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Opinión

15 de Diciembre de 2014

Columna: La nueva Constitución


Creemos que el gobierno debe entender que el mejor camino es la Asamblea Constituyente. De hecho, la mejor manera de cumplir su compromiso de un “proceso participativo” es precisamente esa.
Sería lamentable que se decidiera que el diseño de la nueva Constitución se lleve a cabo en el Congreso, en una comisión de expertos o bajo cualquier mecanismo que no asegure una participación vinculante de la ciudadanía.

Genaro Cuadros
Genaro Cuadros
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asamblea
Las declaraciones que ha dado el gobierno son importantes porque terminan con la incertidumbre temporal: abordarán el tema de la nueva Constitución el año 2015.

Pero, para ser franco, estas no aportan más información que la conocida. Nuevamente se ha reafirmado el compromiso expresado en el programa de gobierno: Que la nueva Constitución se hará cumpliendo las condicionantes de que sea participativa, democrática e institucional.

Ya es tiempo de que el Gobierno defina cuál será el mecanismo para diseñar la nueva Constitución.
En MarcaAC nos parece que el mecanismo adecuado es una Asamblea Constituyente (AC) porque es el que mejor asegura la participación de la ciudadanía. Pero también entendemos que hay distintas visiones al respecto, por lo mismo esta decisión debe ser zanjada por la ciudadanía. Hoy existe una bancada transversal de cerca de 32 diputados de distintos colores políticos, que está diseñando un proyecto legislativo para consultar a la ciudadanía respecto al mecanismo propicio para diseñar la nueva Constitución.


Creemos que el gobierno debe entender que el mejor camino es la Asamblea Constituyente. De hecho, la mejor manera de cumplir su compromiso de un “proceso participativo” es precisamente esa.
Sería lamentable que se decidiera que el diseño de la nueva Constitución se lleve a cabo en el Congreso, en una comisión de expertos o bajo cualquier mecanismo que no asegure una participación vinculante de la ciudadanía.

En ninguna parte del mundo los diputados y los senadores se dedican a hacer nuevas Constituciones, no son elegidos para eso. El poder constituyente es del pueblo, por lo tanto sólo en él reside la potestad para darse una nueva Constitución, eligiendo delegados que tienen como mandato único esta tarea. No se solucionará mediante las instituciones -con serios problemas de representatividad- el problema de legitimidad de la actual carta fundamental.


En definitiva, que el gobierno no opte por un proceso participativo vinculante nos puede llevar a un escenario muy crítico: Se presentará un texto como si fuese una nueva Constitución pero que al final del día no será validado por la mayoría de los chilenos.
Cabe recordar que Jaime Guzmán dijo “La Constitución debe procurar que, si llegan a gobernar, los adversarios se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría”.

Esta máxima se está comprobando cuando la UDI amenaza con llevar la reforma educacional ante el Tribunal Constitucional. Hoy las propias reformas de mediana intensidad del gobierno tienen dificultades con el marco constitucional que el país tiene.
Tenemos una Constitución pétrea, que no permite procesos de reforma profunda y, lo más importante, no permite a la ciudadanía darse el marco democrático institucional que anhela. La pregunta que Chile y su Gobierno deben responder es qué mecanismo asegura de mejor manera la participación vinculante de todas y todos l@s chilen@s.

*Coordinador Nacional de Marca AC.

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