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4 de Mayo de 2024

Andrea Tessa a 40 años del emblemático programa “Más Música”: “Con lo que me pagaban, no habría llegado ni a la esquina”

Fotos: Sergio López

La primera conductora de “Más Música” recuerda sus ochos años en el emblemático programa juvenil de Canal 13. El 1 de julio se cumplirán 40 años del debut del espacio que abrió definitivamente la era de los videoclips musicales en la TV chilena. Andrea Tessa recuerda que fue elegida sin concurso ni sorteo, que usaban material comprado a MTV, que no la dejaron hacer un especial de Freddie Mercury y que vivieron hitos como el estreno de “Thriller”, de Michael Jackson, una primera entrevista a Soda Stereo y una torta cuando estuvo con Los Prisioneros en el estudio de TV.

Por Jimena Villegas

–Me acuerdo hasta de que el día estaba soleado, súper rico. Debe haber sido en mayo o por ahí. Eduardo Domínguez me paró en un pasillo del canal y me dice: “Oye, ¿hagamos un programa de videos juntos?”. Y yo: Whaaat? “Sí, un programa. Tenemos material, vamos a comprar grabaciones de afuera. Me gustaría que tú lo hicieras”. 

–Usted fue elegida directamente.

–O sea, no hubo casting ni nada. Y le dije: “Eduardo, yo tengo la canción”.

–¿Y también eligió la cortina musical?

–Sí, yo la elegí. Era mi canción, la canción del momento. La escuchaba todos los días. Era la canción que me tiraba para arriba y todavía la gente que la escucha en Chile se acuerda de nosotros.

La canción se llama “Music”. Es un single del británico John Miles del año 1976 y fue producido por el afamado Alan Parsons. El programa, que tuvo un trozo instrumental de esa canción como cortina, es “Más Música”. Y quien cuenta esta historia de pasillos en la capitalina calle Inés Matte Urrejola 0848 es Andrea Tessa Vergara (63), la primera conductora de ese emblemático espacio dominical, cuyo debut está a punto de cumplir 40 años. 

Fue el 1 de julio de 1984, a las 15:30 horas. Andrea Tessa, que por entonces usaba el pelo bien ondulado gracias a la ayuda de -dice ella- “una permanente atroz”, salió a competir por las pantallas de Canal 13, bajo la dirección del fallecido Eduardo “Flaco” Domínguez. Andrea tenía 23 años, aunque era ya una artista curtida en los escenarios. Con ella como rostro, la poderosa estación que entonces pertenecía a la Corporación de Televisión de la Universidad Católica buscaba a salir al paso del pionero en el segmento para jóvenes: “Magnetoscopio Musical” (1981), de TVN.

–Y lo lograron…

–Pero lo lindo es que fuimos una alternativa, porque no era exactamente lo mismo.

***

“Más Música” partió siendo distinto de su competencia y se debe, probablemente, a que ofreció dos valores añadidos: Andrea Tessa habla muy bien inglés y es cantante. Tessa vive la música, ama la música, respira la música. Este mes, el día 23, hará un tributo jazzístico a Ella Fitzgerald en el Teatro Nescafé de las Artes, junto a la neoyorkina Gabrielle Stravelli. En 1989 interpretó para esa temporada del programa una versión propia de la canción “Music”. Tres años después daría un paso al costado. 

Hoy, sentada en una cafetería del sector oriente de la capital, sonríe cada vez que debe esforzarse un poco para recordar sus años en “Más Música”. Sonríe, aunque está triste. Su amado perro Patán murió hace un mes y aun no logra superarlo. Cuenta que hasta le tiene una canción, que hizo en la ducha y que solo grabará cuando esté en condiciones emocionales de hacerlo.

Sonriendo, recuerda que el espacio televisivo empezó a hacer de verdad la diferencia cuando salieron del estudio: “Empezamos a sacar las cámaras, porque no parábamos en todo el año. Grabábamos los capítulos de verano en las playas y también en Santiago, cerca de la calle Merced, en la Plaza del Mulato Gil”. 

