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23 de Enero de 2009

¿Le teme Frei a Gómez?

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Por Patricio Araya G., periodista

¿No? Entonces, ¿por qué no medirse con él en una primaria abierta? O es que el riesgo de ser derrotado por el joven senador radical –tal como lo fue su hermana Carmen, a manos de éste en las parlamentarias de 2005–, es demasiado grande. José Antonio Gómez (1953) fue electo por la segunda circunscripción con el 40,15% de la votación (74.572 votos), desplazando a Carmen Frei Ruiz-Tagle de su sillón senatorial que ocupaba desde 1989.

La ex parlamentaria DC vio frustrada su opción de elegirse por tercera vez consecutiva, entre otras razones, por el escaso apoyo que obtuvo de las mujeres de la zona en la última elección, quienes se rindieron ante el apuesto ex ministro de Justicia. Las cifras así lo demuestran. En su primera campaña en 1989, Carmen Frei obtuvo 58.852 votos, de los cuales 29.454 fueron preferencias masculinas, y 29.398 votos de mujeres; se trató entonces de un universo bastante parejo para ella. Para las elecciones de 1997, Frei había mejorado su votación entre las mujeres con 31.648 votos, mientras que los hombres le dieron 26.844 preferencias, experimentando una leve baja en el total de votos respecto a 1989, es decir, 58.492, resultando electa en esa ocasión con el 35,05%.

Pero, donde se notó de manera abrupta la importancia del voto femenino en esa zona, fue en la elección de 2005, en la que el presidente del PRSD fue favorecido por el mundo femenino de manera decisiva. En efecto, de los 74.572 votos obtenidos por José Antonio Gómez, 40.608 corresponden a mujeres, mientras que 33.964 son de varones (6.644 votos de diferencia a favor de las mujeres). En tanto, Frei sólo consiguió el 14.15% de las preferencias, correspondiente a 26.287 votos, de los cuales 13.319 son de varones, y 12.968 de mujeres; es decir, 4.804 electoras cambiaron su voto respecto a 1997, y lo hicieron, en su mayoría, en favor de Gómez.

Y, ¿cómo le ha ido al hermano de la ex senadora con las féminas? En 1989 el ingeniero DC compitió en la circunscripción oriente de la Región Metropolitana, logrando una votación histórica con 608.559 sufragios, de los cuales 323.261 eran de mujeres, mientras que los hombres lo favorecieron con 285.298 votos (64.969 votos femeninos de diferencia). En las últimas elecciones de 2005, tras haber ejercido como Presidente de la República, y luego como senador vitalicio, Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1942) llega al Senado en representación de la circunscripción 16 (X Región), obteniendo 85.145 votos, de los cuales 43.973 pertenecen a mujeres, y 41.172 a hombres (2.801 votos de diferencia a favor de las mujeres), en un universo de electores esta vez es mucho más pequeño que en 1989.

Primarias Presidenciales

En la elección de 2005, los senadores Eduardo Frei Ruiz-Tagle y José Antonio Gómez, corrieron distinta suerte, según el género. Frei obtuvo el 36,89% entre los hombres, y un 34,96% entre las mujeres; Gómez, por su parte, logró 38,16% entre los hombres y un 41,99% entre las mujeres. Queda claro que son ellas –cualquiera fuesen las razones– las que inclinan la balanza, y no sólo los hombres, los posibles acuerdos políticos y las negociaciones de último momento; ya no cabe duda de la capacidad femenina para modificar costumbres y realidades, de modo que a nadie debería sorprender el rol que jugarán las mujeres en las primarias de la Concertación, cuando en los próximos meses sean ellas quienes digan la última palabra sobre el ungido de esa colectividad. Por lo tanto, ambos pre candidatos concertacionistas deberían estudiar la forma de diferenciarse en términos políticos y programáticos para persuadirlas, de lo contrario, tendrán que apelar a cuestiones más faranduleras, como el encanto personal.

Y en eso, Frei pierde frente a Gómez; las mujeres que votaron por él en 1989, no lo hicieron por lo encantador que fuera, sino por militancia, o porque muchas creyeron estar votando por su difunto padre, el ex presidente Frei Montalva, entre ellas, unas cuantas tías mías, medio desenchufadas; en cambio, el arrastre de José Antonio Gómez entre las mujeres es transversal, y no tiene que ver sólo con la política, sino con una cuestión mediática, como muchas otras cosas que se juegan en los medios, donde la popularidad de los políticos se mide a través de otros parámetros, distintos a los de antaño, donde las ideas y los grandes discursos embobaban a los electores; hoy basta una buena pinta, alguien que lo auspicie, y ya, eso es todo.

No obstante, a Frei (67 años) no le bastaría sólo con su cambio de look, a Gómez (56 años), en cambio, se le abona a su cuenta personal ese tremendo baluarte de la modernidad: la juventud. Esos 11 años de diferencia debe ser lo que teme Frei, cuyo obvio y forzado rejuvenecimiento no es más que eso, una apariencia jovial, fresca; en cambio, Gómez es un hombre joven en comparación a quienes han detentado la primera magistratura, y desde esa juventud, puede emprender la renovación de ideas y acciones que requiere un país como el nuestro. Frei llegaría al gobierno a tres meses de cumplir 68 años, y saldría de él con casi 72; Gómez, lo haría todo antes de los 60 años.

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#frei#gómez#presidenciales

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