Acusaciones sobre drogas y terrorismo: El controvertido “estilo Bullrich” en la relación diplomática entre Chile y Argentina

Las palabras emitidas durante la jornada de ayer por la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, dieron pie a un impasse entre Chile y el país vecino.

Y es que la afirmación que hizo —señalando que en Iquique existía presencia de la organización terrorista islámica Hezbolá, y por la cual se ofreció disculpas a la ministra del Interior, Carolina Tohá, durante esta jornada— tuvo un eco inmediato del Presidente Gabriel Boric. “Yo le exijo a la ministra Bullrich que, si tiene antecedentes, los entregue“, atendió el Mandatario y a través de la Cancillería, se envió una nota de protesta a Argentina por los dichos de Bullrich.

Contra todo pronóstico inicial sobre la administración del presidente Javier Milei —donde se podía esperar que las frases más provocativas vinieran de su parte—, el “estilo Bullrich” ha resonado en Chile y su último planteamiento no es el único que ha generado controversia en nuestro país.

Casi un mes después del arribo a la presidencia argentina de Javier Milei, la jefa de Seguridad lanzó su primer dardo a Chile. “Chile tiene una situación de seguridad y de narcotráfico mucho peor de la que tenía hace unos años (…). Tiene un problema muy serio. Así que tenemos que coordinar con ellos, porque gran parte de la droga que entra a Argentina entra por Chile“, señaló en enero de este año.

La frontalidad en el discurso da pie a distintos análisis. “Ha habido un cambio en el estilo de Patricia Bullrich en relación a cuando previamente fue ministra”, asevera el analista internacional Felipe Vergara a The Clinic.

Antes de ser ministra de Seguridad de Milei, Bullrich desempeñó el mismo cargo en el gobierno del expresidente Mauricio Macri. Tomando en consideración las diferencias en el trato de las que habla Vergara, también señala que ese actuar busca “netear la baja intensidad que ha tenido el presidente Milei”.

Ello tomando en consideración que previamente Milei había criticado fuertemente al Mandatario. Inclusive, lo calificó de “emprobrecedor” cuando aún era candidato a la presidencia argentina. En tanto, cuando se volvió presidente, su severidad con Boric se redujo considerablemente.

En una entrevista a fines de enero, Milei fue particularmente severo con su par colombiano, Gustavo Petro, de quien dijo que “está hundiendo Colombia”. Con Boric, en cambio, solo se limitó a decir que tiene “las ideas incorrectas”.

Para Vergara, el matiz de Milei con Boric —y Chile— es el que Bullrich busca suplir con sus declaraciones.

El diputado integrante de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara, Tomás de Rementería (PS), tiene otro planteamiento. “Patricia Bullrich responde al estilo de la extrema derecha transnacional que hemos visto en diferentes países. Ella quiere hacer su punto”, asegura a este medio el parlamentario.

“Probablemente se está preparando para cuando Milei ya no sea presidente (…). La posición anti chilena que ha tomado busca exacerbar un nacionalismo interno, pero veo que no tiene futuro“, añade.

Una administración con polémicas

Pero, el nombre de Bullrich no es el único que aparece si se habla de confrontación entre las relaciones de Chile y Argentina. El embajador argentino en Chile, Jorge Faurie, fue protagonista, hace unas semanas, de una dura tensión entre las relaciones de ambos países.

Diplomáticos chilenos relataron que en una reunión con el embajador este actuó de forma extraña. Una de las primeras quejas radicó en que no saludó a todos los presentes y que, además, no permitió que todos los integrantes del encuentro se presentasen, iniciando la reunión arbitrariamente.

No obstante, lo más polémico vendría después, cuando se quejó de que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) retrasaba la operación de los camiones argentinos que cruzaban hacia Chile. Fue mientras el equipo chileno le explicaba los procedimientos del SAG cuando Faurie dijo una destacada frase. “Mi país ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer“, sostuvo.

“Le hicimos notar al embajador Faurie nuestra preocupación por la situación”, se limitó a señalar la Cancillería por el episodio.