–¡Qué antiguo!

–¡Sí! Mira lo que te estoy diciendo. Partíamos a Papudo. Íbamos con las patas y el buche. Hacíamos cinco o seis programas y dejábamos un mes grabado. 

En principio, “Más Música” estaba dedicado a mostrar material envasado anglosajón. El concepto de videoclip había nacido en 1957, con “Jailhouse Rock”, de Elvis Presley. Pero los grandes saltos cualitativos del formato se dieron recién en la década del 70, con el extraordinario “Bohemian Rhapsody” (1975), de Queen, que ofrecía un concepto estético despegado de la interpretación. No fue sino hasta 1981, que los videoclips comenzaron un reinado que perdura hasta hoy.

Ese 1981, la cadena estadounidense MTV -hoy propiedad de Paramount- se convirtió en el primer canal de videos musicales 24/7. MTV partió el 1 de agosto de 1981, con el gesto simbólico de la canción “Video killed the radio star”, de la banda The Buggles. El segundo lugar fue para una de las grandes rockeras de los años 80, Pat Benatar.

​Pero Chile estaba muy lejos de eso. En 1984, era un país que aún no había dejado atrás la dictadura. Ese año los estudiantes salían a la calle a estimular una oleada de manifestaciones. Recién el año anterior se había autorizado el primer regreso relativamente masivo de exiliados post golpe militar. La banda sonora colectiva local fluctuaba entre la canción de protesta; las primeras bandas emergentes del rock nacional, con Los Prisioneros a la cabeza, y un ecosistema musical televisivo conquistado por los estelares en vivo.

TVN tenía por caballo de batalla a “Sabor Latino”, a cargo de Antonio Vodanovic. Y Canal 13 daba pantalla a “Martes 13”, que conducía César Antonio Santis. Con sus respectivos matices, ambos eran propuestas para adultos. El primero estaba colonizado por vedettes. El segundo sí ofreció durante años espacio a la buena música y tuvo entre sus estrellas a cantantes como Dionne Warwick o Neil Sedaka, pero carecía del lenguaje juvenil, era muy encorsetado. Estaba a años luz, por poner un ejemplo extranjero, de “The Midnight Special”. 

Por eso, la promesa era atractiva: “Más Música” iba a abrir la pantalla chilena a videos de Madonna, Cindy Lauper o Michael Jackson. Los tres eran iconos de una ética rupturista y ochentera, en la que también hubo espacio para las nuevas bandas latinas. Andrea Tessa dice: “Para mí, fueron ocho años requete vividos y gozados. Tuve la mejor escuela en ese programa, como locutora, como animadora y también como músico. Venían los Soda y ¡yo cantaba con los Soda!”.

–¿Cómo fue esa primera experiencia con ellos? Usted no los conocía mucho.

–Es que no. No eran conocidos, ellos venían a hacer promoción a Chile. Si yo hubiera pensado… O sea, nadie pensaba lo que iban a llegar a ser. Vinieron a “Sábados Gigantes”, y ahí los fui entrevistar al estudio. Nos sentamos en las gradas del escenario y conversamos. Pero tú ahí no tienes la sensación de que estás ante un momento histórico. Sólo estás entrevistando a un grupo nuevo que viene a hablar y a mostrar su música. ¡Qué ibas a pensar tú que ese iba a ser un grupo emblemático para las próximas generaciones! 

-¿Y los volvió entrevistar?

-Sí, varias veces. Y siempre fueron personas muy divertidas. Una vez me amarraron con los micrófonos. Otra vez me hicieron un manteo y casi me tiran a piscina del hotel Crowne Plaza donde se estaban quedando. Eran muy dicharacheros.

-¿Y guapos, no? 

-Guapísimos, impresionantes, los tres. Y ni hablar de Gustavo. Pero yo encontraba que el Zeta era súper atractivo, porque era el más silencioso. Típico que el bajista era el más silencioso.

