Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

13 de Septiembre de 2015

Alfonso de Urresti: “Hay que acabar con esta Constitución ideológicamente a la medida de los vencedores del 73”

El senador PS por la Región de Los Ríos apuesta todo por una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Fundamental y así ratificar un nuevo marco normativo. Con un itinerario bajo la manga que propone tercera urna en las próximas elecciones municipales, dice que el proceso debe sobre todo tener a la ciudadanía activa. También asegura que los grupos más poderosos "tienen que parar de gozar".

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
Por

Alfonso de Urresti A1

Estamos en septiembre, el mes autoimpuesto por el Gobierno para iniciar el llamado Proceso Constituyente. ¿Qué es lo que esperan del anuncio que vendrá en los próximos días?

Nosotros presentamos hace algunas semanas con el diputado Leo Soto una propuesta completa de Itinerario Constituyente. Se lo presentamos al ministro del Interior, al equipo político de La Moneda, ratificando la necesidad de una Asamblea Constituyente pero también con un itinerario que pasa por el plebiscito habilitante, que se votará en la comisión de constitución de la Cámara, que permite precisamente la posibilidad de convocar a una consulta ciudadana con una tercera urna en las elecciones municipales del próximo año. Una para alcaldes, una para concejales y otra urna donde se pregunte si quieren cambio de Constitución y cuál es el mecanismo, asamblea, comisión bicameral o el propio congreso.

¿Cuál es la percepción de la gente frente a este tema? No parece ser un tema de preocupación mayor.

Hace tres meses atrás hicimos un seminario acá en el ex Congreso e incluso los expositores de derecha asumían que hay una idea generalizada de que es necesaria una nueva Constitución. Ahora, algunos creemos que debe ser por asamblea constituyente, pero como me gusta respetar el principio democrático y consultar a la ciudadanía creo que el método más democrático, participativo y vinculante es precisamente hacer una tercera urna en las elecciones municipales. Para ello esperamos que se apruebe en comisión y luego en sala. Me sorprende positivamente que a las distintas asambleas se congrega mucha gente, desde el mundo político al social y gremios. Yo nunca había visto en este país, al menos en los años que conozco posdictadura, que hubiera tanta masa crítica con respecto a un proceso constitucional. Y eso me hace abrigar esperanza y estar convencido de que en primer lugar necesitamos una nueva constitución y que debe ser por un proceso amplio, participativo y vinculante que creo es a través de una asamblea constituyente.

Hay sectores de la derecha hasta la NM que creen que no es la manera, que hay que hacerlo desde el mismo Congreso y no por una consulta ciudadana.

Los conservadores de siempre, que están en todos los partidos y todas las coaliciones, siempre se van a poner nerviosos y restar de procesos participativos. Pero precisamente la Constitución es la casa común, donde todos debiéramos confluir y todos deberíamos aportar, de todos los sectores. Yo siempre digo que no quiero avanzar en una constitución que sólo refleje mis ideas, mis anhelos, mis visiones. Quiero una constitución que nos represente a todos y no existe otro camino para poder convocarlo. Si esto se radica solo en el parlamento, vamos a tener claramente una resta de legitimidad, porque el Parlamento no representa a todos. Este es un parlamento con sistema binominal, que proviene de una ley de amarre de la dictadura. Esta es una Constitución de los vencedores del 73 y hemos trabajado funcionado con sus reglas. Quiero cambiar eso, no quiero imponer. Lo reitero: no deseo una Constitución Socialista, quiero una que nos represente a todos, el sentir mayoritario de nuestro país. Con los valores y principios de todos los ciudadanos pero que sea el espacio común y sea nuestra norma fundamental que nos guíe para los próximos 50 años. Y que ese sea un pacto constitucional que por supuesto debe ser propuesto, discutido y ratificado por la ciudadanía. No hay otra. Yo veo que todos los otros caminos son atajos, restarle protagonismo a la ciudadanía. Con una comisión bicameral creo que puede no tener mucho éxito desde el punto de vista de los contenidos y carece de la legitimidad en su origen y en su ratificación.

