Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

3 de Junio de 2010

Editorial: Vientos del cielo

Patricio Fernández
Patricio Fernández
Por

POR PATRICIO FERNÁNDEZ

    “(La operación de Israel) fue estúpida… Las imágenes van a dar la vuelta al mundo (y para Israel) serán más devastadoras que una derrota militar”.
    Bernard-Henri Lévy, filósofo francés pro Israel.

Un ejército de profesionales armados hasta los dientes le cayó encima a la “Flotilla de la Libertad”, en el Mar Mediterráneo, a 65 kms. de la Franja de Gaza, el lunes 31 de mayo. El jueves 27, cuatro días antes del ataque, en Diagonalweb, un quincenario virtual con sede en Madrid, publicaron una nota que decía: “La Flotilla de la Libertad, compuesta por nueve barcos cargados con 10.000 (sic) toneladas de ayuda humanitaria, ha abandonado hoy Turquía y Grecia con rumbo a la Franja de Gaza con la intención de abrir una brecha en el bloqueo israelí que asfixia a sus habitantes desde hace casi cuatro años. A bordo de la flotilla, en la que se ha convertido en la mayor operación coordinada para intentar romper el bloqueo, unos 750 activistas, periodistas, trabajadores humanitarios, médicos, profesores, artistas y diputados de 60 nacionalidades distintas custodian el material de reconstrucción, médico y educativo en su camino a la franja”. A continuación, en el artículo advertían que el ejército israelí “se prepara para lanzar la operación militar Vientos del Cielo, mediante la cual pretende abordar los barcos en aguas internacionales (…) y desviarlos al puerto de Ashdod “por la fuerza si es necesario”, según informaba el diario israelí Haaretz”. Ahí ya estarían preparando un centro de detención para los activistas capturados. El relato era como la crónica de una muerte anunciada, sólo que a las finales, su autora manifestaba no perder las esperanzas de que, a pesar del inmovilismo internacional para prestarle protección a la operación, esta llegara a su destino. Pero todo sucedió como muchos suponían: los militares de Israel llegaron en helicópteros y armados hasta los dientes, y le cayeron encima a unos tipos que, según dejan ver las imágenes, los intentaron repeler con lo que hallaron a mano. Entre los pasajeros de la flota iba el escritor sueco Henning Mankell, la judía Hedy Epstein -una superviviente del Holocausto de 85 años de edad-, y la irlandesa Mairead Corrigan Maguire, Premio Nobel de la Paz, entre otras personalidades para nada violentistas. La cifra de muertos no está clara, serían entre 9 y 19, ninguno de ellos, por cierto, soldado israelí. El gobierno sigue sin identificar oficialmente a los cadáveres, aunque un funcionario del Ministerio de Exteriores que se encarga del caso adelantó a una agencia informativa que la mayoría son ciudadanos turcos. Como era de esperar, volvió a brotar la violencia en Gaza. Durante el día martes murieron cinco palestinos armados. A pesar de la condena de Naciones Unidas, en reunión de Gabinete, Netanyahu sostuvo que continuará el bloqueo de la región por aire, mar y tierra. “Es cierto que hay presión internacional y críticas a esta política, pero (el mundo) debe entender que es crucial para preservar la seguridad de Israel… “, dijo el primer ministro tras visitar en el hospital a los soldados heridos. Ellos sostienen que en los barcos traían armas y tienen su propio relato de lo que aconteció (los gringos aún buscan las bombas químicas en Irak), pero a ojos vista, no se trató de una pelea caballeresca. Han de ser muchos los judíos avergonzados. Yo no soy experto ni nada que se parezca respecto del conflicto del Medio Oriente, pero si nos remitimos a este último suceso –comandos como piratas espaciales descendiendo a balazos sobre una flota indefensa-, cuesta imaginar las justificaciones. Si ni los EE.UU las encuentran, el nazismo sionista debería ir haciéndose a la idea de levantar las manos y abrir las puertas de sus campos de concentración. Esta vez, el bando de los muertos ha ganado la batalla. Consiguió que el mundo entero esté apuntando con el dedo al gobierno de Tel Aviv.

Notas relacionadas