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28 de Enero de 2015

Ex asesora rompe el silencio: Así eran las rendiciones truchas de Tuma en el Senado

"Hubo gastos por arreglos de oficina. Pero nunca arreglamos la oficina. Hubo gastos de pintura y materiales que no ocupamos. En una ocasión rendí gastos de apicultura y nunca vi abejas", asegura Claudia López, quien sostiene que "en la oficina nada se mandaba a hacer o se pagaba sin la autorización del senador", versión que difiere con lo expuesto por el parlamentario, quien señaló que era ella la encargada de separar los gastos personas de lo que se tenía que rendir.

Por

eugenio tuma a1

“Aquí tienen antecedentes; ustedes deciden si hay alguna irregularidad. Yo cumplo con mi deber ciudadano y ustedes verán si hay delito”.

Eso fue parte de lo que le dijo a la Fiscalía Claudia López, la ex asesora del senador PPD, Eugenio Tuma, que destapó el caso de las irregularidades cometidas por el parlamentario al usar platas del Congreso para gastos personales. El legislador enfrenta una causa por fraude al fisco, y ésta es la versión que quien fuera su brazo derecho entregó en extensa entrevista con La Segunda.

“En la oficina nada se mandaba a hacer o se pagaba sin la autorización del senador”, dice López, quien cuenta que entregó dos archivadores al fiscal.

Sostiene que habló “de algunas situaciones que me llamaron la atención, sin tener la claridad de si eran o no delitos. Les conté sobre personas contratadas que nunca vi en la oficina, gastos que nunca se hicieron (…) Hubo gastos por arreglos de oficina. Pero nunca arreglamos la oficina. Hubo gastos de pintura y materiales que no ocupamos. En una ocasión rendí gastos de apicultura y nunca vi abejas”, relata.

La versión de López difiere de la del propio senador, quien aseguró que ella era la responsable de separar los gastos personales de los que se tenían que rendir en el Parlamento.

“Todos los meses el senador llegaba con una pila de boletas y me decía “esto se presenta al Senado”. Lo único que yo hacía era recibir una serie de boletas que él me pasaba, las pegaba en una hoja, las enviaba al Parlamento y eran reembolsadas, pagándosele el total en su cuenta corriente. Yo no ejercía ninguna fiscalización”, asegura.

Agrega que los roces con Tuma partieron cuando ella se puso más minuciosa y empezó a cuestionar que se entregaran algunas boletas que no tenían que ver con la actividad parlamentaria.

“Hubo situaciones fuera de sí, como que en una ocasión llegaron boletas de ropa de Umbrale y yo le dije, ‘senador, no sé si se confundieron con las boletas, pero hay de Umbrale, que no corresponden’. El Senado jamás iba a reembolsar eso”.

Dice que después de ese episodio, la relación comenzó a deteriorarse.

“Otros gastos que le manifesté fueron el origen de los roces entre él y yo. Le dije que tales gastos no correspondían y el senador me respondió que sí y que los tenía que presentar”.

En esta parte de la entrevista se refiere a que acreditó “en fiscalía que siempre enviaba un correo con copia a él respecto de los gastos. Le enviaba un correo al encargado del Senado de las cuentas con el documento escaneado, con copia al senador e incluso a otro asesor de Valparaíso. Yo pedí autorizaciones de las rendiciones la mayoría de las veces, no siempre, porque a veces por razones de tiempo no se hacía”.

Otros gastos truchos

“Yo presentaba boletas de comida que nunca habíamos comido en la oficina y nosotros ni siquiera podíamos comprar un sándwich”.

Insiste, en que ella no tenía autorización para rendir nada, ni sus colaciones.

“¿Cuál era mi ganancia al presentar boletas que no correspondían? No me llegaba un peso de aquello… Si el Tribunal de Garantía autorizó allanar la oficina del senador en Temuco, debió tener antecedentes”, sostiene.

Además de lo mencionado anteriormente, la ex jefa de gabinete habla de otras rendiciones irregulares como cuentas de supermercados y clases de inglés de un familiar.

Al ser consultada por el hecho de haber guardado silencio desde 2010, cuando le manifestó a Tuma la improcedencia de rendir al Parlamento gastos personales, dice que fue por las asperezas.

“Guardé silencio mucho tiempo sobre hechos que no me parecían correctos y, sin embargo, cuando quedé embarazada, le pedí el autodespido y estuvo reacio a llegar a cualquier acuerdo, aunque no le pedí indemnización fuera de la legal”, dice.

Afirma que tras llegar a un acuerdo en materia laboral “y como retomé Derecho, me di cuenta de que guardar silencio también es delito. Es ser cómplice”.

Agrega que “mucho tiempo me sentí traicionera por el solo hecho de pensarlo. Luego, cuando terminé los procesos legales por lo que consideré eran atropellos a mis derechos como trabajadora, lo único que me quedaba pendiente para cerrar el capítulo era esto. Esta denuncia la realicé en noviembre y lo último laboral fue en septiembre”.

El viernes pasado, también en La Segunda,  Tuma, se refirió por primera vez en profundidad a la causa por la que a fines de noviembre la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE) allanó su oficina parlamentaria en la región de la Araucanía, luego de la denuncia de López.

En una de las aristas del caso, se le acusa de hacer proselitismo, en favor de Ana María Llao Llao, para su llegada a la Conadi, y que parte de su financiamiento provino del item “Difusión” que le Congreso le asigna.

Ante ello, Tuma aseguró que cuando ha colaborado para “promover liderazgos locales” siempre lo ha hecho “de mi bolsillo”, pero reconociendo que “con posterioridad tuve conocimiento de que yo habría autorizado una parte de una factura, que corresponde al pago de publicidad de Ana Llao”.

“Fue un error absolutamente involuntario de mi parte y voluntario o involuntario de quien hace la denuncia, porque precisamente la que la hizo era quien tenía que hacer la declaración de gastos parlamentarios ante el Senado”, explicó Tuma, cuya versión es diametralmente opuesta a lo que dice López.

“Cuando me dí cuenta, tuve la convicción de que tenía que solicitar que el Senado revisara todo lo obrado durante el período en que la denunciante estuvo prestando servicios”.

Otra pata de la denuncia, que reveló La Segunda el 12 de diciembre tiene que ver con supuestas asesorías hechas con plata del Senado con el actual gobernador de Cautín, José Francisco Montalva, la consejera nacional de la Conadi Ana María Llao Llao, y la particular Magaly Coronado.

López, cuyo nombre en ese momento se mantenía en reserva, aseguraó que los eventuales pagos fueron hechos como una manera de apoyar las campañas de Montalva y la hija del parlamenatrio, Romina Tuma, al Congreso, y la de Llao a la Conadi.

En la página web de la Corporación, figuran pagos por asesorías desde abril de 2013 a Montalva, -por $1.500.000 mensuales-, período en el que competía por llegar al parlamento. La denunciante asevera que en realidad dicha asesoría fue realizada por otro colaborador del senador, Marcelo Jara Rojas, quien también figura con un pago similar en la web institucional.

 

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