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Entrevistas

17 de Marzo de 2024

Excanciller Ignacio Walker: “El Presidente Boric no puede olvidarse que conduce la política exterior como jefe de Estado, no como jefe de gobierno ni líder de coalición”

El excanciller, otrora militante de la Democracia Cristiana (DC), Ignacio Walker, analiza la relación diplomática entre Chile e Israel, luego de la exclusión del país de Medio Oriente en la FIDAE. Define como un error ese episodio, pero también califica como imprudentes las declaraciones del embajador Artzyeli. Así, afirma que la única vía de solución del conflicto es impulsar “la tesis de los dos estados (Israel y Palestina). Es la única posibilidad de tratar de buscar algún tipo de esquema de paz y seguridad del Medio Oriente en el conflicto palestino-israelí”.

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El excanciller, otrora militante de la Democracia Cristiana (DC), Ignacio Walker, dice ver con preocupación la relación diplomática entre Chile e Israel. Con la controversia desatada por la exclusión del país de Medio Oriente de la FIDAE, el exparlamentario sugiere desescalar la tensión. Un consejo que —dice— es válido tanto para el representante de Israel en Chile, Gil Artzyeli, como para el Ejecutivo.

Ignacio Walker define como un error el episodio de la FIDAE, pero también califica como imprudentes las declaraciones del embajador Artzyeli. Así, afirma que la única vía de solución del conflicto es impulsar “la tesis de los dos estados (Israel y Palestina). Es la única posibilidad de tratar de buscar algún tipo de esquema de paz y seguridad del Medio Oriente en el conflicto palestino-israelí”.

—Como excanciller, ¿cómo definiría el estado actual de la relación diplomática entre Chile e Israel?

—Aquí hay que distinguir entre la coyuntura y la política. Me explico: la primera coyuntura, anterior al ataque de Hamas del 7 de octubre, es el desaire que se le hace al embajador de Israel que, tras haber sido citado por la Cancillería al Palacio de la Moneda, y encontrándose en el Palacio de la Moneda a punto de presentar sus cartas credenciales, se le notifica que no puede hacerlo y tiene que retirarse. Eso es partir mal, eso no se hace en política exterior.

Y la segunda coyuntura, mucho más de fondo, es el ataque de Hamas del 7 de octubre a Israel, donde el Presidente Gabriel Boric y la Cancillería tuvieron una actitud muy clara y muy firme de condena al ataque de Hamas. Al distinguir entre esas coyunturas, la política internacional tradicional de Chile respecto de Israel y el conflicto palestino-israelí, es que siempre se ha reconocido al Estado de Israel desde su creación en 1948 y la autodeterminación del pueblo palestino. Esa es la política exterior chilena, más allá de las coyunturas. 

—De igual forma, Chile reconoce a Palestino como un Estado.

—En el gobierno del presidente Sebastián Piñera se reconoció el Estado Palestino. La política exterior de Chile aboga por los dos estados, en el marco de los acuerdos de Oslo de 1993, que crean una autoridad palestina, una autonomía palestina. Y, en el fondo, la tesis que subyace a esos acuerdos y los acuerdos de ONU son abogar por la creación de dos estados que convivan en paz, uno al lado del otro, con fronteras seguras y reconocidas internacionalmente. 

Ignacio Walker

—Lo que particularmente fue objeto de críticas fue la marginación de Israel de la FIDAE. Más allá de la controversia diplomática, ¿hay un error en términos estratégicos?

—Aquí hay que distinguir entre lo que es el Estado de Israel y lo que es el gobierno de Benjamin Netanyahu. El gobierno de Netanyahu ha sido muy criticado en muchas partes del mundo, incluidos nosotros, pero nuestra relación permanente es con el Estado de Israel. Entonces, la política exterior y la política de defensa son políticas de Estado, no de gobierno (…).

En ese sentido, comparto la crítica que ha hecho tanto la presidenta del PS, Paulina Vodanovic y el presidente del PPD, Jaime Quintana, en el sentido de considerar que fue un error excluir a Israel de la FIDAE. Una acción que, además, retroalimenta esta imagen que ha ido tratando de crear el embajador de Israel en Chile, que en este gobierno existe una política anti-israelí. Esto fue un error, así de claro.

—¿Qué repercusiones puede traer?

—Esto tiene costos desde el punto de vista de la política de defensa de Chile. Es como dispararse en los dos pies. En Chile, Israel desde hace mucho tiempo, a través de todos los gobiernos de la Concertación y cualquiera sea el poder político, en materia de defensa, en materia de seguridad, tiene una relación no solo como proveedor de armas y de tecnología, sino que en otra serie de materias. Entonces, estos son temas delicados. Adicionalmente, no hay que olvidar que Israel es la única democracia en el Medio Oriente, no hay otra. Ese es un factor adicional al momento de hacer el análisis.

