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Mundo

29 de Junio de 2013

La crisis de las municiones: En EE.UU. sobran armas pero escasean las balas

No importa que el Congreso de EE.UU. y el presidente Barack Obama fracasaran recientemente en adoptar leyes para controlar la venta y uso de armas, sus portadores tienen un problema a la hora de usarlas con la libertad que desean porque les faltan las municiones. El país sufre una escasez de balas de todo calibre, […]

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No importa que el Congreso de EE.UU. y el presidente Barack Obama fracasaran recientemente en adoptar leyes para controlar la venta y uso de armas, sus portadores tienen un problema a la hora de usarlas con la libertad que desean porque les faltan las municiones. El país sufre una escasez de balas de todo calibre, pero en especial las de calibre .22, que ha forzado a vendedores a limitar la cantidad de provisiones que una persona puede comprar.

En enero pasado la mayor cadena de tiendas del mundo, Walmart, anunció un tope de tres cajas de munición por día y por persona, aclarando que no se debía a ningún tipo de presión política sino a razones de mercado. Medidas similares han tomado grandes cadenas especializadas como Cabela o Dicks. “Aquí no faltan balas, lo que sobra es gente con armas”, dijo a BBC Mundo con un dejo de frustración el encargado del departamento de armamentos de una gran tienda deportiva ubicada en Miami, quien prefirió no ser identificado, ni él ni su compañía, la que por cierto aún no ha establecido controles a la venta.

Desde la matanza de 20 niños y 6 adultos en la escuela de Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012 a manos de un joven armado, la demanda de armas y balas aumentó, en buena medida porque contar con ellas refuerza la sensación de seguridad de muchos, de acuerdo con los analistas.
Pero en círculos conservadores sospechan que la falta de balas es culpa del gobierno, que estaría comprando más munición de la que necesita y agotando los inventarios para dificultarle a los ciudadanos el acceso a las balas y, por tanto, el uso de sus armas a los ciudadanos.

Limitar al gobierno

Para garantizar que la gente puede usar sus armas, algunos quieren que se establezcan límites a las compras, pero a las que hace el gobierno central. Los legisladores por Oklahoma, Jim Inhofe y Frank Lucas, presentaron en abril ante el Congreso un proyecto de ley para limitar la cantidad de munición que pueden comprar los organismos federales, a excepción del Departamento de Defensa.

De ser aprobada la ley, el Departamento de Seguridad Interior y otras oficinas gubernamentales no podrán reponer municiones si tienen almacenadas una cantidad superior al promedio mensual que manejaban con gobiernos previos al de Obama.

“El presidente Obama ha sido tenaz en limitar el acceso y las oportunidades para ejercer sus derechos bajo la segunda enmienda de la Constitución a los estadounidenses respetuosos de la ley”, dijo el senador Inhofe, quien aseguró que agotar el mercado con “compras innecesarias” es una de las estrategias de la Casa Blanca para lograrlo.
Los promotores de la ley aseguran que el Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés) tiene el equivalente a dos años de municiones almacenadas y que sus funcionarios disponen de mil balas más de las que tiene en promedio un miembro del ejército, algo que consideran “totalmente injustificado”.

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