Ministerio de Hacienda despidió a periodista embarazada el 2010

(En la foto, el ministro de Hacienda Felipe Larraín y el subsecretario Rodrigo Álvarez inaugurando las nuevas instalaciones de la sala cuna del Ministerio: Calidoscopio)

El ministerio de Hacienda, encabezado por Felipe Larraín, se negó a renovar el contrato de la periodista Carolina Cifuentes durante el 2010, a pesar de que esta se encontraba embarazada. Un problema parecido al “Nana-Gate” que denunció The Clinic Online en junio de 2011, cuando una fiscalización de la Dirección del Trabajo dejó al descubierto el despido de la asesora del hogar de la casa del secretario de Estado mientras ella estaba embarazada.

Pero la historia aquí involucró a otros poderes, incluido el Consejo de Defensa del Estado, organismo que utilizó Hacienda para para defenderse de la demanda que interpuso la periodista de 34 años por “despido abusivo”, quien en ese entonces se desempeñaba como encargada de comunicaciones de la Unidad Administradora de Tribunales Tributarios y Aduaneros.

Cifuentes acusa haber vivido meses de tensión física y sicológica, de presión de parte de sus superiores y el ninguneo del subsecretario y ex diputado Rodrigo Álvarez y del propio ministro Felipe Larraín.

Nunca obtuvo respuesta y con cuatro meses de embarazo se fue a la calle a buscar trabajo mientras el ministro hablaba en público de cómo pensaba financiar el proyecto del postnatal.

“Por qué te embarazaste”

Carolina Cifuentes trabajó durante 6 años en el Ministerio de Hacienda. Poco tiempo antes de la renovación de su contrato -en mayo de 2010- le comunicó a su jefa, la DC Constanza Bulacio, que estaba embarazada.

Carolina quería saber qué pasaría con su situación. No sólo por su embarazo y porque su contrato terminaba, también le preocupaba su pequeño hijo de 2 años que asistía todos los días a la sala cuna del ministerio.

Pero su jefa directa le dijo que no dependía de ella la decisión. Al momento de esa primera conversación Carolina tenía 9 semanas de embarazo.

Luego de eso, le extendieron su contrato hasta el mes de julio de ese mismo año. Y ahí comenzó el calvario y el “peloteo” entre su jefa, el jefe de gabinete del Subsecretario Álvarez, Cristián Valenzuela y las numerosas peticiones de audiencia y cartas a todas las autoridades de Hacienda y al entonces presidente del Senado, Jorge Pizarro.

“Me sorprendió la frialdad y negligencia con que tomaron mi tema, negaciones de solicitudes de audiencia, respuestas de cartas con omisiones de mi embarazo, pimponeos entre mi jefa y el Subsecretario Álvarez”, explica Carolina.

La periodista agrega que fue víctima de presiones estando embarazada y de tratos vejatorios. “Cuando mi jefa sabía de mi estado y ya estaba despedida -pero seguía cumpliendo mis labores y yendo a la oficina- no me quería recibir, empezó a reducir al máximo mis funciones e incluso quería cambiarme de escritorio”.

Pero el problema pasó a mayores cuando -asegura la profesional- Bulacio le dijo con prepotencia: “Por qué te embarazaste si sabías que te podían echar después del cambio de gobierno”.

Pese a que Carolina venía trabajando en Hacienda desde el gobierno del ex presidente Ricardo Lagos, nunca militó en ningún partido político y se destacó por su desempeño profesional y conducta “intachable” al interior de la repartición pública.

Álvarez y Larraín

Al igual que en el caso de la trabajadora particular de la casa de Larraín, Cifuentes vivió este incómodo episodio en medio de la discusión y anuncios del posnatal del Ejecutivo. Y en una de las carteras que tenía como misión sacar adelante el proyecto.