-No el de Los Prisioneros, que también fueron a “Más Música”.

-Tengo los mejores recuerdos. Los Prisioneros vinieron al programa número 100. Éramos todos cabros chicos. Me acuerdo de que trajeron una torta al estudio, y ellos metían el dedo en la torta en un acto de rebeldía. Es una rebeldía que hoy día tú la ves y dices: “qué amoroso”. 

-¿Jorge González no fue problemático?

-No. Era más bien monosilábico, pero nunca sentí una mala vibra hacia mí. Nunca tuve un invitado que no se haya sentido cómodo y entretenido o que no haya sido simpático conmigo. No tuve un impasse con nadie. Si hasta vino Charly García.

-¿Charly García también?

-Y antes de que él llegara yo pensaba: “qué irá a hacer y qué va a decir”. ¡Nada! Fue un encanto. Lo único transgresor que hizo fue prender un pucho en el estudio, pero en ese tiempo la gente fumaba incluso en los hospitales. Con él y con todo el mundo fueron conversaciones tranquilas. ¿Sabes lo que pasaba? Que no era una entrevista de entrevistador a entrevistado, sino que era de músico a músico. 

-Y eso hacía la diferencia.

-Sí, había una cosa de complicidad. Como cuando vino este grupo gigante de argentinos a un recital que se hizo en el teatro Cariola y que se llamaba “Por qué cantamos”. Eran Nito Mestre, Juan Carlos Baglietto, la Celeste Carballo, la Sandra Mihanovich, la Silvina Garré. Un lote, y vinieron al programa, y cantamos.

-¿Fueron todos al programa?

-No, no todos. La Celeste y la Sandra, pero nosotros fuimos al teatro. Yo creo que fue el primer concierto que transmitimos. Con ése empezamos. Ahí se abrió otro nicho, que a mí me encantaba y que era grabar o transmitir espectáculos en vivo. 

-¿Algún concierto especial para usted? 

-No quiero equivocarme, pero creo que estuvimos en el “Rock in Chile”. Ahí entrevisté a Bryan Adams. ¡Más choro, más suelto! Bueno, Rod Stewart también lo transmitimos nosotros. 

-Ese fue el primer megaconcierto chileno.

-Sí, y lo dirigió Eduardo Domínguez.

***

“Más Música” duró 14 años. Tras la partida de Andrea Tessa en 1992 continuó con otros rostros -entre ellos Angélica Castro- hasta 1998. A esas alturas, no obstante, la televisión chilena había cambiado. En los últimos años del siglo XX no existía aún la súper conectividad actual, que incluye oír canciones por streaming en Spotify y ver videos musicales en YouTube, a la hora y el día que sea y en el teléfono, pero ya estaba claro que los gustos juveniles eran otros. 

En 1997, Mega lanzó al aire “Mekano”, un exitoso espacio conducido al comienzo por Verónica Calabi y José Miguel Viñuela. Aunque partió los sábados a medio día, muy pronto evolucionó hasta apoderarse de las tardes de lunes a viernes. Ya no bastaban los video clips y la conversación amable. “Mekano” tenía además concursos, reportajes sobre tendencias juveniles, confesiones faranduleras, mucho grito, mucha risa e incluso un reality show. De allí salieron Axé Bahía y Porto Seguro o personajes como Pamela Díaz y Cathy Barriga.

Con el nuevo siglo, además, justo a comienzos de 2000, aterrizó en Chile la versión latinoamericana de MTV, que se producía desde México. Según indican informes de la época, se demoró apenas cinco meses en ser la señal musical número uno del continente. Los clips migraron de la pantalla abierta a la TV de pago.​ 

Antes de que eso pasara -cuenta Andrea Tessa- el “Más Música”, que tenía los derechos de exhibición de material de MTV, hacía pasar a Daisy Fuentes, una afamada conductora de la estación televisiva internacional, como notera propia: “Ella, que ahora es la mujer de Richard Marx, tenía su propio programa y nosotros varias veces hicimos creer que era una especie de corresponsal nuestra en Estados Unidos. En esos tiempos de la no globalización tú podías salirte con la tuya en tantas cosas como decir: ‘Vamos con Daisy Fuentes desde Nueva York’. Hoy día me río”.

