Opinión
8 de Septiembre de 2024El iPhone de Hermosilla, los frentes de Tohá, militares en la Usach y dos Premios Nacionales: La Semana, con Carolina Urrejola
La semana que termina tuvo muchas y variadas noticias, quizás descargando actividad antes del largo receso de Fiestas Patrias. Hubo cifras económicas y una sombría lectura del Banco Central sobre lo que viene, lejos del ánimo de recuperación que intenta transmitir el Ministro Mario Marcel. También hubo noticias del mundo político y judicial. ¿Qué fue lo más destacado de los últimos siete días? Esta es nuestra selección editorial en The Clinic, entender es todo.
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Un iPhone radioactivo
El miércoles de esta semana la fiscalía le entregó el respaldo de las comunicaciones del teléfono de Luis Hermosilla a su hermano y defensor, Juan Pablo. El abogado anunció que ordenarán la información de modo de revelar contactos comprometedores en tres niveles: justicia, Ministerio Público y autoridades de gobierno. Y advirtió que los involucrados deberán responder por sus solicitudes de lobby a Luis Hermosilla. Es decir, estamos sumidos en una suerte de parajusticia, una justicia paralela e informal donde el supremo juez es el abogado Juan Pablo Hermosilla, que prefiere omitir por su propia conveniencia cuestiones como el secreto profesional y el respeto a las comunicaciones privadas.
Es una venganza que tiene en vilo a muchos, que a esta hora revisan cada una de las comunicaciones y las eventuales ramificaciones que pueden tener. Sólo esta semana salieron al ruedo los nombres del exministro Felipe Ward, la exsubsecretaria Katherine Martorell, la jueza de la Corte Suprema Soledad Melo y el ministro de la Segpres, Álvaro Elizalde.
En el gobierno están revisando acuciosamente los intercambios que pudiesen comprometer a sus figuras. ¿Expuso innecesariamente el Presidente Boric al gobierno con sus duras críticas a Hermosilla? ¿Puede producirse un efecto boomerang como en otros casos de corrupción política? “Si caigo yo cae todo Chile”, se le escuchó decir a Luis Hermosilla una vez revelado el audio en noviembre pasado. Está por verse.
Y en Chile Vamos han optado por dos caminos: defender públicamente a Andrés Chadwick y evitar cualquier declaración más extensa sobre el caso que los compromete, especialmente a la UDI. De todos modos, ha trascendido que en la derecha existe ruido interno por el silencio institucional frente al asunto, que le da ventaja a republicanos y al oficialismo.
Fierros calientes
Carolina Tohá, candidata extraoficial del Socialismo Democrático y parte del Frente Amplio a la presidencia, sorteó una semana compleja y estuvo en varios frentes. Reconoció ante el Congreso las dificultades -por no decir la imposibilidad- de expulsar a los 30 mil inmigrantes irregulares con órdenes vigentes que permanecen en el país. No hay consenso político sobre qué hacer con ellos. ¿Expulsar sólo a quienes han cometido delitos y regularizar a quienes no? El riesgo es el “efecto llamada”, que incentive a viajar al país a nuevos migrantes. Dado el fraude electoral en Venezuela y la proyección de que llegarían entre 200 y 300 mil ciudadanos venezolanos al país, es un tema de la mayor urgencia. La otra alternativa es expulsarlos a todos, cosa prácticamente irrealizable por la negativa de los países de origen de recibirlos.
Pase lo que pase, la jefa de gabinete sigue lidiando día tras día con temas duros, “fierros calientes” propios de su responsabilidad en el gabinete, pero que menoscaban su capital político. “¿Cómo se posiciona una candidata que debe responder diariamente por tres homicidios?”, me comentó un joven dirigente del PS más inclinado a la opción de Claudio Orrego.
A propósito de Orrego, todo indica que el gobernador de Santiago se reelegirá en primera vuelta con una enorme cantidad de votos (eventualmente más de cuatro millones de sufragios) en la elección que es obligatoria. Es difícil pensar que Orrego estaría disponible para una contienda presidencial esta vez, ya que tendría que renunciar apenas dos meses después de la elección para postular el 2025. Muy improbable. Y mientras tanto Michelle Bachelet sigue subiendo en las encuestas. En fin.
