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Poder

4 de Noviembre de 2015

Así entiende Axel Kaiser los actos de colusión en el mercado chileno

"La libertad siempre implica la posibilidad de abuso, si no, no sería libertad. Y así como no tiene sentido condenar al fútbol, en tanto deporte, cuando un futbolista es sorprendido con dopaje, no tiene sentido condenar al mercado, en tanto juego de intercambios, por el abuso cometido por uno o más de sus jugadores. Lo importante, salvaguardando siempre la presunción de inocencia, es que existan sanciones inteligentes para estos casos, pero por lo demás la libertad debe ser la regla", escribe.

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En su columna “Liberalismo y colusión”, el abogado y director ejecutivo de la Fundación para el Progreso, Axel Kaiser, se refiere al porqué de los carteles que proliferan en Chile, con la consecuente afectación a los consumidores.

“Los liberales siempre han entendido que los seres humanos actuamos, en buena medida, motivados por nuestro propio interés, no solo en el mercado, sino también en el Estado. La colusión entre políticos y grupos de interés sindicales, empresariales o de otro tipo, o la colusión entre privados para derogar las reglas de competencia son producto de ese impulso, así como también lo es la captura del Estado por parte de sus funcionarios, como prueba el caso dramático del Registro Civil”, escribe en su espacio en El Mercurio el autodefinido liberal en extremo.

Al respecto agrega que “es para evitar lo más posible este tipo de desviaciones (…) que los liberales promueven, por un lado, una fuerte conducta ética, y, por otro, la desconcentración del poder económico y político”.

Dice que “en el Estado, una forma de disminuir abusos, además de limitar su tamaño, es con la división de poderes, la que implica que exista competencia y fiscalización mutua entre ellos”. Respecto de los privados, opina que “no es muy diferente: para minimizar abusos se requiere de una amplia libertad de entrada y competencia tanto local como internacional”.

Con esas consideraciones a cuestas, argumenta que el problema en Chile es que es precisamente el mismo Estado, “el que mediante sus innumerables y complejas regulaciones pone barreras a la entrada para nuevos actores, facilitando la colusión entre los que ya están. Cualquier emprendedor ha vivido esto en carne propia en nuestro país. Quienes abogan por una mayor intervención estatal para prevenir casos de colusión, entonces, proponen exactamente la receta que favorecerá su multiplicación”.

En esa línea, apunta que “un mayor sinsentido incluso es condenar al mercado por estos casos. La libertad siempre implica la posibilidad de abuso, si no, no sería libertad. Y así como no tiene sentido condenar al fútbol, en tanto deporte, cuando un futbolista es sorprendido con dopaje, no tiene sentido condenar al mercado, en tanto juego de intercambios, por el abuso cometido por uno o más de sus jugadores. Lo importante, salvaguardando siempre la presunción de inocencia, es que existan sanciones inteligentes para estos casos, pero por lo demás la libertad debe ser la regla”.

 

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