Más que una visión conservadora, también es elitista. De alguna manera se quiere dejar de lado a la masa de gente que en teoría “no está preparada”.

Esa es la visión aristocrática sobre cómo se construye una Constitución. Sobre las mentes iluminadas, con académicos, del mundo intelectual, parlamentarios son los únicos que pueden hacerlo. Creo que no. Hay que hacer asambleas regionales, comunales donde la gente pueda discutir. Creo que hay mucho sentido común, hay muchas ganas de participar y también hay mucho sentir común en el país de aportar. Creo que si uno hace una consulta uno tiene que ver que, por ejemplo, nuestra Constitución tiene que tener un sistema previsional solidario como concepto básico de ordenamiento de nuestra sociedad, un concepto solidario en materia de salud. Eso tenemos que plasmarlo en la Constitución para tener la legitimidad y el acuerdo nacional que nuestro sistema previsional y de salud no pueden seguir entregados libremente al mercado. Creo que al consultar a la ciudadanía vamos a tener algo con una mejor distribución regional del poder, un país con mayor protección a sus recursos naturales. No en clave Gobierno-Oposición, sino en espacio común de nuestra sociedad.

Porque justamente la Constitución que nos rige hoy, creada en dictadura y modificada en algunas cosas, es la que para mucha gente mantiene a nuestro país capturado.

Es así, si hay que acabar con esta constitución ideológicamente a la medida de los vencedores del año 73, planificada, diseñada para preservar su intereses. Intereses de una minoría, en protección de la propiedad privada, establecer los supra quórums para hacer imposible reformar. Solo ha sido posible reformar en lo que ellos quieren, porque tienen el derecho a veto. Una minoría del 30% ha tenido la capacidad de vetar los cambios, y solo han permitido lo que ellos han considerado adecuado. Eso no puede ser. La Constitución debe ser una expresión mayoritaria. La ciudadanía hoy en términos de previsión, salud, distribución de poder y protección de recursos naturales está en una distancia sideral con lo que es la Constitución. Si la hacemos con las mismas reglas que hoy tiene esta constitución vamos a caer nuevamente en su trampa.

Conversamos hace un tiempo con un asesor de IDEA, contratado por la Segpres para evaluar los mecanismos constituyentes. Él decía que cualquier proceso de reforma constitucional trae incertidumbre porque uno nunca sabe hasta dónde va a llegar.

Obviamente un cambio constitucional genera incertidumbre, pero no incertezas. La incerteza es seguir manteniendo una constitución espuria e ilegítima en su origen. Esta es una constitución tramposa, entonces sostener esto, aún con quienes adhieren a estos principios, es no jugar con reglas claras. Acá tiene que haber un pacto constitucional en el cual nos pongamos de acuerdo, insisto, sin avasallar con ideas de un sector u otro. Pero claramente esta es una Constitución que es una bomba de tiempo. Que ya se desborda por el lado previsional, por el sistema de salud, por el no reconocimiento de los pueblos originarios, en materia de distribución territorial del poder, etcétera. Tiene desbordes por distintos flancos. El Tribunal Constitucional también, una situación completamente anómala en el funcionamiento jurídico. Entonces, la incertidumbre está instalada por tener este país democrático, que ha funcionado y que camina hacia un Chile más moderno, con una carta fundamental que claramente es producto de una minoría, que claramente son una minoría en este país.

Con la actual  crisis de confianza de las instituciones, ¿es más difícil enfrentarse justamente a cambiar la constitución?