Volviendo a Tohá, desconcierto causó su declaración en que atribuye el ataque de decenas de encapuchados a una comisaría a la conmemoración de los 54 años del triunfo de la Unidad Popular. “Todo lo que sabemos es bastante desconcertante. Estas son personas que estaban manifestándose con motivo del aniversario del 4 de septiembre, la elección de Salvador Allende, y no encontraron nada mejor que ir a atacar una comisaría (…) No sé qué pensaría Salvador Allende de esto, pero aseguró que no le parecería que es una forma digna de recordarlo y homenajearlo”, dijo a Tele13 Radio.
La razón de la ministra Tohá para vincular la violencia delincuencial a ese hecho político se desconoce, nadie la ha confirmado. Es más, la policía y el propio subsecretario Monsalve tomaron distancia de esa interpretación. Parece un paso en falso de la ministra, que pone en la bandeja de los detractores del gobierno la relación eventual entre la izquierda y la criminalidad.
En otro tema de la semana ajeno a la seguridad, Carolina Tohá aseguró en un seminario que una reforma constitucional al sistema político es una cuestión inminente. Hay voluntad en el oficialismo de avanzar en normas para evitar la fragmentación y fortalecer la gobernabilidad. Queda por ver si esto se empezará a impulsar a la brevedad o con los resultados de la elección del 26 y 27 de octubre en la mano.
Militares, memoria, telerrealidad
¿Qué tienen que ver estas tres cosas? Que se combinaron en una sorpresiva controversia esta semana que termina. Según información exclusiva de The Clinic, Canal 13 necesitaba grabar el spot de su nuevo reality, “Palabra de honor”, y la dirección cultural de la Usach le arrendó un sector del campus para hacerlo. El comercial es inofensivo, con un grupo de extras disfrazados de militares trotando y haciendo ejercicios de entrenamiento mientras Karla Constant y Sergio Lagos promocionan el nuevo programa.
El detalle, nada insignificante, es que la Universidad de Santiago, antigua Universidad Técnica del Estado, es uno de los recintos ícono de la represión militar post golpe de Estado. El 12 de septiembre de 1973 fue atacada con artillería pesada por el Ejército. Ese día el Presidente Allende visitaría la institución y anunciaría un plebiscito para dirimir la situación del país. Unas 600 personas fueron detenidas, entre ellas el cantautor Víctor Jara, que fue salvajemente torturado y asesinado con 44 balazos en el Estadio Chile.
La comunidad universitaria protestó, el rector y los vicerrectores emitieron un durísimo comunicado rechazando el hecho y la directora del área fue despedida. El episodio devela varias cosas. La precariedad de las instituciones públicas, que deben buscar casi con desesperación fuentes de financiamiento no ortodoxas. La falta de un control de contenidos eventualmente sensibles, y la sobrerreacción de la dirigencia universitaria, temerosa de la cultura de la cancelación que impera en varias universidades del país. Un capítulo lamentable.
Premios Nacionales, de dulce y agraz
Esta semana el Gobierno dio a conocer los Premios Nacionales de Literatura y Música. Elvira Hernández, poeta de la resistencia en los años 80, pero una figura que trasciende esa pura casilla, se convirtió en la sexta mujer en obtenerlo, y la segunda poeta tras Gabriela Mistral. El balance de género es deprimente: 52 hombres han ganado el reconocimiento desde su creación en 1942. Por eso el feminismo lo describe como un premio del patriarcado para el patriarcado.
Como sea, las sospechas de que son las simpatías políticas de los gobiernos las que guían la decisión han existido siempre. Y parecen confirmarse cada dos años, en cada premiación. En esa discusión los postulantes o galardonados son manoseados sin piedad, y sus méritos objetivos quedan en segundo plano gracias a la reyerta política dada al empate. Nadie puede desconocer la potencia de la voz de Hernández, que adoptó este seudónimo para quedar bajo el radar de la policía política de Pinochet. Su nombre de nacimiento es María Teresa Adriasola, natural de Lebu.
Una ingratitud similar ha debido enfrentar el pianista Valentín Trujillo, que a los 91 años fue reconocido por su trayectoria en la cultura popular, cosa que enoja a los puristas que bregan por el reconocimiento a músicos doctos. Cunden en las redes los comentarios sarcásticos contra el legendario “Tío Valentín”, ya sea por su militancia histórica en el Partido Comunista y por su explícito apoyo a este gobierno, o por su participación de la televisión de los 80 y 90, demasiado asociada a la dictadura y la transición. Palos por que bogas… lo cierto es que el aporte de Trujillo a la cultura musical de varias generaciones es innegable. Y en un país como el nuestro, tan dado a la mezquindad y el chaqueteo, figuras centrales de la cultura como los galardonados, deben preguntarse si vale la pena tanta exposición e ingratitud.