Política
28 de Octubre de 2024Así fue la derrota del Sharpismo en Valparaíso y el triunfo de la frenteamplista Camila Nieto
La Alcaldía Ciudadana cerró su ciclo tras ocho años en el Puerto. Esta es la crónica de una caída y del reemplazo por el Frente Amplio, que además de Valparaíso, se quedó con Viña del Mar.
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Jorge Sharp camina por la avenida Colón para votar en el liceo Eduardo de la Barra, el más emblemático de la ciudad. Lo acompaña Carla Meyer, candidata al municipio del puerto, la carta del continuismo de los ochos años de su administración. Son las 10:20 del sábado y hay poca gente en los alrededores. Una decena de simpatizantes aplauden y la prensa rodea brevemente al jefe comunal y su “delfín”. “Es una verdadera actividad importante para Valparaíso -dice Sharp-, así que hay que venir con la mente clara y esperanzas reales”.
Carla Meyer lo mira y pregunta por la polera del alcalde.
—¿Qué dice? ¿Rocky Balboa?
—Nunca hay que rendirse, responde la autoridad con amplia sonrisa.
Tras votar en el liceo rayado en su interior como una réplica de las calles céntricas de Valparaíso intensamente grafiteadas, Jorge Sharp es rodeado por la prensa local y nacional. “Un round a la vez”, dice sobre su futuro político, apuntando el nombre de letras negras aterciopeladas de su polera que compró en una tienda del paseo Ross en El Almendral “a 12 lucas”, como reveló más tarde a The Clinic.
Los periodistas inquieren sobre el caso Monsalve. Sharp dice que prefiere no pronunciarse por la investigación judicial en curso, “pero claramente esto ha generado una crisis política en el gobierno, sin duda”. Luego reitera que es mejor no profundizar en el asunto, “porque no quiero que se malinterpreten mis palabras como una especie de aprovechamiento de la situación”. Sin embargo, asegura que el país atraviesa “una crisis política bien grande”.
“Es cosa de prender la tele -continúa- y escuchar las coberturas que ustedes realizan (…) y la gente está bien decepcionada. Todo lo que hablan los políticos para la gente es ruido, no es más que eso”.
Sobre la carta republicana, el abogado Rafael González, Jorge Sharp asegura que “se ha ido, con todo el respeto del mundo, desinflando en las últimas semanas”. “Nosotros hemos sido muy respetuosos con todas las candidaturas y lo más importante es poner por delante las propuestas (…) el país vive una crisis política gigantesca, es brutal lo que está pasando. Tenemos un montón de casos de corrupción, denuncias graves. Entonces, esta es una elección bien importante para el futuro del país”.
Según Sharp, el proyecto de la Alcaldía Ciudadana difiere por su carácter “independiente alejado de las presiones de los grandes bloques, de La Moneda o de la derecha, para tomar las mejores decisiones para la ciudad”.
“¡Al fin se va el comunista!”, grita un votante que abandona el establecimiento. Jorge Sharp mira en su dirección sin dejar de sonreír.
Valparaíso y “el cariño de la gente”
Carla Meyer cuenta a The Clinic que entre viernes y sábado, liberada de la campaña, las demostraciones de afecto de los ciudadanos “han sido muy significativas”.
—¿Está confiada, optimista?
—Confío en el trabajo que ha realizado la comunidad porteña, en el trabajo de las juntas de vecinos, en la recuperación de espacios públicos. Es un proyecto que ha estado madurando durante ocho años y esperamos que en los próximos cuatro logremos recoger los frutos de la buena gestión, de la gestión con las manos limpias y del trabajo realizado.
—¿Cuál es la diferencia entre este Valparaíso al que recibieron hace ocho años?
—La principal discusión que se daba en las elecciones era sobre la corrupción. Hoy día es sobre gestión. Tenemos un municipio económicamente saneado, organizaciones que trabajan codo a codo con la municipalidad, no asistencialmente, sino que colaborativamente. Hemos avanzado en temas de las manos limpias, no solamente en el municipio, sino que también en toda la ciudad.
La candidata cuenta que es nacida en Los Andes, tiene 50 años y que llegó al Puerto en 1991 para estudiar Ingeniería Informática en la Universidad Federico Santa María. “No me fue muy bien, y después entré en el 93 a estudiar Trabajo Social, Servicio Social en ese tiempo, en la (Universidad) Valparaíso. Y ahí, después me vine a vivir a Valparaíso”.
El día D
Son las 9:15 de la mañana del domingo y hay un grupo de unas 50 personas reunidas en la esquina de Uruguay con Victoria en la plaza O’Higgins, uno de los corazones del barrio Almendral, a la espera de Carla Meyer. “¡Con fuerza y alegría, Carla a la alcaldía!”, grita la concurrencia. “Hoy día vamos a hacer una bonita historia”, declara la candidata, en compañía de Jorge Sharp. “¡Manos limpias!”, replican sus seguidores. “Con fuerza y rebeldía”, agrega la postulante. Un auto toca la bocina mientras algunos de los manifestantes aprovechan de sacarse selfies con el crack porteño Moisés Villarroel.