Si nosotros hacemos pedagogía constitucional, educación cívica, y seguimos avanzando en el proceso pedagógico de que una nueva constitución cambia las reglas y permite construir una mejor sociedad, claramente creo que la ciudadanía se va a sumar y va a entender que un proceso constituyente le permite incidir en el futuro. Esta es una Constitución que precisamente al tener pecado de origen, al ser fraudulenta en su origen, es imposible que pueda ser consensuada y aceptada o modificada para que represente a la mayoría de la ciudadanía. La hemos ideo perfeccionando, pero solo en aquello que la derecha, la minoría ha ido permitiendo. Porque el año 2005 claramente el acuerdo con la derecha que permitió el cambio constitucional fue pactado. Y eso, yo creo que la ciudadanía ya se cansó. Hoy día la Constitución no es aceptada ni es reconocida como la norma fundamental y común de todos los chilenos.

¿Cómo se lidera un proceso tomando en cuenta el descontento generalizado de la política?

Creo que esto se lidera invitando a la gente a participar, invitando a todos los ciudadanos -junto con elegir a su alcalde, su concejal, que es su autoridad local- se involucren en este proceso. Creo que es el incentivo, la convocatoria. Alguien podrá no sentirse convocado a votar en octubre por su alcalde o concejal en una comuna sureña o en el norte del país, pero seguro que se puede movilizar si eso implica votar cómo se define una nueva Constitución. Creo que es una instancia movilizadora de enorme convocatoria y de educación y politización cívica de la sociedad.

¿En ese sentido usted es partidario de que la gente decida cuál es el rol que jueguen en esto las autoridades? ¿Cuál es la propuesta?

Lo que nosotros planteamos es que precisamente en el proceso constituyente aceptado por un plebiscito la convocatoria va a ser de la ciudadanía y no se interrumpe el Parlamento. Este va a seguir funcionando, pero pueden tener una Asamblea Constituyente. Nosotros hemos hablado de 200 personas: 110 electos directamente a través de distintas circunscripciones, establecer alrededor de 20 parlamentarios (10 senadores y 10 diputados); establecer una cuota para pueblos originarios; otra por sorteo de representantes. Cuidar los equilibrios etáreos, representación juvenil, de la tercera edad. Equilibrio de género, que no haya representación de un sexo sobre el otro. Y todo sin duda que debiera llevarnos a tener un proceso ampliamente convocante. Si no, si hacemos solo un proceso ratificatorio en el término, claramente no creo que vaya a ser una Constitución adherida al espíritu nacional. Creo que necesitamos generar un espacio en que todos nos sintamos parte de la construcción, independiente de cuántos de nuestros valores y principios puedan quedar impregnados.

¿Incluso si ese resultado significa perder algunas de esas premisas que nombró?

Si la ciudadanía dice que hay determinados valores que no son aceptados o no son mayoritarios, uno tendrá que resignarse a que el pueblo de Chile tiene otra opción. O si en la consulta la ciudadanía opta por otro tipo de proceso, hay que ser respetuoso en democracia cuando te favorece o rechaza. Pero yo soy un convencido y así lo dicen todas las encuestas, que este país está por una nueva Constitución y creo que mayoritariamente por una Asamblea Constituyente.

¿Y esta opinión qué tan compartida es con los parlamentarios?

A ver, yo me hago cargo de mi parroquia, que es el PS. El PS definió en su último congreso que estábamos con la Asamblea Constituyente. Hemos entregado este itinerario constitucional a la mesa del partido precisamente para que podamos operativisarla. Y plantearle al gobierno cuál es nuestro calendario. Lo hemos hecho con la mayor cantidad de detalles.

Y más fuera de la parroquia, en la congregación que vendría siendo la Nueva Mayoría.

En la congregación… hay de todo en la villa del señor, ya que estamos medio bíblicos.  Son 54 diputados los que firmaron el proyecto de ley de plebiscito habilitante. La bancada por la AC, tanto en la cámara como en el Senado es mayoritaria. Desde ahí tenemos capacidad de seguir convenciendo o convocando gente.

¿Qué ocurre con estos poderes fácticas que durante mucho tiempo han estado gozando de esta Constitución?

