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25 de Mayo de 2024

Jocelyn Dunstan, de La Pintana a un doctorado en Cambridge: “Estuve tan cerca de ser nadie, que ahora uso mucho el poder que tengo”

Jocelyn Dunstan

En medio de la polémica por el rechazo del concejo municipal a la instalación de una sede del Duoc en La Pintana, la destacada académica Jocelyn Dunstan aborda las complejidades para convertirse en un profesional viniendo desde una comuna vulnerable. Por lo mismo hoy usa su posición para tratar de impactar en la vida de jóvenes pobres, asistiendo a charlas y conservatorios: "ir al Grange no creo que tenga demasiado impacto. Como que esa gente ya tiene familiares que tienen doctorados. Pero, en cambio, ir a una comuna pobre y mostrar en carne y hueso que si hay alguien que tiene un doctorado en su momento en la mejor universidad del mundo, es súper bueno, al menos que sepan que existe", indica.

Por Camilo Fernández

Jocelyn Dunstan (38) antes de que fuera física, tuviera un doctorado en Matemática Aplicada en la Universidad de Cambridge y un postdoctorado en Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins, recuerda que un par de veces la discriminaron por ser de la comuna de La Pintana.

“En la primera semana de clases en el colegio, la profesora de Historia empezó a hablar del transporte dentro de las ciudades. Yo me sentaba en la primera fila, y va y dice, ‘por ejemplo, tú, ¿de qué comuna vienes?’ Y yo respondí ‘de La Pintana’. ‘Ah, Jocelyn debería quedarse en La Pintana’“, rememora que le dijeron. 

“Creo que ella en su inocencia -espero que haya sido inocente- pensó que simplemente era un ejemplo más, de que la gente al moverse en muchas de sus comunas genera que haya una congestión vehicular. Pero, en el fondo, para lo que a mí que me había costado llegar al Carmela Carvajal, que me dijeran ‘tú deberías irte a tu comuna’, fue súper duro. O sea, lo pasé mal“, rememora. 

Pese a la crítica de su profesora, Jocelyn siguió saliendo de La Pintana, aunque mantuvo el arraigo por su comuna durante años. Jocelyn hoy tiene sintonía con la alcaldesa de la comuna, Claudia Pizarro, quien en uno de sus últimos esfuerzos trató infructuosamente de tramitar la instalación de un instituto Duoc UC en la comuna. Sin embargo, la idea fue rechazada por concejo municipal

Respecto a la no aprobación de la instalación del DUOC, Dunstan sostiene: “Siento que es una pena por La Pintana, porque es un sitio eriazo que lleva acumulando 50 años de basura y asaltos. Era allí donde el DUOC estaba invirtiendo 16 mil millones de pesos. Me cuesta mucho creer la mezquindad”, comenta.

Al respecto de la negativa del concejo municipal, la académica agrega: “Me parece terrible. Encuentro que entre más detalles salen de por qué los concejales votaron de esa manera, peor es. O sea, yo ya sabía, debido a las cosas que me cuenta mi mamá, pero también con conversaciones con el equipo de la alcaldesa, de que había revancha, como que había ganas de bloquearle las cosas. Eso no es un misterio”.

Las marcas de la Pintana

Hoy Dunstan es académica de la Universidad Católica, particularmente del Departamento de Ciencia de la Computación y el Instituto de Ingeniería Matemática y Computacional. Allí se especializa en la relación entre la Inteligencia Artificial y el texto

Por ejemplo, uno de los proyectos con que ganó notoriedad fue el de disminuir las listas de espera en la salud a través de un procesamiento matemático. En la actualidad, su foco está puesto en el análisis de los accidentes laborales con la Achs. Y, además, está comenzando a trabajar en temas de memoria, en particular, con documentos de la dictadura. 

Junto a eso, Jocelyn ha decidido utilizar su puesto para ayudar a los demás haciendo charlas en colegios vulnerables. Aunque considera cierta la posibilidad del surgimiento de las personas provenientes de comunas vulnerables, también tiene claro lo difícil que es lograr la movilidad social por la estigmatización y pobreza. 

“No creo que sea verdad esa idea de que los pobres son pobres porque quieren. Estoy llena de casos de gente súper esforzada y súper hábil en las cosas que hacen, y que ganan súper poco porque la vida es súper injusta”, lamenta. “Entonces yo quisiera que esos niños y niñas no tuvieran que pasar pellejería solo porque crecieron y nacieron en ese contexto”, comenta.

Por eso, cada vez que le piden ir a una escuela “trato de usar mi posición de poder. Puedo ir a un colegio, pero en La Pintana, porque sé que lo necesitan”, indica. 

En ese sentido, ejemplifica que “ir al Grange no creo que tenga demasiado impacto. Como que esa gente ya tiene familiares que tienen doctorados. Pero, en cambio, ir a una comuna pobre y mostrar en carne y hueso que si hay alguien que tiene un doctorado en su momento en la mejor universidad del mundo, es súper bueno, al menos que sepan que existe“. 

Lo bonito del Carmela Carvajal era que yo sentía que entre más flaite era tu población, mejor te iba

La historia educacional de Jocelyn comenzó a tomar relevancia en la enseñanza media, una vez que entró al liceo Carmela Carvajal, ubicado en Providencia. Para llegar, se levantaba a las seis de la mañana y tomaba una micro que la dejaba en Vicuña Mackenna con Marín, para después caminar. 

“Yo era como primero o segundo lugar del curso. Lo bonito del Carmela era que sentía que entre más flaite tu población, mejor te iba. El primer lugar yo siempre lo peleaba con una compañera que era de Renca, que vivía en Huamachuco (…). Y en Providencia, en general, había puras niñas de ahí, y nunca les iba tan bien como a las de poblaciones muy malas”, relata. 

La respuesta a lo anterior, según ella, es que “había un sentido de que hay tantas fichas puestas en mí, de mi familia, de todo ese sacrificio que significa, como mandar una hija lejos, que tú la dabas todo. O sea, era realmente un sueño”, indica. 

Claro que el sueño también contemplaba la presión de entrar a la universidad. “Yo encuentro que ese punto de inflexión fue que yo entré a un liceo emblemático, después todo fue por un hilo. Fue como muy fácil. Una vez que ya estaba en el Carmela, era la mejor. Después hacía un ensayo y sacaba 800 puntos. Y después entrar a la Universidad de Chile donde estaba becada. No fue fácil, pero era lo que se esperaba de alguien que le iba súper bien”, indica. 

“Yo no sé qué hubiera sido de mí si no hubiera logrado esa oportunidad, porque mi segunda oportunidad era un liceo técnico en la Gran Avenida. Yo había postulado a dos colegios nomás. Al Carmela, que es un científico humanista, o al liceo técnico donde iba a ser técnico en química. O ayudante química“, señala. 

En ese sentido, dice, que siendo académica UC, se siente un absoluto privilegio porque de ahí salen gerentes y “me da una pena a veces saber que le estoy haciendo clases a un grupo privilegiado de la población que viene del sector oriente de Santiago, o de colegios privados caros de región”. 

“Siempre siento ese vértigo, y quizás por eso tengo tanta energía para hacer como investigación, y transferencia, y escribir un libro, y hago todas estas cuestiones, y mantengo un podcast y mi Instagram tan abierto, porque siento que estuve tan cerca de ser nadie, nadie visible, nadie con poder, que por eso uso mucho el poder que tengo. Porque sé que soy un caso raro”, concluye. 

 

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