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21 de Octubre de 2024Por qué los chilenos están tomando menos desayuno: falta de tiempo y dietas alimenticias entre las razones
La encuesta reveló que los hábitos alimenticios de los chilenos han cambiado de manera negativa para lo que las instituciones de salud nacionales e internacionales consideran "saludable". El desayuno, es el protagonista. Si en 2017 el 76% de los chilenos tomaba desayuno, hoy esa cifra bajó a 63%. Las causas, según los especialistas varían entre la escasez de tiempo y lo largos que se hacen los traslados. Una clave: comer el desayuno en el transporte, "no necesariamente se percibe como desayuno", según explica Paola Cáceres, subdirectora de Nutrición en la Universidad de Chile.
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El cumplimiento de las comidas diarias recomendadas mostró una caída respecto a años anteriores. En 2024, el 63% de los chilenos consume desayuno regularmente, mientras que en 2017 este porcentaje era del 76%.
Se podría pensar que en vez de desayuno, el chileno opta por consumir una colación a media mañana. Pero no es lo que muestran los datos. Del 19% que consumía una colación en horario AM en 2017, la tendencia bajó a un 14% en 2024.
“La principal causa obtenida a través de encuestas es la falta de tiempo y organización. Las familias están sobrecargadas en su ocupación y también influyen los tiempos de traslados”, dice Paola Cáceres, sub directora de Nutrición en la Universidad de Chile.
“Efectivamente, hay falta de tiempo y muchos toman el desayuno en el transporte público o llegando al trabajo. Sin embargo, no necesariamente se percibe eso como un desayuno. Hay mucho picoteo pero no desayuno formal en la casa, sentándose a comer en familia”, agrega.
Otra de las razones para saltarse el desayuno es la dieta del ayuno intermitente. Las estadísticas de Google en 2022 según el estudio de Vitality Pro, registraron que Chile encabezaba la lista de búsquedas sobre ayuno intermitente junto a Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña e Irlanda.
El ayuno intermitente implica abstenerse total o parcialmente de comer durante un tiempo determinado, antes de volver a comer de forma regular. Hay varias formas de implementar la dieta, pero una afecta directamente el desayuno.
Se trata de la modalidad de las 16 horas, donde los hombres ayunan durante 16 horas cada día y las mujeres durante 14 horas. En este ayuno, se suele terminar la cena a las 8:00 p. m. y luego no se desayuna al día siguiente, sino que no se vuelve a comer hasta el mediodía.
Las consecuencias de no desayunar
Según una investigación de la Universidad de Ohio publicada a principios de este año, no ingerir ningún alimento por la mañana puede llegar a ser perjudicial para nuestro cerebro
Le pidieron a diferentes personas, divididas en grupos de personas que sí desayunaban y otras que no, que memorizaran una lista. La investigación comprobó que quienes no desayunaban a primera hora en la mañana, tenían menos capacidad memorística que las que sí lo hacían.
“Saltarse el desayuno afectó negativamente a la capacidad de los sujetos para recordar una lista de palabras y un cuento leído en voz alta”, dice Gary L. Wenk, autor del estudio y profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad del Estado de Ohio.
“También tuvieron dificultades para recordar elementos mientras contaban hacia atrás. Saltarse el desayuno no afectó la inteligencia, sólo la memoria”, agrega.
Además de una reducción en memoria y concentración, el estudio también comprobó que no desayunar podía aumentar significativamente la probabilidad de depresión, estrés y malestar psicológico en todos los grupos de edad y género.
Donas o pasteles a la hora del desayuno
El doctor Wenk también aborda la disyuntiva entre tomar desayuno y que éste sea de calidad. Esto incluso ha provocado que en Estados Unidos, “algunos defensores de la ideología de saltarse el desayuno defiendan su posición argumentando que el desayuno no implica comer alimentos nutritivos”, explica.
“Las tiendas de donas están ubicadas a lo largo de las rutas más populares al trabajo porque eso es lo que queremos comer por la mañana. La mayoría de los adultos estadounidenses, percibieron que los alimentos típicos del desayuno estadounidense son muy adecuados para el desayuno. Esto a pesar de su escaso valor nutricional. Las personas sienten que las alternativas más nutritivas que suelen consumir en el almuerzo o la cena son simplemente menos apropiadas para el desayuno”, dice.
En consecuencia, la gente se mostraría más reacia a incluir alternativas más nutritivas en sus selecciones de desayuno según los estudios del doctor en Estados Unidos. “Esto probablemente explica por qué el pasillo de cereales de mi tienda ofrece solo una marca sin azúcar agregada”, dice.
Mientras que en la región, un estudio realizado este año a 11 países de América Latina que incluyó a Chile encontró una relación entre el consumo de desayuno y patrones dietéticos. Tanto saludables como no saludables. Por ejemplo, los estudiantes que consumen regularmente desayuno, (67%) tienden a comer más avena, lácteos y frutas, así como opciones de cena más saludables. Por el contrario, exhiben un menor consumo de comida rápida, bebidas azucaradas y jugos.
En el caso específico de Chile, el estudio descubrió que en todos los rangos etarios, el hecho de no consumir el desayuno diariamente se asoció con malnutrición, sobre peso y obesidad.
Finalmente, según el estudio de la empresa de investigación Activa, la baja en la alimentación también sucedió con otras comidas. Un 78% lo respeta en 2024 frente al 89% en 2017. La cena es adoptada solo por el 21% de la población actualmente, en comparación con el 27% de hace siete años.