Ratifican condena contra Manuel Contreras y el Rojo Vip de la Dina por desaparición de Muriel Dockendorff

La Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó la sentencia dictada por el ministro en visita Alejandro Solís en la investigación por el secuestro calificado Muriel Dockendorff Navarrete, cometido a partir del 6 de agosto de 1974, en la región Metropolitana.

En fallo dividido, los ministros Mauricio Silva, Juan Antonio Poblete y la abogada integrante Mariana de la Puente confirmaron la sentencia dictada por el magistrado especial en contra de seis ex agentes de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).

Los condenados son el ex director de la DINA, Manuel Contreras Sepúlveda y dos de sus principales colaboradores, Miguel Krassnoff Marchenko y Marcelo Moren Brito sentenciados a 15 años de presidio, sin beneficios.

En tanto, los ex agentes Basclay Zapara Reyes, Gerardo Godoy García, y Orlando Manzo Durán a 10 años de presidio, sin beneficios.

En el aspecto civil se rechazó la demanda presentada por los familiares de la víctima por incompetencia del tribunal.

La resolución determina que “Todos los antecedentes son suficientemente contundentes, que constituyen presunciones graves, precisas y concordantes que permiten tener como acreditada la participación” de cada uno de los procesados en el secuestro de Muriel Dockendorff Navarrete” dice la sentencia.

El ministro Solís había determinado que la mujer fue detenida el 6 de agosto de 1974, en su domicilio por los efectivos de la DINA Osvaldo Romo Mena y Basclay Zapata, “El Troglo”.

Dos meses antes, el 6 de junio de 1974, había sido detenida junto a su esposo Juan Molina Manzor por miembros del Servicio de Inteligencia de la Fach. Ella fue dejada en libertad el 12 de julio del mismo año por falta de méritos; en tanto, su marido continuó detenido hasta el 17 de junio de 1975, fecha en la que fue expulsado del país.

Al ser nuevamente detenida por la DINA, Muriel Dockendorff fue conducida hasta el recinto ubicado en calle Londres N° 38, donde fue objeto de torturas, las que le provocaron grave daño físico, según declararon diversos testigos. Posteriormente Muriel Dockendorff fue llevada a “Cuatro Álamos”, junto a la testigo Erica Hennings, lugar donde se pierde su rastro hasta la fecha, “sin que la persona privada de libertad haya tomado contacto con sus familiares, realizado gestiones administrativas ante organismos del Estado, sin registrar entradas o salidas del país, sin que conste, tampoco, su defunción”.

La decisión se adoptó con el voto en contra del ministro suplente Poblete quien fue partidario de aplicar la media prescripción y rebajar la sanción a los involucrados.