MTV habrá sido un referente para ustedes.

-Absolutamente. Y también teníamos una hermandad maravillosa con la radio Concierto, que era la radio emblemática, junto con la Carolina y la Infinita. Hacíamos un “contacto” por teléfono, con video, con Fernando Casas del Valle, que era el director musical de radio. Grababan a Fernando y después me grababan a mí, y yo hacía que coincidiera como una conversación. Hoy día, cuando en el canal RecTV transmiten los “Más Música”, aparecen mis conversaciones telefónicas que no eran. Como no había recursos tecnológicos para hacer esas cosas de verdad, pucha que uno se las craneaba para lograrlo. Y quedaban el descueve.

-Se fue del programa, Andrea, porque necesitaba más desafíos.

-Y, además, estaba sentida con el canal, porque no nos daban presupuesto para nada. Todo lo teníamos que hacer con menos, con menos, con menos. Ponte tú, nunca fuimos a cubrir los Grammys. Tampoco necesitábamos mucho, una cámara y yo. En esa época no había celulares. Capaz que me hubieran mandado con el celular.

-Pero usted hubiera ido.

-Por supuesto que me habría gustado. Haber sacado notas con todos los que iban. Yo hubiera podido coordinar con los sellos. Todo eso podía hacerse.

-Pero nunca se pudo.

-No. Yo sentí que era como “total, para qué vamos a invertir. No ponemos ni uno y les va bien igual”. Pero yo creía que había que seguir mejorando. En algún minuto tener en el público en el estudio y música en vivo.

-No solo usted cantando con el invitado y la guitarra.

-Claro, una cosa más como los unplugged de MTV. Siempre quise hacer algo así y no me dieron pelota, entonces empecé como a sentir. 

-Se deduce que “Más Música” era un programa barato de hacer.

-Sí, claro. Era barato, porque todos los invitados venían en promoción. Por lo tanto, venían gratis. Nunca, nadie, cobró por venir al “Más Música”. Y con los recitales a los que nosotros entramos era parte de mi trabajo. Yo no ganaba más plata por transmitir, y eso que era fuera del “Más Música”. Era una pésima negociadora. Nunca gané las lucas que se ganan hoy. 

-Igual habrá podido financiar su vida en esos ocho años de programa.

-No, con el “Más Música” no. El “Más Música” nunca me habría permitido vivir. Lo que me permitió vivir fue cantar en otros lados. Cantar en programas de televisión. Hice muchas cosas en la época del programa. Hice un estelar que se llamaba “Especialmente”. Hice una teleserie, “Bravo”. Animé festivales de la OTI. Animé el “Miss Chile”, donde canté con José Feliciano. Y también hice otras cosas fuera de la televisión, como cantar en los casinos. Con lo que me pagaban en “Más Música” no habría llegado ni a la esquina.

-El programa iba los domingos a las 15:30. Mal horario, ¿o no?

-Sí, malo. Cómo será que iba a alguna tienda a comprar algo y siempre me agarraba alguna señora y me decía: “Mijita, encuentro que el horario del programa es muy malo, porque mis niños se levantan de la mesa. Nunca podemos almorzar todos juntos”. Oye, me retaban las mamás y los papás. Y yo les decía: “Señora, si estuviera mí, yo lo haría un poquito más tarde”. Pero no estaba en mí.

-Y nunca pidió.

-Nooo. Yo nunca tuve tanto peso. 

-Al menos era verdad la promesa de que iban a tener buen material para mostrar.

-Sí, eso sí. Comprábamos los programas de MTV. Teníamos otro programa que se llamaba “America’s Top Ten” y otros más. De ahí sacábamos los videos. Después, cuando el programa empezó a cobrar peso e importancia, eran los sellos los que llegaban a ofrecer. 

