Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Opinión

12 de Febrero de 2016

Daniel Walraven, doble oficial de Mick Jagger: “Nunca me salgo del personaje”

Alto y delgado como el viejo Mick, el doble de Jagger dice que le llueven las mujeres (también los hombres) y que en el último recital de la banda en Chile se sacó más de 500 fotos con los fanáticos. Pese a ganarse los porotos imitando los movimientos del flacuchento líder de los Stones, asegura que su banda favorita es Led Zepellin. “Me gustan los Stones por la cuestión rockera del descontrol, las fiestas, el hueveo. Pero si quiero escuchar rock serio, potente y con cojones, es Zepellin”.

Marcelo Salazar
Marcelo Salazar
Por

Daniel-Walraven-foto-alejandro-olivares

El concierto de los Rolling Stone sobrepasó todas las expectativas: Mick Jagger cantó impecable. Fue mejor que el del ’95, porque en ese show Ron Wood y Keith Richards estuvieron flojos. Yo, que estuve ahí, tuve la impresión de que estaban tocando curados. En cambio, el de la semana pasada fue lo que todos esperamos. La energía de los tipos era la misma con la que partieron en 1962. Fue espectacular.

Mi carrera como imitador nació hace nueve años, en Mendoza. Vacacionando allá la gente me paraba para decirme que me parecía al líder de los Stones. Yo, sin imitarlo aún, me asemejaba porque siempre he tenido el mismo look. Flaco, pelo largo y chasquilla, como él. Era tanto el boom que hasta los policías me decían “Vení, Chagger. Tomáte una foto con nosotros”. Me di cuenta que estaba perdiendo plata, por lo que volví a Chile a formar The Hot Stones, el primer tributo de la banda de la lengua roja en nuestro país.

Lo que más me gusta de Jagger es su irreverencia. Esa indolencia de estar en el escenario no pescando a ningún hueón. Eso de que uno está haciendo lo suyo y que nadie te ponga una pata encima. Yo sigo esa rebeldía, nunca he sido parte del sistema. Primero, porque soy músico. Entre el ’87 y el ’94 estudié contrabajo en la Escuela de Jazz de Roberto Lecaros. Además, vivo en Pirque hace 25 años. Allí me dedico a la apicultura, por lo que las abejas y mi personaje son mi sustento. Soy mi jefe y manejo mi historia, al igual que Mick. Es mi filosofía Stones.

Estuve haciendo movidas para conocer a la banda pero fueron infructuosas. Traté por todos lados, incluso hablé con DG Medios para algún acercamiento pero no resultó. No es por darme alas, pero se podría haber hecho algo entretenido con mi personaje. Imagínate yo con Jagger, no sé cómo habría reaccionado al verme porque el parecido es elocuente. Con una foto me sentía por pagado.

Me va bien con las minas, se me tiran encima. Hay veces que tengo que salir corriendo porque creen que soy el verdadero vocalista. Se vuelven locas, aunque te admito que también me va bien con los hombres. No soy homosexual, pero no sé qué les pasa conmigo. En los conciertos estoy tan concentrado que no cacho quién me toca las piernas o las calugas. De repente miro y es un hueón. Se tientan viéndome flaco y fibroso.

Jamás me había sacado tantas fotos como el pasado 3 de febrero en el Estadio Nacional. Como quedé al medio de la cancha, fueron más de 500. Hubo un momento de éxtasis donde el público empezó a tirarme hacia adelante para que estuviese cerca de mi ídolo. Quedé a unos 20 metros, fue entretenido.

Nunca me salgo del personaje. Desde chico que tengo este peinado y no soy de estar engominado ni ponerme corbata. En la calle me preguntan: “¿Qué hueá estai haciendo acá, Jagger?”. Me va excelente haciendo trámites porque me hacen pasar adelante en la fila. Me paran los pacos para control y, después de agarrarme para el hueveo, me dejan ir sin hacerme nada. Nadie me dice Daniel. Desde los integrantes de mi banda hasta los de la bomba de bencina me conocen por Mick.

Ahora que estamos tramitando la cannabis medicinal, parece que en el concierto había mucha gente enferma. Corrían y corrían los pitos. Lo bueno es que fue tranquilo porque sólo hubo paz y humo. Todo era bien hippie, mucha onda de los ’70.

La droga está ligada a todo esto. Los músicos son personas que tienen sensibilidades en el cerebro más desarrolladas que el resto, las que explotan con sustancias como la coca, la marihuana, o el peyote. Sin embargo, todo depende de cómo uses los estupefacientes. Por ejemplo, los Beatles consumían LSD para crear canciones, a diferencia de Jimi Hendrix que, por tanto alcohol, murió ahogado por su propio vómito.

Mis discos favoritos de Rolling Stones son Bridge to Babylon, Sticky Fingers y Voodoo Lounge. Definen a la banda en su calidad musical y en el descontrol, siendo “Star Me Up”, “Miss You” y “Honky Tonk Women” mis canciones favoritas. Pienso que “Satisfaction” está muy trillado, es el tema que más se conoce en Chile y el que siempre ponen en la radio. Nosotros, al igual que la banda británica, lo dejamos para el final.

Cuando viene una banda importante la gente compra sus discos como locos para escuchar qué van a tocar. Y cuando están en el concierto cantan como si se las hubiesen aprendido en la entrada. Yo, que soy rockero, me doy cuenta. Por la potencia de sus canciones y por la calidad de los músicos, Led Zepellin es la mejor banda de la historia. Sí, mucho más que los Stones. Robert Plant es mejor vocalista que Jagger: Jimmy Page les da tres patadas en la raja a Keith Richards y a Ron Wood juntos. Stairway to Heaven es el mejor concierto de la historia del rock, no hay ninguna hueá que se le iguale. Mira, a mí me gustan los Stones por la cuestión rockera del descontrol, las fiestas, el hueveo. Pero si quiero escuchar rock serio, potente y con cojones es Zepellin.

Somos muy distintos con Argentina, donde la cultura rollinga es impresionante. En el Hotel San Cristóbal, donde se quedaron Jagger y compañía, con cuea habían 15 personas. Acuérdate que cuando estén en Argentina habrán miles afuera. Un periodista che me preguntaba qué pasa en Chile, porque allá hay tres estadios vendidos y aquí, horas antes del concierto, seguían vendiendo entradas. Nunca he tratado de imitar exactamente a Mick Jagger. Pongo un 80% de mi cosecha al show y el 20% restante uso cosas del vocalista, como movimientos y uno que otro shock eléctrico. Mi aspiración es, salvando las diferencias correspondientes, seguir con el legado de los Rolling Stones por el mundo. Conocerlos sería fantástico, pero creo que es mucho pedir.

Notas relacionadas