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Planeta

23 de Noviembre de 2015

Testimonios: Fumar marihuana durante el embarazo

Hay quienes apoyan el uso del cannabis medicinal para enfrentar los problemas durante el embarazo, comos las náuseas y la pérdida del apetito. Hay otros que piensan que esto sería razón para presentar una denuncia en el Servicio de Protección Infantil. Aquí, la experiencia de tres mujeres que consumieron marihuana mientras tenían otra vida en su vientre.

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Dentro de la población que consume marihuana, hay un grupo de personas de las que no se habla abiertamente: las mujeres embarazadas.

En Estados Unidos, donde la marihuana medicinal es legal en más de 23 estados, existen mujeres a las que se les receta esta droga con el propósito de enfrentar ciertos problemas de salud que surgen, como las náuseas, pérdida de apetito, ansiedad, entre otros síntomas.

A pesar de esto, una mujer embarazada fumando marihuana puede ser mal visto para muchos, calificándolo de maltrato prenatal. Incluso, algunos doctores y legisladores estadounidenses insisten en que el consumo de marihuana durante el embarazo debe ser denunciado al Servicio de Protección Infantil, según indica Vice.

Hasta hoy, no se sabe cuáles serían los efectos a largo plazo de la marihuana en los fetos. Eso sí, un informe del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de Colorado de principios de año, anunció que el THC (principal constituyente psicoactivo del cannabis) efectivamente se trasmite al niño a través de la placenta y la leche materna. Las conclusiones de la publicación dicen que algunas consecuencias podrían ser el bajo peso al nacer y, luego del parto, posibles problemas de atención, deterioro cognitivo o bajo coeficiente intelectual.

Frente a este panorama, la Asociación Médica de Estados Unidos ahora exige que los productos de marihuana medicinal y recreativa lleven el mensaje: “Advertencia: El consumo de mariguana durante el embarazo y la lactancia puede poner en riesgo la salud de su bebé”.

Por otro lado, un estudio de 1994, que observó a los recién nacidos en Jamaica, concluyó que el cannabis y los bebés no son realmente una mala combinación. Pero fuera de esto, todavía no existen suficientes estudios sobre esta relación, por lo que no se sabe mucho sobre este asunto todavía.

Vice conversó con mujeres que consumieron marihuana durante el embarazo para que compartieran su experiencia.

La primera mamá cuenta que durante los primeros cuatro meses de embarazo “vomitaba tanto que tenía que ir a urgencias por lo menos una vez a la semana (llegué a ir hasta tres veces a la semana) para que me rehidrataran por vía intravenosa. El doctor me mandó un medicamento muy caro que mi seguro médico no cubría, costaba un poco menos de 200 pesos cada pastilla. En cambio la mariguana me costaba como 350 pesos el gramo y me permitía ingerir alimentos sin que me dieran ganas de vomitar. En esos cuatro meses, las únicas veces que llegué a comer fueron cuando lograba que alguien me consiguiera mariguana”.

Esta madre, que consumía la droga a través de un inhalador, explica que “el término médico para lo que padezco es “hiperémesis gravídica”, que es una forma elegante de decir que estaba vomitando tanto que era un peligro para mi salud y la de mi bebé. La mariguana sí ayudó. Demasiado, de hecho. No creo que hubiera podido lograr el embarazo sin ella”.

La segunda entrevistada recuerda que no consumía marihuana previo al embarazo, y que incluso veía con desprecio a quienes la consumían. “Luego entré a la universidad y aprendí por mí misma que la mariguana no es una “droga” en el sentido convencional”, señala.

“Comencé a fumarla con regularidad y me hice amiga de algunas mujeres que fumaban estando embarazadas. El saber que estas mujeres se preocupaban por sus bebés y que, al parecer, la mariguana no tiene efectos duraderos en los niños, me hizo cambiar de parecer”, dice.

Relata que “el uso que le di durante todo mi primer embarazo siempre fue el mismo. Fumaba todas las mañanas antes de ir al trabajo y unas cuantas veces más a lo largo del día. Sabía que las náuseas matutinas hacen que las mujeres embarazadas bajen de peso, pero yo no quería que mi bebé no tuviera los nutrientes necesarios, así que fumaba para tener apetito y asegurarme de no vomitar todo lo que comía. Aunque mi peor síntoma era lo emocional que estaba. Al inicio de mi primer embarazo, trabajaba en un restaurante como gerente y cualquier interacción con los clientes me hacía llorar. Era horrible, pero fumar mariguana me ayudó a relajarme y no estar tan sensible”.

Indica que su esposo la alentó a continuar fumando, pero que su doctor sí la juzgó por hacerlo. “Me dijo que si estaba en el hospital y en mis análisis salía positivo el consumo de mariguana, tendría que llamar al departamento de Servicios de Protección Infantil y que probablemente no regresaría a casa con mi bebé. Dejé de fumar como a los siete meses de embarazo. No estuvo tan mal, pero definitivamente perdí el apetito durante algunas semanas”, cuenta.

“Entiendo su preocupación (del doctor), pero ni que se tratara de alcohol. Nunca me hicieron alguna prueba para saber si estaba tomando alcohol durante el embarazo, que es algo que sí podría dañar al bebé, creo que es algo muy hipócrita”, expresa.

La tercera mamá del reportaje, recuerda que “después de tres semanas en las que no pude comer por las náuseas que tenía fumé por primera vez. (…) Cuando fumaba podía comer y dormir. Cuando llegué al tercer trimestre estaba tan bien que no la necesité”.

Respecto a que si esto podría haber afectado a su hijo, dice que “no creo que haya tenido algún efecto. Mi hijo es como cualquier otro niño de un año. Le encanta andar de arriba para abajo. Se la pasa persiguiendo animalitos. Le gusta cantar y bailar”.

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