“Se cumplió la fecha de la prórroga, 15 de julio, no me dieron ninguna solución y me fui. Estaba a esa altura con 4 meses y medio de embarazo. Creía que era un tema valórico y de DD.HH, en medio del discurso del postnatal, ellos tenían un discurso para afuera y no era la realidad que yo misma vivía al interior del ministerio. No me recibieron, pedí audiencias, mandé cartas que llegaron a la oficina de partes y no me las respondieron. Seguí todo el conducto regular”, acusa Carolina.

Y el conducto regular fue un eterno ping pong en el que Carolina le envió correos y cartas tanto a su jefa, Constanza Bulacio, como a Cristián Valenzuela, y, mientras Constanza le atribuía la decisión a la subsecretaría, Cristián se la atribuía a Constanza.

En ninguna de las cartas de ambos -fechadas el 9 y el 21 de julio- aparece el tema del embarazo, siendo que era la gran queja de Carolina. Cuento corto: su petición no fue aceptada.

Después de pedir una audiencia por teléfono y por correo con Rodrigo Álvarez -que éste nunca dio- Carolina optó por enviarle una carta:

“Estimado Subsecretario: teniendo otros precedentes de situaciones similares a la que me afecta en otros Ministerios en los que se ha llegado a una buena resolución, confiando además con que esta nueva administración ha demostrado siempre su preocupación por la maternidad y la protección laboral (…) con mucho respeto le pido su intervención en este asunto (…) Creo que es posible llegar a una solución, ya que este tema va más allá de un simple conflicto laboral. Es un asunto de deber moral y, me atrevería a decir, de derechos humanos”.

No recibió respuesta. Como tampoco recibió del ministro Felipe Larraín, al que también le envió una carta -el 30 de julio- señalando que estaba dispuesta a llegar hasta la justicia con el tema:

“He decidido remitir este historial nuevamente para solicitar una mediación, ahora ante vuestro gabinete, debido a las reiteradas respuestas negativas tanto de parte de la Subsecretaría como de la Sra. Jefa de la ATTA (:..) Seguiré procediendo en diversas acciones, entre ellas, reunión con directiva ANEF, notificación a la Contraloría General de la República; causa en la Dirección del Trabajo; y si es necesario, acciones legales en Tribunales Laborales (…)”

Larraín recibió otra carta por el tema. Era del senador DC Jorge Pizarro, ex presidente del Senado, al que Carolina había escrito un correo para contarle la situación. El jefe de Gabinete de Pizarro le respondió a Carolina augurándole el envío de la carta al Ministro de Hacienda.

Pero no pasó nada. Larraín no respondió a ninguna de las misivas. Tampoco hicieron caso a la intermediación que intentó realizar el ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco, en favor de Carolina para ayudarla. Bajo su mando y en las mismas condiciones de contrato a honorarios ella había tenido su primer hijo en 2006 y en esa oportunidad se le respetaron todos sus derechos laborales de pre y post natal, hasta de fuero.

El Consejo de Defensa del Estado

Finalmente, como fallaron todos los conductos regulares, la periodista decidió ir a tribunales. Interpuso la demanda por “despido abusivo”. Pero las instituciones no funcionaron.

“Cuando les llegó la demanda, mandaron abogados del Consejo de Defensa del Estado. Fue muy desagradable. En mi primer embarazo jamás pasé por esto. Ninguna mujer ni funcionaria pública debiera pasar por eso, el desamparo mismo. Tuve la suerte que gracias a mi trayectoria encontré trabajo después, pero a ellos les dio lo mismo”, se lamenta Cifuentes.

Cuando se presentaron los abogados del CDE, el tribunal se declaró imcompetente por tratarse de una materia rotulada como “estatuto administrativo”.

“Pasé por una angustia que ninguna embarazada debiera pasar, ni menos cuando tu “empleador”, es nada más ni nada menos que un organismo del Estado que debe dar el ejemplo a todo el país en estas materias”, dice Carolina y agrega: “Álvarez tiene 6 hijos y pertenece a una coalición política que se jacta de su moralidad y buenos valores, pero ni siquiera me quiso recibir”.

Demanda a Ministerio de Hacienda

Carta a ministro Larraín

Mail a senador Pizarro