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LA CALLE

8 de Abril de 2013

Los cinco hábitos cotidianos que suelen poner nuestra vida en serio peligro

Vía El Confidencial Las creencias populares sobre las actitudes o acciones peligrosas que pueden acabar con nuestra vida están totalmente alejadas de la realidad. Las estadísticas sobre muertes accidentales demuestran que tememos a lo que difícilmente nos matará, como la erupción de un volcán, un accidente aéreo o el ataque de un animal salvaje, mientras […]

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Vía El Confidencial

Las creencias populares sobre las actitudes o acciones peligrosas que pueden acabar con nuestra vida están totalmente alejadas de la realidad. Las estadísticas sobre muertes accidentales demuestran que tememos a lo que difícilmente nos matará, como la erupción de un volcán, un accidente aéreo o el ataque de un animal salvaje, mientras que nos sentimos seguros en situaciones en las que tenemos más probabilidades de morir, como por ejemplo, cruzar un paso de peatones. Así lo refleja un estudio comparativo realizado por investigadores del Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York y publicado recientemente en el diario The New York Times.

La falta de perspectiva sobre los peligros que nos acechan en el día a día aumenta las posibilidades de que suframos alguno de estos accidentes. Es por ello que los investigadores han querido llamar la atención sobre los hábitos cotidianos que hemos interiorizado como seguros, y así concienciar a la ciudadanía para que adopte medidas preventivas. La rutina, dicen, hace que perdamos el miedo a lo que realmente mata a la personas. No se trata pues de no salir de casa, pero sí de ser conscientes de ellos para evitar una muerte prematura.

Pasos de peatones

El exceso de confianza de los viandantes en los pasos de peatones se convierte en un cóctel explosivo cuando se mezcla con los descuidos de los conductores, la falta de visibilidad o la velocidad inadecuada. En España, el 40% de los atropellos se producen en pasos de cebra o zonas de tránsito reguladas por semáforos, las cifras más altas de la UE. El perfil prototipo de las víctimas es el de un menor de 14 años o un mayor de 65. La gran mayoría en zonas urbanas y a plena luz del día.

Por supuesto que los pasos de cebra son la zona de la calzada más segura y por la que obligatoriamente deben cruzar los peatones, pero esto no significa que no se deban extremar igualmente las precauciones. Nunca hay que fiarse del tráfico rodado, y las estadísticas de siniestralidad corroboran que no deberíamos sentirnos seguros ni en estas zonas especialmente indicadas para cruzar.

Las prisas, los auriculares y la confianza ciega en que el color verde para los peatones nos protegerá de cualquier atropello son factores que aumentan la peligrosidad de los pasos de peatones. Varios ayuntamientos españoles ya están tratando de concienciar sobre ello a la ciudadanía con una campaña que consiste en pintar mensajes en los pasos de cebra como: “Uno de cada tres muertos en accidente de tráfico iba a pie”.

Hablar por el móvil

Una de las actividades cotidianas que más nos desconecta del mundo exterior es hablar por el teléfono móvil. Una práctica que al cabo del día consume una considerable cantidad de nuestro tiempo, y que realizamos indistintamente cuando vamos caminando por la calle, en bici o, los más temerarios, en coche o bicicleta. Una vez más, el exceso de confianza y la desconcentración que conlleva mantener una conversación telefónica puede provocar un siniestro en forma de atropello o de caída por las escaleras por resbalón.

Las nuevas posibilidades tecnológicas que ofrecen los dispositivos móviles, como la navegación por la red, el uso de redes sociales o de cualquier otra aplicación potencian enormemente los riesgos de utilizar el móvil cuando estamos en la calle. Los primeros estudios realizados sobre esta cuestión concluyeron que el 30% de los ciclistas que sufrieron accidentes utilizaron algún tipo de dispositivo electrónico. Un porcentaje que en el caso de los peatones se sitúa en el 10%.

Consumo de bebidas alcohólicas

Los efectos del alcohol al volante pueden ser letales, un hecho que ha sido ampliamente estudiado y que todo el mundo reconoce, pero la ebriedad de los peatones también es mortal. Concretamente, uno de cada cinco peatones fallecidos dio positivo en las tasas de alcoholemia, según los datos que maneja la Dirección General de Tráfico. Los efectos del consumo de alcohol no solo provocan temeridad al volante, sino también en la calle.

La memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología también revela que cerca de un 10% de los peatones atropellados había tomado algún tipo de psicofármaco, como ansiolíticos o antidepresivos, los cuales pueden reducir nuestra concentración haciéndonos más vulnerables a los peligros del entorno.

Andar en bicicleta

La bici es el vehículo más ecológico, saludable y barato para desplazarse en una urbe que en los últimos años se utiliza cada vez más en España. Sin embargo, no todo son ventajas, pues la carencia de carriles bici y las grandes aglomeraciones de tráfico aumentan los riesgos de los ciclistas, sobre todo, cuando todavía están faltos de experiencia. Las normas de tráfico son iguales para conductores y ciclistas y ambos deben de respetarlas por igual.

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