-Era la época en que se hacían promociones.

-Sí, claro. Venían los artistas y traían el disco y el video. En general, a nosotros nos llegaban muchos videos de estreno. O sea, “Thriller” fue un momento épico de estreno. Y también hubo videos que nos ponían en serios problemas, porque eran bien explícitos para el horario.

-¿Cómo era eso?

-O sea, había videos que claramente no podían ir en horario de niños. En nuestro público había niños hasta de 10 años. La Solange Diuana, que era la productora, hacía malabares con la edición. Ahí la censura, o como quieran llamarle, la hacíamos nosotros mismos. 

-Ustedes decidían qué dar y qué pedazo quitar. 

-Tirábamos la música completa, pero había imágenes, como los videos de Madonna, que eran muy fuertes. O “Relax”, de Frankie Goes to Hollywood, que era una orgía y la canción es buenísima. Entonces, había que editar. Usábamos imágenes del final y las poníamos al principio, pero siempre siguiendo el ritmo. 

-Un poquito de joyería audiovisual.

-En eso eran secos, y era nuestra única censura. Salvo una vez que quisimos hacer un programa especial de Freddie Mercury y no pudimos.

-¿No? ¿Pero por qué?

-El sida en los años 80. Yo participé en una campaña súper fuerte, con muchos personajes de la época y decíamos: “Estamos afectados por el sida”. Era como un golpe. Me llamaron la atención, pero muy cortésmente. Yo les dije que tenía que participar. No era nada explícito, olvídate de hablar de preservativos y cosas así, pero sí del autocuidado. Yo les decía que era cerrar los ojos pensar que los adolescentes no tenían sexo y nuestro programa llegaba a los jóvenes. Sentía la obligación, como referente de los jóvenes, de poder decir me afecta, pero no quiero que me infecte.

-Chile es un país que hasta hoy tiene problemas con la educación sexual. Más difícil habrá sido en ese tiempo, cuando C13 era católico.

-Claro, era católico. Me acuerdo de que les dije que Freddie Mercury, que era un genio de la música”. Y me contestaron: “Tú sabes que él falleció de sida”. En fin. Diría que ésa fue la única vez que sentí que nos corrigieron o censuraron. 

-¿Quién la llamó al orden?

-Fue mi querida Ruby Anne Gumpertz, con quien tuve una gran amistad. Lo hizo hasta con cariño. Cuando me fui del canal ella me invitó a almorzar. Pero el resto del tiempo sentí plena libertad. También sé que siempre he sido muy aterrizada y consciente de lo que estoy diciendo. Sabía que el “Más Música” le estaba llegando mucha gente. Yo sentía plena responsabilidad, el peso, de hacer un programa para jóvenes. Nunca dije un garabato en la televisión, nunca. 

-¿Nunca, nunca?

-No, nunca. Porque que implicaba que tenía falta de vocabulario, que no tenía otra palabra que pudiera sustituir esa. Lo que no quiere decir ser acartonado.

-Es bien impensable una afirmación como esta en la televisión de hoy.

-No, es imposible. 

-¿Le acomoda la televisión de hoy? 

-No. Y no puedo decir que vea mucha tele. Veo poco las noticias, los titulares, pero estoy siempre informada. Me voy a pegar un viejazo acá, pero en mi época las noticias empezaban a las ocho y media y terminaban a las nueve y media, y el primer programa estelar iba un cuarto para las diez. Hoy día, son las diez y media y todavía seguimos escuchando los dramas y las repeticiones en cámara lenta del portonazo del día. Encuentro que no es necesario. Ya estamos suficientemente preocupados. Durante la pandemia me di cuenta de que no podía. Escuchaba el informe del jueves, para saber si iba a tener libertad de salir a la vuelta de la esquina, y parelé, porque los muertos y los que van a morir y los hospitales colapsados era mucho. Y eso fue ayer. Fue ayer y se olvida con una rapidez. Dije “habremos aprendido algo”, pero creo que no.

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