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Poder

30 de Agosto de 2017

Carlos Peña apunta al “extraño caso de misticismo” de Guillier en análisis de la disputa presidencial

El rector de la UDP dice que la elección estará enfocada en ideas y no ideologías. De los tres con posibilidades según las encuestas: Piñera, Sánchez y Guillier, sostiene que este último "no ha tratado de interpretar a la ciudadanía. Al revés, parece creer que la campaña electoral consiste en que la ciudadanía lo interprete a él".

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“La hora de los neuróticos”, se titula la columna que escribe Carlos Peña en El Mercurio para analizar el actual escenario presidencial en cuanto a cómo se leen las necesidades de la gente.

El abogado da inició a su escrito recordando que “en la anterior campaña presidencial hubo dos temas -atmosféricos, puesto que se daban por sabidos- que llevaron al triunfo a la Presidenta Bachelet. Uno de ellos afirmaba que la desigualdad de Chile era creciente, una herida que se profundizaba día a día; el otro, que los chilenos y chilenas estaban hartos del individualismo y anhelantes de mayor cohesión social”.

Citado el contexto, afirma que un libro del PNUD -“Desiguales”, Santiago, 2017- “demuestra que las dos afirmaciones sobre las que descansó la anterior campaña eran falsas”. Esto porque “la desigualdad en Chile, se la mida como se la mida, se ha aminorado (p. 21) y los chilenos y chilenas son cada vez más individualistas (p. 31)”.

Así las cosas, apunta a que con esos antecedentes; es decir, de haberlos tenido, la campaña habría “sido una competencia de ideas (las ideas son intentos de describir la realidad y sus posibilidades de transformación) y no una pugna de ideologías (las ideologías son envolturas de la realidad, fantasmas las llama Lacan)”.

Por eso que Peña cree que gracias a este informe de PNUD, la presente disputa presidencial debería estar enfocada en las ideas.

Sobre si estarán a la altura, se pregunta y responde que “Beatriz Sánchez, hasta ahora, pareciera preferir un discurso fantasmático, antes que uno de ideas. Es probable que su discurso (el de invitar a soñar Chile y ese tipo de cosas) posea atractivo generacional para los jóvenes (y los viejos que anhelan reverdecer), pero es insuficiente para apelar a un electorado que, a la luz de las transformaciones culturales del país, ya no se deja seducir por sueños colectivos. La gente no parece querer modelar su vida mediante la política, sino editarse mediante el consumo”.

“Sebastián Piñera es, hasta ahora, quien más esfuerzos ha hecho por conectar, al menos a nivel del discurso, con la realidad de Chile que el informe del PNUD describe, esa sociedad de grupos medios, poseídos por la pasión por el consumo, en cuya memoria familiar acecha el temor de quedar a la intemperie. No es raro, por eso, que le esté yendo bien en las encuestas. El peligro de Piñera es que su ánimo circense (su última incursión consistió en bailar zumba, olvidando que en su caso la dignidad de la distancia es mejor que la torpeza de su cercanía) acabe banalizando sus palabras”, sostiene.

Y sobre Guillier, el otro de los que según las encuestas pudiera tener opción de ganar la elección, argumenta que “no ha tratado de interpretar a la ciudadanía. Al revés, parece creer que la campaña electoral consiste en que la ciudadanía lo interprete a él. Extraño caso de misticismo: el político que quiere ser interpretado en vez de interpretar”.

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