El gentío se encamina al colegio San Pedro Nolasco, al frente de la plaza y a escasa distancia del Congreso Nacional. Jorge Sharp se detiene y saluda a una pareja de carabineros. El grupo franquea la entrada del plantel, Carla Meyer coge las cuatro papeletas e ingresa al cubículo. Luego deposita los votos con las cámaras atentas al momento. Camina hacia el patio y sus adherentes gritan “¡Carla si, otra no!” y “con fuerza y alegría, Carla a la alcaldía”.
“Me siento llena de optimismo”, dice Meyer, en tanto el gentío repite “¡manos limpias!”, estirando los brazos y mostrando las palmas junto a la candidata.
Una hora más tarde, en la estrecha calle Simpson a los pies del cerro Polanco Camila Nieto, la candidata del pacto Contigo Chile Mejor -la abanderada del Frente Amplio para el municipio de Valparaíso-, se abraza largamente con sus seguidores. La abogada y concejala oriunda del cerro Las Cañas se saca fotos con todos, incluyendo perros. “¡Cami si, otra no!”, exclaman sus partidarios que abarrotan la arteria, replicando el grito de la candidatura de Carla Meyer.
Camila Nieto ingresa al colegio Salesianos y su gente es instalada en unas graderías a la espera de su votación. Mete las papeletas en las urnas, posa para las cámaras con amplia sonrisa, sale del local escoltada por la masa, y a mitad de la calle toma a una niñita en brazos. “¡Con amor y con choreza Cami Nieto alcaldesa!”, repiten sus adherentes. Aparece el gobernador y candidato a la reelección Rodrigo Mundaca y se abrazan.
La candidata comienza a dar las gracias y a definir su campaña en torno a la “esperanza de que podemos estar mejor”.
“Este proyecto en particular -reflexionó-, lo que busca es poner la política al servicio de las personas. Y para eso también la unidad es fundamental”.
Siguió agradeciendo a las agrupaciones y colectivos por acompañar el proceso de su campaña, “porque en política la lealtad escasea”.
“Lo que está en juego -siguió- es la vida digna de las personas de Valparaíso”.
“¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravo, Cami!”, grita desaforada una mujer.
A una cuadra, la feria de los domingos de la avenida Argentina -”de los cachureos”, como la llaman los porteños- seguía su curso tradicional; ese comercio espontáneo desregulado que se ha devorado las calles aledañas, y que utiliza el enrejado que circunda al parlamento para colgar toda clase de prendas, reflejo también del deterioro de la economía porteña marcada por la subsistencia.
El conteo
Faltan pocos minutos para cerrar las mesas en el liceo Eduardo de la Barra y aparece un votante con cara de haberse levantado recién. A las 17:57 se asoma un ciclista de ruta a la mesa 376. Comienzan los llamados a viva voz anunciando el cierre del horario de votación, mientras un funcionario corta con un alicate los sellos de las urnas. El proceso es lento, todos los votos deben ser firmados. En la mesa 380, liderada por mujeres, comienza el conteo para gobernador. La mesa 383 cierra a las 18:59 y gana Rodrigo Mundaca. El papeleo de cierre demora ocho minutos. Una de las vocales de mesa bromea con dejar para el último la urna de alcalde. “Esta es la parte buena”, dice una de ellas, en torno a la elección del sillón edilicio de Valparaíso. Desde un inicio el conteo favorece notoriamente a la candidata del Frente Amplio.
En el barrio Puerto están los comandos de Carla Meyer y Camila Nieto. La elegida de Jorge Sharp ocupa en calle Serrano el local que durante décadas fue El Playa, un clásico de la bohemia porteña donde Anthony Bourdain probó el pisco sour. El ambiente es sombrío, cabizbajo. El alcalde desciende del entrepiso y su expresión es definitivamente fúnebre. El jefe de comunicaciones de la candidata de la Alcaldía Ciudadana se nos acerca y dice que la prensa debe retirarse.
En Esmeralda 1146, donde funcionaba uno de los primeros restaurantes peruanos de la ciudad, figura el comando de Camila Nieto. En la sala del primer piso hay mayoritariamente jóvenes y la sensación es de expectativa. Los primeros resultados del Servel dan ventaja a la candidata del gobierno.
De vuelta en el comando de Meyer las caras son larguísimas. Por el momento se descarta que la candidata hable. Jorge Sharp se divisa en el entrepiso, en una reunión. Todo es murmullos, interrumpido por tres niñitas que juegan a la pinta.
En el comando de Camila Nieto, donde hay una foto de Salvador Allende y otra de Pedro Lemebel, la mesura ha dado paso a la algarabía aún algo contenida, hasta que a las 20:56 se escuchan gritos de euforia desde el segundo piso. “¡Está decretado!”, dice una mujer con chapita de la candidata. Comienzan a distribuir banderas de Camila hasta que a las 21:10 se desatan los abrazos y los gritos diciendo “¡ganamos!”.
