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Nacional

7 de Mayo de 2024

Habla el hombre que duerme en un subsuelo del centro de Santiago: “Es como vivir en un departamento”

Ayer, funcionarios de aseo y seguridad de la municipalidad de Santiago encontraron un inusual “ruco” subterráneo ubicado en la esquina de Santa Isabel con Arturo Prat. El hallazgo terminó en un operativo en el que retiraron enseres de “el solitario”, la persona en situación de calle que lo habita. A menos de 24 horas del operativo él sigue allí. Aquí habla sobre su experiencia viviendo en el subsuelo “abajo hay un generador eléctrico que da calor. Está calentito”, comenta.

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No alcanzaron a pasar más de 24 horas desde que un grupo de funcionarios de aseo y seguridad municipal de Santiago lo “desalojaran” y retiraran sus enseres para que Alex, conocido en las calles donde vive como “el solitario”, volviera a su inusual guarida en el subsuelo. 

La cuadrilla municipal retiró la mayoría de sus cosas desde una bóveda subterránea ubicada en la esquina de las calles Arturo Prat y Santa Isabel, a ella solo se puede acceder levantando una pesada reja de metal y bajando dos metros por algunos escalones, similares a los que hay en piscinas y torres de alta tensión. La guarida hace recordar oscuros escenarios como la ciudad subterránea Las Tortugas Ninjas o de la película El Hombre Omega. 

Las imágenes del operativo fueron difundidas en distintos medios de comunicación y también en redes sociales. Allí vecinos de distintos puntos del centro de la ciudad denunciaban que el armado de “rucos” bajo tierra es una práctica cada vez más común. 

Para “el solitario”, chileno que vive hace poco más de un año en la calle, la elección de su guarida no tiene que ver con un fondo social o de buscar escapar de la sociedad terrestre. Sus razones son más bien prácticas. Saliendo de su guarida explica que lo hace porqué allí es más “calentito y cómodo”, especialmente en estos días de frío.

“Es como un departamento abajo hay un generador eléctrico que da calor. Está calentito y afuera hace frío entonces más que nada  estoy acá porque es un espacio mejor. La verdad de las cosas este es un lugar en el que me gusta quedarme”, señala. 

Pese a la mayor comodidad que le brinda el subsuelo a el solitario, en comparación a los rucos terrestres. Su vida bajo tierra no está exenta de peligros. El gran generador eléctrico al que hace referencia, emite un sonido intimidante y de vez en cuando saca chispas.

“Es peligroso eso de la corriente. Es una especie de transformador y esto alimenta el edificio que está arriba. pero no le tengo miedo a la corriente la verdad de las cosas. Lo que es tuyo, es tuyo y siempre va a estar ahí para ti, sea bueno o sea malo. Entonces yo sé que si me toca morir va a ser aquí, va a ser en la casa, va a ser en la iglesia o va a ser arriba en la calle”, comenta. 

Sobre el refugio de “El solitario”, sobre la calle Arturo Prat, hay un ruco más tradicional armado con plásticos y cartones de bicicleta recogidos en la calle San Diego. En ese lugar habita Fabiola Rojas, de 56 años. 

La mujer vive hace más de cuatro años en la calle, es cercana a “el solitario”, asegura que él le ha ofrecido refugio bajo tierra y que si bien ha bajado al subsuelo, prefiere no dormir allí por los peligros que supone el generador. 

“Yo creo que él está ahí solo porque está calientito y porque está más protegido. Yo no he bajado hace un rato porque me da miedo. No te puedes apoyar en la pared, porque hay cables y unas cajas enormes de energía eléctrica. O sea yo creo que si te tocas algo te mueres. Yo no soy partidaria de estar en un lugar así, es mucho riesgo”, cuenta la mujer. 

Fabiola agrega que este no es el primer desalojo que “el solitario” ha sufrido. De hecho en el último operativo municipal a ella también le quitaron algunas de sus cosas. El abrigo y unos pallets de madera es lo que más le duele, pensando en los días fríos que ya se viven en Santiago.

“Son super maltratadores los municipales. Me han pillado dormida chimuntriufamente y te sacan tus cosas, ni siquiera te preguntan si son cosas personales y se burlan de ti. Pero nada, este mundo es así”. 

Sobre el retiro de enseres a “el solitario”, el hombre, al borde de la reja que lo separa de su guarida en el subsuelo agrega: “uno igual se esfuerza para conseguir varias cosas: un colchón, ropa de cama, ropa personal(…) ahora me quedé sin nada, de hecho tuve que conseguirme chaqueta y zapatillas”.

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