Jugar videojuegos es bueno para la salud mental: estudio señala que reduce la angustia y fomenta el bienestar

Existen 3.310 millones de jugadores de videojuegos en el mundo, según las estadísticas medidas a 2023. Un estudio de la revista Nature Human Behaviour realizado a casi 100 mil jugadores de distintas edades en Japón, comprobó que jugar con ciertas consolas tiene “beneficios para la salud psicológica a largo plazo”.

El estudio midió la capacidad de los videojuegos de reducir la angustia psicológica y mejorar la satisfacción de la vida. Aunque la investigación fue realizada durante la pandemia (2020-2022), la especificidad con que éste se realizó provocó que los científicos obtuvieran datos transversales. Algo que, según la plataforma de información y educación tecnológica de nivel mundial Techopedia, es difícil de lograr en estudios conductuales y de comportamiento relacionados a los videojuegos.

Para determinar que este tipo de juego puede ser beneficioso, el estudio probó dos consolas en específico en distintos rangos etarios, de género y de cantidad de tiempo que pasaban jugando. Fueron encuestadas personas de la población japonesa de entre 10 y 69 años, mitad hombres y mitad mujeres. El 21% eran estudiantes, el 11% estaban desempleados, el 39% estaban empleados a tiempo completo y el 57% estaban casados.

Además, el 16% eran jugadores incondicionales -dedicación de alto tiempo-, el 20% eran jugadores básicos, el 18% eran jugadores ocasionales y el 23% eran no jugadores.

Las consolas que generaron más beneficios

Así, la consola de Nintendo Switch -la consola más vendida con casi 140 mil millones de unidades-, demostró tener beneficios en la salud mental para los adolescentes y las mujeres. Mientras que PlayStation 5, funcionó mejor en jóvenes profesionales y adultos sin hijos.

¿Cuáles fueron los principales beneficios? Disminución de la angustia y mejorar la satisfacción de vida. Éste último en particular, tiene que ver con el hecho de que el videojuego entrega una recompensa inmediata.

Según el psicólogo experto en adicciones y miembro de la única asociación chilena dedicada al tratamiento de adicciones en juegos, Miguel Lara, “el juego, en sí, es una actividad inherentemente social, recreativa y que puede tener un factor protector de la salud mental. En general, podríamos decir que los videojuegos sí son un aporte a la salud mental, por tanto se trata de una actividad de ocio, de entretenimiento y de contacto con otros jugadores”.

Las conclusiones de las cifras recopiladas por la plataforma Techopedia sobre el uso y mercado de los videojuegos en 2023, enfatizan en que “el uso de videojuegos es común y solo una pequeña minoría de individuos que los juegan, desarrollan problemas relacionados a su sobre-uso”.

El dilema de la adicción a los videojuegos

Un reportaje de El País España incluye un análisis sobre cómo y cuándo el jugar videojuegos se volvió una actividad enjuiciada por muchos por su carácter “adictivo” o de “violencia”. Sucedió en los ’90, cuando “En los noventa se hizo una asociación entre la violencia en el mundo físico y los videojuegos. No existía una base científica, sino una alarma social, potenciada por casos de la crónica negra (…) Se trazó entonces una relación directa entre los actos violentos y el consumo de videojuegos.

Sin embargo, múltiples estudios posteriores y que vieron la luz desde los 2000 hasta 2023, comprueban que no es un carácter implícito el hecho de que los videojuegos puedan ser adictivos o incentivar la violencia. Ahí inició el debate de si la OMS debería haber incluido una alerta en la patología de “adicción a los videojuegos”. Ésta fue incluida en el catálogo estadounidense DSM-V.

“Una adicción ya es catalogada como una patología, por lo tanto la OMS tiene razón al incluir la adicción a los videojuegos como tal. Lo que hay que tener son algunas consideraciones respecto de qué es la adicción”, explica Miguel Lara.

Se debe poner atención a cómo el videojuego puede influir en la vida cotidiana de los jugadores. “En los comportamientos adictivos de juego, el foco está principalmente puesto en la recompensa inmediata, algo que puede generar adicción. Otro aspecto que llama la atención, es la cantidad de tiempo ampliado que se pasa en el juego. Cómo eso puede afectar la productividad de las personas respecto de sus responsabilidades diarias”, agrega Lara.

El factor determinante: el gasto en consolas o herramientas

“Otro factor que puede determinar la adicción, es el gasto en el que incurren para jugar. La persona lo ve como una inversión en el videojuego”, dice Miguel Lara. “Hay adolescentes que incluso pueden llegar a comprar con la tarjeta de crédito de los padres para sumar herramientas a sus juegos, por ejemplo. Con esto, no quiero dar a entender que un adolescente jugando videojuegos es derechamente un adicto o adicta. Se trata de ver la alteración del funcionamiento de la persona producto del juego”.

Es que a diferencia de otro tipo de adicciones como las drogas o el alcohol, “la adicción al videojuego no tiene un correlato tan físico, pero sí conductual”, dice Lara.

El especialista entrega algunas recomendaciones para sacar el mayor provecho a los beneficios psicológicos de los videojuegos.

“Para sacar mayor provecho a los beneficios de salud mental que puede tener un videojuego, es importante mirar el tiempo que se ocupa para jugar en primer lugar. Lo ideal es que no interfiera con otras actividades de la vida cotidiana que tiene una persona. Si se mantiene un balance entre el juego, la entretención y el cumplimiento de las responsabilidades, habrá más provecho”, dice.

Además, el tiempo expuesto al videojuego es importante. Sobre todo si se trata de adolescentes. “Si mi hijo está jugando videojuegos, como padre es recomendable saber qué juego es y si lleva a la obtención de recompensas inmediatas, la elaboración de una estrategia que es más lenta y que involucra hacer un proceso. Ver si el juego es solitario o más bien fomenta el trabajo en equipo con otros juagadores. También, es importante ver si el juego es gratuito o involucra pagos. En ese sentido, habría que vigilar los montos”, concluye.