Tienen que parar de gozar. Esta Constitución ha tenido sus logros para quienes la diseñaron. Ha favorecido el enriquecimiento de grandes grupos económicos. Ha generado concentración de riqueza, la internacionalización de los grupos económicos chilenos, utilidades y estructuras de negocios como nunca antes vistas. El sistema de AFP ha sido cooptado por los discípulos de Pinochet. A mi me provoca estupor cuando veo en los directorios a ex ministros de Pinochet. O sea, ahí se generó un negocio enorme. Entonces claramente estos sospechosos de siempre no quieren modificar esta constitución. Cómo la isapre, la banca va a querer si las ganancias son enormes, producto de un modelo económico consagrado y protegido por la Constitución.

A esos directorios también han llegado ex ministros de Frei, Lagos, Bachelet…

Sí, pero son negritos de Harvard. Pa la tonalidad, para una estabilidad. Claramente han sido controlados. Las AFP fueron formadas, diseñadas, implementadas y administradas por el modelo de Pinochet. Las isapres también. En los directorios comienzan a haber cambios, pero por ejemplo, en ningún directorio de AFP hay un trabajador. Millones de chilenos que cotizamos y no tenemos a nadie en el directorio. Como usuarios.

Bueno, uno de los principales defensores del modelo, José Ramón Valente, no cotiza.

No po, no cotiza. Pero es que habría que ser loco. Si lo escuché una vez. Si tus imposiciones por ejemplo compras bienes raíces y los arriendas, tienes mucho más.

Volviendo al tema de los grupos de poder. Ellos también se alimentan de la incertidumbre, del ánimo crispado, algo que al parecer estamos viviendo hoy en Chile.

Yo creo que es una sociedad que busca cambios, que quiere cambios, que no está contenta, o está satisfecha. No tengo la varita mágica para decir “esto es”. Creo, intuyo y creo por eso tenems que ir por esto. Pero claramente esto tiene que cambiar los niveles de inequidad en este país. De desigualdad, de injusticia, abuso laboral, desastres ambientales. Hay un montón de cosas que ya no pueden ser como están. Ni social, ni política, ni ambientalmente. No podemos tener la prórroga del decreto 701 así com así.

Eso va a caer ahora en el Senado.

Claro. Hace un año hicimos una presentación al ministerio de Desarrollo Social para que esto tenga consulta indígena, si buena parte del conflicto tiene que ver con esto. No hay ningún país donde pase esto. En todas partes la industria forestal, perdona que nos vayamos a esto, cada viejo tiene un par de hectáreas y la empresa le compra a ellos. Acá no. Esto es una integración increíble. O sea, la misma empresa es dueña del terreno, de los árboles, de quienes cosechan, de los camiones, de la planta de celulosa, del papel que producen. Es cosa de locos. Y dos grandes empresas, CMPC y Arauco. Y el problema no es la industria forestal, es el modelo. La industria del retail está bien. Existe en todas partes del mundo, nadie está en contra. Pero es el modelo. Ya no quedan supermercados chicos. Es todo homogéneo. El sistema previsional no resiste. Entonces, eso es lo que la gente ya se cansó. Porque no solo tienes problemas con la AFP, tienes con la salud, educación. Son muchos los elementos. Y no obstante que el país crece. Tampoco vengo del fatalismo. Es un país agradable para vivir, pero el problema es que ganan los de siempre. Por eso las reglas básicas, que es la Constitución, tiene que cambiar.

Por último, ¿Ha tenido la oportunidad de saber o conversar con la Presidenta Bachelet de cuál es el camino? ¿Hay algún indicio?

Se lo planteamos a la presidenta el día después del cónclave. Tomamos desayuno con ella y le planteamos ahí. Fue una conversación con ella, muy franca. Le dijimos que habíamos varios parlamentarios por AC, que creíamos que era un espacio fundamental. Yo recojo y valoro que ella haya hablado de un proceso porque en su estructura su visión, cree en la participación, en el empoderamiento de la ciudadanía y estoy confiado en que va a haber un planteamiento atractivo y convocante.

Notas relacionadas