción, venía al alza (…), después se estabilizó más arriba.

Eso significó que nuestros presupuestos quedaron completamente fuera. Y el proceso de ajuste de precios fue un proceso que se demoró, pero finalmente ya empezamos a llamar a las licitaciones con los precios normalizados. Ya tenemos retomadas más de 100 de las obras y pudimos llamar a licitación a más de 600 hacia finales de año.

Carreteras y aeropuertos: las obras que vienen para este año

—¿Qué obras vienen para este año desde Obras Públicas? Hay una reactivación importante para el sector.

—Bueno, tenemos cuatro cosas importantes. Vamos a licitar el tramo Caldera-Antofagasta y Antofagasta-Iquique, que son tramos donde hay mucha circulación de industria minera. Y es bien importante tener esa ruta bien sólida. Para el sur tenemos el tramo entre Chacao y Chonchi, en la isla grande de Chiloé, que también es una ruta que necesita pasar a un alto estándar. También tenemos varias relicitaciones en la ruta 5. Y en las rutas transversales, en la 68 y la 78, se está trabajando. Llamamos a licitaciones el año pasado para Santiago-Los Vilos también.

También tenemos el proyecto de la desaladora de Coquimbo que tenemos que llamar a licitación este año (…), y tenemos bastante en nuevas licitaciones de aeropuertos, para mejorar.

—¿Para el terminal nacional o mejoras al internacional?

—El nacional está en obra ahora. Ese terminal recibe más pasajeros que el internacional. Y lo vamos a dejar habilitado para llegar en algunos años más a 20 millones de pasajeros. Hoy día estamos en 11 millones. Algunas zonas como la de embarque, por ejemplo, quedó chica. Eso es parte de lo que se va a trabajar.

—¿Están consideradas obras para los aeropuertos de regiones?

—Sí, por supuesto, el aeropuerto de Antofagasta; el de Caldera, en Atacama. Esos dos van a ser mejorados. Para el sur el de La Araucanía está en proceso; el de Puerto Montt va a entrar en un proceso de mejora. Y estamos viendo cómo agregar los otros de la zona que son los de Osorno, Cañal Bajo. También El Pichoy, que es de Valdivia, y el de Castro, Mocopulli. Esos tres la idea es agrandarlos también para darles más fuerza.

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