“Se hicieron muchos anuncios, se prometieron cosas y no se ha cumplido”

En medio de un día de protestas y represión, una bomba más difícil de resistir cayó ayer sobre La Moneda, el Estudio Nacional de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos, más conocido como la encuesta CEP, reveló algo que se venía rumiando desde hace días en las calles del país: menos de tres de cada diez chilenos aprueba la administración de Sebastián Piñera, y casi igual número compone el grupo de personas que aún creen en el empresario.

Sin embargo, el estudio dio cuenta de un malestar más profundo: ninguna de las coaliciones supera el 25% de aprobación, dando cuenta de una crisis de representatividad de la clase política del país.

Eugenio Guzmán, analista político y director de la Escuela de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, cree que todo el sistema sufre del mismo mal que el mandatario: la sociedad de a pie ha dejado de creer en los políticos y esta coyuntura podría abrir espacio a nuevos liderazgos que aún no están en el horizonte.

¿Cuál es su interpretación del desplome de Piñera en la encuesta CEP?
Hay que situar la encuesta. Fue tomada en el peor momento de Piñera, entonces era esperable que los resultados fueran malos, o muy bajos. Si bien el gobierno tenía la expectativa, probablemente no esperaba que se bajara del piso del 30 %, lo que es bastante bajo. Mirando también otros resultados, ya no solo la aprobación del gobierno, resulta un poco preocupante que ni Alianza ni Concertación obtienen grandes cifras, por lo tanto hay un tema más profundo de desaprobación.

Entonces ¿es la clase política la que está en crisis?
Exacto. Pero la gran pregunta es ¿qué está evaluando la gente con la aprobación? ¿Es aprobación solo del gobierno? ¿Solo del Ejecutivo? Yo creo que es una desaprobación con la política. Si uno se fija, la evaluación es baja en todos los temas, laboral, en delincuencia, desempleo. La caída es muy fuerte, en circunstancias en que la economía parece no estar exhibiendo esos niveles. Entonces hay un tema de desconfianza, de aburrimiento, la gente dice ‘no quiero nada con lo que es política’.

Aunque ya es un hito tener la menor aprobación en 20 años, ¿cree que Piñera tocó fondo?¿o puede seguir bajando?
La verdad es que sí, podría. Pero hay que seguir pensando en el momento de la encuesta, que corresponde al peor momento de Piñera. Para los estándares chilenos es bastante bajo el nivel que alcanzó, Frei llegó a 28%, pero no con este mismo nivel de rechazo. Ahora si uno lo compara con el contexto latinoamericano, podría seguir bajando. Pero como se trata de una encuesta que ocurre en el período más crítico, probablemente la situación sea distinta.
Aquí lo que está en juicio es el gobierno, pero en la medida en que uno ve que la evaluación de otras áreas como los partidos políticos, esto empieza a transformarse en un problema de todo el modelo político. Yo me inclinaría a pensar que las coaliciones también están en tela de juicio, al menos en términos de lo que esto podría significar electoralmente. De allí que no sería descabellado pensar que el Gobierno le plantee a la Concertación trabajar mucho más en conjunto para abordar el problema.

Pero de eso se viene hablando desde comienzos de año, desde el primer cambio de gabinete.
Probablemente las ofertas de trabajo en conjunto no han sido suficientes, pero el tema también es bastante complicado para la Concertación. Cómo se aborda el tema, porque también esta es afectada como coalición, no hay ganancia para ningún sector político en la encuesta. Es difícil saber si el cambio de gabinete sirvió, cualquier análisis requiere entender lo que está sucediendo.

¿Se puede hablar de un ganador en la CEP?
Efectivamente el principal afectado es el gobierno, no cabe duda, claramente el gobierno aparece tremendamente debilitado, no tanto por la aprobación sino por la reprobación. Sin embargo otros ordenes institucionales también lo son. Y también el tipo de respuesta es tajante y compleja, porque los indicadores de desempeño en economía, empleo, delincuencia son muy bajos. En ese sentido hay una sensación de que el mundo político no está respondiendo para nada.

¿Cómo explicamos que más allá de Bachellet y Golborne, no parece haber figuras respetadas en política? ¿Se podría pensar que la balanza se puede inclinar hacia una suerte de caudillismo o personalismo?
En el caso de ellos pareciera que tuvieran el efecto de teflón, donde nada malo se les pega. Pero a propósito del caudillismo se podría hacer un alcance: uno podría pensar que son situaciones como esta las que dan espacio esto, cuando la gente quiere una solución rápida, inmediata, lo que es muy difícil. Pero evidentemente lo que sucede también es que ninguno de los dos se están exponiendo a conflictos.

El 93% de esta encuesta se hizo antes del cambio de gabinete, ¿Crees que este enroque de ministros puede ayudar a Piñera a recuperar terreno?
Va a depender de qué suceda con la propuesta del gobierno en educación, es posible pensar que el Gobierno piense que la forma de salir de esto requiere propuestas mucho más audaces. Propuestas que tengan que ver con el sistema político por ejemplo, pero yo también tengo la sensación que una de las cosas que más juegan contra el gobierno y que explica la desconfianza y la baja credibilidad en este momento es que se han hecho muchos anuncios. El mejor ejemplo es el terremoto, se hicieron muchos anuncios, se prometieron cosas y mucho de eso no se ha cumplido. Se generaron expectativas sobre que el gobierno era eficiente, pero con casos emblemáticos se ha avanzado bastante poco. Yo creo que lo que le queda por delante al gobierno es no tener una política de anuncios sino de hechos. En esto el Ejecutivo tendría que ser mucho más prudente y no exponerse tanto a la prensa.

¿Se puede decir que la caída de Piñera y el Gobierno es la cuenta que se está pagando por el manejo del conflicto educativo?
El gobierno debió haber entendido que este era un tema país. El gobierno lo dilató mucho. Con la entrega de recursos, probablemente el gobierno estaba en un gallito ahí, en una tensión de fuerzas, y debió haber sido mucho más rápido en evaluar si se contaba con esos recursos y ponerlos sobre la mesa y no esperar algo que era esperable, como es el fortalecimiento del movimiento estudiantil como llegó a fortalecerse, incluyendo a otros sectores.

Eso habla entonces también de otro punto de la encuesta: la baja evaluación de la destreza y habilidad del Gobierno para manejar situaciones. ¿Se puede hablar de que esto da cuenta del fracaso de la nueva forma de gobernar con más técnicos y menos políticos?
Sobre todo en las expectativas. Toda esta lógica del 24-7 que sonaba más novedosa, interesante, esto de que se iba a trabajar con más celeridad, demostró ser más bien un eslogan que no se realizó porque no es posible trabajar así, sobre todo por el tipo de Estado que tenemos. Esto podría haber funcionado en una empresa.