—¿Esto no tiene un costo con el aliado histórico de Israel, Estados Unidos?

—Estados Unidos es un aliado histórico y es un aliado estratégico de Israel. Y viceversa. Eso es así y siempre ha sido así, pero no hay que equivocarse en esta materia. El presidente Joe Biden le ha mostrado varias tarjetas amarillas al primer ministro Benjamin Netanyahu en estos meses. Sobre todo desde el punto de vista de llamar la atención que en Israel existe una acción indiscriminada respecto de la población civil. Y en su último discurso la semana pasada, en el State of the Union Address, el presidente Joe Biden insistió en la tesis de los dos estados. Por lo tanto Estados Unidos, Chile, Naciones Unidas, la comunidad internacional y a todo nivel siempre se ha impulsado esta tesis de los dos estados. Es la única posibilidad de tratar de buscar algún tipo de esquema de paz y seguridad del Medio Oriente en el conflicto palestino-israelí.

—El embajador de Israel, Gil Artzyeli, tiene un perfil político, es usual ver sus respuestas a autoridades locales, entrevistas. ¿Cómo evalúa su rol?

—El embajador de Israel en Chile ha sido sumamente imprudente, porque no le corresponde a un embajador de un país extranjero, acreditado en Chile, entrar a polemizar con el canciller y menos con el presidente de la República, que es el jefe de Estado. Por lo tanto, si bien existió ese desaire en un principio y es un error excluir a Israel de la FIDAE, el embajador de Israel ha sido sumamente imprudente, rompiendo todos los estándares de lo que son las relaciones internacionales bilaterales.

—El representante diplomático podría replicar que parte de su postura, su actitud, responde al impasse inicial con sus cartas credenciales, que el Presidente Boric ha manifestado una postura explícita pro Palestina.

—El Presidente Boric tiene una postura muy clara y muy marcada desde hace mucho tiempo sobre el tema palestino. Y él no lo ha ocultado. Y políticamente eso es razonable. El diputado Boric y el presidente Boric ha tenido una postura muy cercana a la causa palestina. Pero en el gobierno, desde que asumió como Presidente, en general ha tratado de tener una relación bilateral constructiva, que es también la misión que debiera cumplir el embajador de Israel en Chile, acercar las posiciones, y no andar permanentemente en estos dimes y diretes. 

El gobierno chileno, el presidente Boric y la cancillería condenaron de la manera más enérgica el ataque de Hamas. Lo importante es que el Presidente Boric asuma su rol, más allá de sus propias posiciones políticas, que son muy legítimas. No puede olvidarse que conduce la política exterior como jefe de Estado, no como jefe de gobierno ni líder de coalición. El presidente conduce la política exterior chilena como jefe de Estado. Hay que hacer un esfuerzo, tanto del gobierno de Chile, el presidente, la cancillería, como el embajador de Israel, para tratar de reponer las cosas en una senda virtuosa.

—¿Qué tanto cree que antagoniza la figura del canciller Alberto Van Klaveren con el asesor internacional del Segundo Piso de La Moneda, Carlos Figueroa?

—No tengo elementos como para emitir un juicio a ese respecto. Lo único que puedo decir es que Alberto Van Klaveren representa lo mejor de la política que dio Chile, es la política tradicional de Chile, es la política de Estado. Por lo tanto, hay que fortalecer al canciller Van Klaveren. Y en ese sentido, me imagino que existirán las conversaciones, los mecanismos para tratar de despejar cualquier duda o fantasma. Desconozco realmente cuál será el poder de Carlos Figueroa, pero sí sé que él fue muy contrario al TPP-11, muy contrario. Ese fue un gran error inicial, que se expresó en el subsecretario de Relaciones Económicas durante el primer año. Desde el punto de vista burocrático, que se pueda establecer una relación fluida entre el presidente Boric y el canciller Van Klaveren, sin interferencia.

—Hablaba de volver a la senda diplomática, ¿cómo se puede desescalar en esta tensión?

—Lo primero es descartar esta idea completamente peregrina que estuvo en boca de algunos parlamentarios, de llegar al extremo de romper relaciones con Israel. Eso es desconocer en qué consiste la política exterior de un país. Estados Unidos y la Unión Soviética nunca rompieron relaciones diplomáticas en plena guerra fría. ¿Cómo alguien puede razonablemente sugerir, sobre todo siendo parlamentario de una coalición oficialista sugerir romper relaciones con Israel?

A veces pienso que aquí se ha perdido toda concepción de lo que es la política en general, y sobre todo la política exterior, el derecho internacional. No olvidemos que en Chile hay dos poderosas comunidades palestinas y judías que han convivido muy bien históricamente, más allá de tal o cual coyuntura.

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