Duendes trágicos: ¡La mejor forma de sobrevivir esta navidad!

La delicia de los cauros chicos, el nuevo commoditie de la clase media baja empobrecida que busca desesperadamente una manera de aumentar sus ingresos cada vez más menguantes en el contexto del capitalismo tardío en camino al colapso civilizatorio; los monitos mágicos que una obrera indonesia cosió en su propia máquina de coser por apenas dos centavos y que se pagan a luca y que ahora compras a  cuatro lucas para revenderlas a ocho una vez que la escasez de ellas dejen a padres desesperados porque sus cabros chicos no dejan de llorar, hacer pataletas y amenazar con romper el tablet y cortarse las venas con una tijera si el papito no llega a casa con Lumpy. Los duendes que sostienen nuestro capitalismo; se calcula que si no existieran, Chile habría perdido entre un punto y un punto y medio de crecimiento anual. Estos son los juguetes de moda en cualquier parte, el regalo perfecto, la estafa piramidal de moda, ¡los duendes trágicos!

Duendy

 

 

Duendy es el duende de los sueños. Es el líder de la pandilla. Una pandilla que se dedica a saquear las casas de las personas de escasos recursos. Llega por la noche y un polvillo transparente que le da a respirar a los niños en la noche para inducirles el sueño: es vidrio molido.

Lumpy

 

 

Ágil cervatillo dorado del sur de Chile. En su casa escondió a Hitler. Cree en un estado fuerte y autoritario como el marco para el surgimiento de un capitalismo plutocrático oligárquico con mano de obra infantil. Es travieso y le gusta la pintura. Roja. Basada en sangre.

Rumpy

 

 

Es un duendecillo travieso, le gusta fisgonear a las parejas hacer cosillas y crear nuevos niños. Usa una aguja para crear “agujeros de felicidad”, unos mecanismos por los cuales se fuga la magia que crea nuevos seres humanos. Subió la tasa de natalidad.

Tandy

 

 

Es femenina y rosada, no feminista y morada. Está todo el día en la cocina creando nuevos postres y platillos sabrosos que son la delicia de las personas. Son pasteles que tienen un ingrediente secreto y especial: la caca. Y el amor y la ternura que les pone a los pasteles. Y caca. Mucha caca.

Candy

 

 

Es la duendecilla más ingeniosa de todas. Ideó un nuevo sistema  para reventar cajeros automáticos, pero desde que trabaja para la yuta ahora ideó un sistema para evitarlos. Es de las que se mete en las computadoras a instalar software que atrapa claves y te revienta las tarjetas, los seguros no paguen y te peguen carpetazo en el Jujao de Policía Local si quieres reclamar.

Soggy

 

 

Es el duende hecho de cuerda. Cuando estés triste, él se desacurruca, se estira y te da un abrazo en el cuello. Pone sus patas en una viga y te dice ¡saltemos de alegría, amiguito, saltemos! Y te da la última alegría en tu vida miserable, lleno de deudas, soledad y abandono de tu familia. ¡Salta, amigo, salta, como lo hizo David Carradine con una sonrisa enorme en la boca!

Pandy

 

 

Es el duende más popular de este año: es el duende de la cesantía. La cena de navidad y año nuevo se las llevó. Se gastó todo el último aguinaldo de tu vida en cerveza, y ahora saldrás a la calle a buscar problemas. ¡pero no importa! Porque no hay manera de acuchillarle el hígado a un muñeco de trapo. A una persona de carne y hueso, sí.

Tugsia

 

 

Tugsia, la extraña duenda turnia. Desde que quedó con los ojos chuecos, hace que todos lo vean todo chueco. Ya nada está como debería estar, todo se halla feo y distorsionado. Es la que hizo que tu mamá, tu papá y tu hermana votaran por Bolsonaro. O su equivalente local. Bolsonaros hay en todas partes.