La gente del comando se vuelca hacia la calle rumbo a la plaza Aníbal Pinto, a escasos metros.
“¡Con amor y con choreza, Cami Nieto alcaldesa!”, gritan.
A las 21:21 ponen cumbias en la pileta de la plaza y se reúne una muchedumbre, hasta que 25 minutos más tarde aparece Camila Nieto vestida con un traje rojo furioso, caminando por el pasaje O’Higgins. La expresión de su rostro es pura felicidad.
“¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”, repiten sus adherentes.
La prensa le pregunta por sus sentimientos como la primera alcaldesa en la historia de Valparaíso. “La verdad es que estamos muy emocionadas, emocionados, contentos y sobre todo agradecidos con las personas de Valparaíso -responde la flamante autoridad-, que han escogido un proyecto transformador, un proyecto diverso al actual, pero que sigue poniendo en el centro a los porteños y porteñas”.
“Nuestro objetivo es hacer que Valparaíso funcione”, subraya, una de sus frases de campaña. “Sabemos que el camino también que vamos a tener que recorrer para ello no va a ser un camino fácil, pero si hay un compromiso que yo creo que las personas de Valparaíso hoy día escogieron también en las urnas es que yo y el equipo que está a mi alrededor vamos a trabajar arduamente, día a día, por sacar a Valparaíso adelante. Y eso lo vamos a hacer de todo corazón”.
Luego, la nueva alcaldesa del puerto, apuntó a la candidatura de Rafel González. “Hoy Valparaíso le dijo no al candidato y al proyecto republicano. Un proyecto que sabíamos de dónde venía el financiamiento, que teníamos también la experiencia de gestión que había tenido con Santiago Wanderers”.
Siguió un llamado a la unidad y el diálogo, y una bienvenida a “todas aquellas personas que quieran poner por delante el bienestar de los ciudadanos de Valparaíso, van a ser acogidos y acogidas en este proyecto”.
“Hoy día necesitamos avanzar en desarrollo económico -apuntó más tarde-, en limpieza, en el bienestar de las personas mayores, de los niños y de las niñas de Valparaíso”.
Dijo después que durante su gestión la población la verá en terreno “en sus poblaciones, en las escaleras, en las calles, en los cerros, en Placilla, en Laguna Verde. No solamente para cortar cinta, porque sabemos que eso también demora su tiempo, sino para escucharnos y planificar en conjunto todas las soluciones que hoy día requieren las personas que amamos Valparaíso”.
La prensa preguntó sobre el tema central en estas elecciones: la seguridad. Camila replicó con su origen. “Soy una mujer porteña (…) de mucho esfuerzo, de mi familia, de la punta del cerro, como se dice aquí literalmente”.
“Y desde ahí vamos a abordar -continuó- (…) la temática de seguridad en lo que al municipio le corresponde. Siempre abordamos tres ejes en nuestras propuestas. El primero que tiene que ver con cómo recambiamos también el sentido que hoy día tiene el patrullaje municipal, cómo operativizamos todas las cámaras de seguridad, le damos acompañamiento a las víctimas, pensamos en rutas escolares, nocturnas y turísticas, que sean rutas seguras junto con el patrullaje, pero también no podemos olvidar la recuperación del espacio público”.
Una pregunta aborda la diferencia que debiera representar su administración respecto de la Alcaldía Ciudadana. “Yo creo que hoy hemos visto -respondió- que las personas han decidido por un proyecto que sigue siendo transformador, pero que tiene una apertura al diálogo. Acá el mundo privado y público tiene que encontrarse para sacar adelante Valparaíso. Yo creo que esa es una diferencia bien potente, además de, por supuesto, la visión de servicio que hoy día tenemos”.
En un video grabado en su comando, Carla Meyer se refirió a su derrota sin aludir a la triunfadora. “Hicimos una evaluación -reveló-, somos más de los que iniciamos el proyecto de la Alcaldía Ciudadana en el 2016”.
“Este proyecto concluye su etapa en la administración municipal -siguió- y comienza otra que está vinculada a los territorios, a seguir trabajando con las manos limpias, sin violencia política, de cara a la gente, porque ese es el sentido de quienes venimos de los movimientos sociales y no de la política tradicional, seguir construyendo desde abajo con rebeldía, con sentido popular y sobre todo mirando hacia el futuro. Así que estamos muy tranquilos y muy tranquilas del trabajo realizado, de las redes conformadas y de este Valparaíso que espera sin lugar a dudas un mejor futuro”.
Luego, los aplausos de sus seguidores reunidos en aquel salón otrora reducto de juergas interminables, convertido esta noche en el punto final de la era de Jorge Sharp tras ocho años como alcalde de la ciudad puerto.