Opinión
21 de Noviembre de 2024Gobierno y el Caso Monsalve: alguien tiene que renunciar
Carolina Urrejola aborda la crisis que sacude a La Moneda por el Caso Monsalve. La periodista asegura que alguien tiene que pagar los costos. "La oposición exige que uno o ambos dejen sus puestos, y el Presidente Boric debería ceder cuanto antes. Estamos en medio de una dura tramitación del Presupuesto 2025, y si nadie asume el costo político del Caso Monsalve cualquier intento de avance se verá trabado", escribe.
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La crisis política desatada por los abyectos actos de Manuel Monsalve nos trae un deja vú: la crisis política producida por el Caso Convenios. 56 días tuvieron que pasar para que alguien pagara el costo. Fue el entonces ministro Giorgio Jackson, que si bien no tuvo nada que ver con hechos de corrupción se convirtió en el doloroso sacrificio que la oposición le exigió al Presidente Boric: desprenderse de su íntimo amigo y principal estratega. ¿Fue justo? Probablemente no. Pero la política no es justa y los gobiernos tienen que estar dispuestos a dejar caer a uno de los suyos de vez en cuando, sobre todo si el acto sacrificial permite destrabar la marcha del país.
Han pasado 36 días desde que estalló el escándalo Monsalve y la presión para que alguien asuma la responsabilidad del pésimo manejo inicial no ha cesado. El oficialismo acusa oportunismo de la oposición, en un juego de máscaras muy fácil de desarmar con el simple ejercicio de preguntarse ¿qué hubieran hecho los hoy líderes gobiernistas si fueran oposición? Incendiar la pradera por lo bajo.
Sumemos al paupérrimo desempeño de un gobierno autodenominado feminista en este caso la noticia de la contratación de Carlos Carmona, profesor de derecho sumariado por acoso sexual contra una alumna. Una de dos: o le sacas el apellido feminista al gobierno o simplemente no contratas los servicios de Carmona.
Es desolador constatar que las cosas se hayan hecho tan mal y se insista en no tomar ninguna acción para repararlo. No basta con que el Presidente y la Ministra del Interior reconozcan que todo “pudo hacerse mejor”. En una democracia la rendición de cuentas es fundamental, por lo que ese reconocimiento debe venir acompañado de la salida de algún funcionario del Palacio. Así ha sido siempre, así debería ser ahora.
Carolina Tohá se afirmó en el cargo y está bien. Su actuación deja menos dudas que la del propio Presidente Boric, y la crisis de seguridad que atravesamos admite cierto margen de tolerancia en su caso. Hoy los ojos se dirigen al Segundo Piso, donde los asesores Carlos Durán y Miguel Crispi son criticados por no haber reaccionado de inmediato ante la revelación que les hizo el Mandatario. La oposición exige que uno o ambos dejen sus puestos, y el Presidente Boric debería ceder cuanto antes. Estamos en medio de una dura tramitación del Presupuesto 2025, y si nadie asume el costo político del Caso Monsalve cualquier intento de avance se verá trabado.
Lo más preocupante es que la razón para no despedir a nadie puede estar en la lucha interna entre el Frente Amplio y el Socialismo Democrático, que se cobran cuentas por el desastre en la lógica “si cae un FA, tiene que caer un SD”. Y así nos vamos. Cada día queda más en evidencia la contumacia del Presidente Boric, que está desaprovechando la oportunidad de pagar un costo mucho menor con la salida de un asesor o dos, que haber perdido a su jefa de gabinete. El tic tac sigue sonando. Tarde o temprano habrá que atenderlo.