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Nacional

23 de Mayo de 2013

El plan de los estudiantes para tomarse la calle e irrumpir en la agenda política en año de elecciones

En la previa de una marcha de estudiantes secundarios, los estudiantes esperan consolidar las manifestaciones con un calendario de movilizaciones que contempla tres marchas antes de las primarias presidenciales y una adhesión al paro nacional convocado por la CUT para el 11 de julio. Con la toma del Instituto Nacional como puntapié y el paro indefinido de la Usach, que se suma a otras universidades, los estudiantes proyectan incidir en el debate eleccionario y marcar presencia en las calles a fines de año. “Si no nos invitan a participar de la discusión de la agenda política, nosotros vamos a irrumpir en ella con la fuerza que caracteriza a este movimiento", señalan.

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“Nace como una toma de carácter interno, pero no sería extraño una seguidilla de movilizaciones, el puntapié inicial de la movilización nacional”. El presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional, Rodrigo Jaeschke, confirma lo que muchos pensaron la tarde-noche del miércoles, cuando se enteraron de que el emblemático liceo estaba nuevamente en toma.

Si bien la movilización de los alumnos del “foco de luz” fue motivada por un petitorio interno -abrir espacios de discusión interna y la salida de la plana directiva del colegio, liderada por Jorge Toro- los estudiantes secundarios y universitarios ya habían alertado de una reintensificación de las movilizaciones en los próximos días, tras lo que consideraron una respuesta nula a sus demandas en el la última cuenta pública de Sebastián Piñera, el martes pasado.

“Los motivos que llevaron al Instituto (Nacional) a esta toma corresponde a cosas internas, pero también son demandas históricas de los estudiantes secundarios. Esto se repite en todos los colegios y liceos municipales, y nosotros ya nos cansamos. El pasado 21 de mayo el presidente ni nos mencionó”, dice Moisés Paredes, vocero de la Cones (Coordinadora de Estudiantes Secundarios).

Un descontento que se propaga en los espacios universitarios y que ayer ya sumaba distintas formas de movilización en aproximádamente 12 universidades, incluyendo un paro indefinido votado en la Usach en pleno proceso de elecciones y en las facultades de Artes, Filosofía y el Instituto de Estudios Públicos de la Universidad de Chile.

“Esto va primero en solidaridad con los compañeros que han perdido beneficios. Segundo, en cómo el Estado se hace cargo en términos de infraestructura de las universidades. Y tercero, con un petitorio interno para presionar a las rectoría a defender la educación pública. Son esos tres puntos y un cuarto, el prometido, como respuesta a la nula respuesta del discurso del 21 de mayo”, dice Mario Domínguez, secretario general de la Federación de la Universidad de Valparaíso.

En la UV ya está más de la mitad de la universidad en paro y dos facultades, la de Ciencias Económicas Adminsitrativas y la de Trabajo Social y Derecho, en toma. Según Domínguez, ante el portazo que del gobierno respecto de las negativa a frenar los proyectos de ley y el nulo compromiso con la educación pública, se ha decidido radicalizar las maneras de movilización, “tal como lo anunciamos”.

Un escenario que se podría poner color de hormiga en medio del debate electoral presionado por la reinvindicación de los estudiantes hacia los presidenciables.

Calentando motores

El reimpulso, más allá de la polémica por la requintilización de la semana pasada y de la contingencia electoral, no es casual para la fecha. A esta altura, los estudiantes -en conjunto con organizaciones sociales, profesores y la CUT- ya tienen un calendario de movilizaciones que apunta más allá de las primarias y que pretende un gran paro nacional, ya convocado por la CUT para el próximo 11 de julio.

Para esa fecha, ya hay tres marchas estudiantiles convocadas: el próximo martes 28, de los estudiantes secundarios; el 13 de junio, de la Confech; y una otra manifestación pensada para el 26 o 27 de junio, junto a organizaciones sociales y de trabajadores. Es decir, tres o cuatro días antes de las primarias presidenciales.

La primera de ellas, luego de la reunión de la Confech en la previa del 21 de mayo, donde la conclusión fue apoyar a las demandas de los estudiantes secundarios y reinvindicar sus demandas, olvidadas por la prensa y por la discusión educacional actual.

“La idea de la marcha del 28 es emanada de los estudiantes secundarios, en la que quisimos que los universitarios y trabajadores se adhirieran, para reinvindicar las demandas nuestras. Somos los más perjudicados, los que recibimos más represión y donde menos se respeta la democracia. Nosotros convocamos a un control comunitario, en paralelo a la institucionalidad. Algo que fortalezca nuestros territorios”, señala Isabel Salgado, vocera de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios, Aces.

“Más allá del escenario electoral, la convicción del movimiento estudiantil es de seguir presionando a través de las movilizaciones, independiente del calendario electoral de este año. Nosotros nos quedaremos sentados a esperar a que se hagan las cosas”, dice el presidente de la Feuc, Diego Vela.

Aún sin casarse con que este año se repita un escenario de movilizaciones similar al de 2011, sí los dirigentes estudiantiles apuntan a incidir en el debate electoral. En la Confech celebrada este 20 de mayo en Valparaíso, los universitarios contaron con la presencia de las ambas organizaciones de estudiantes secundarios (Aces y Cones), con las que debatieron sobre el rol que tendrá el movimiento en medio del calendario electoral.

“Si no nos invitan a participar de la discusión de la agenda política, nosotros vamos a irrumpir en ella con la fuerza que caracteriza a este movimiento. El escenario tiene una discusión en la que vamos a estar presente. Sin embargo, eso no significa que vamos a dejar nuestra autonomía como movimiento social”, señala Paredes.

En tanto, la vocera de la Aces sostiene que el llamado es a fortalecer los espacios comunitarios porque no esperan mucho de los distintos candidatos a la presidencia. “Ellos no van a solucionar nada. Cuando llegan a los espacios de poder le dan la espalda a los estudiantes. Lo hizo Bachelet y la Concertación el 2006, lo hizo la derecha todo este tiempo y en tres años de gobierno de Piñera no hemos visto ningún cambio, sino todo lo contrario: más represión y persecución a los compañeros”, dice.

Finalmente, la determinación del movimiento estudiantil es de llevar la discusión adelante independiente de lo que ocurra en noviembre próximo con las elecciones. “Esta irrupción es parte de la necesidad de visibilizar el conflicto. Acá el debate presidencial no tiene que ver con figuras sino con propuestas y a cómo éstas se apegan con una demanda muy sentida por la ciudadanía. Este movimiento no va a dejar de perseguir a los candidatos a presidente o el gobierno de turno porque es algo que más allá de los colores, se tiene que resolver sí o sí”.

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