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Opinión

3 de Febrero de 2012

“Es una payasada decir que el universo se va a morir el 2012”

Premio Nacional de Ciencias Exactas y académica de la U. de Chile, María Teresa Ruiz dejó en su último libro el lenguaje complicado de los científicos para explicarle con simpleza a los niños cómo funciona nuestro universo. Acá relativiza, con humor, la importancia de Hawking como científico, y habla de sus descubrimientos, del sol y de las grandes mentiras en torno al fin del mundo y el calentamiento global. Y defiende abiertamente el ocio y la educación pública.

Macarena Gallo
Macarena Gallo
Por

Fotos: Alejandro Olivares

Especializada en estudiar el corazón colapsado de una estrella de baja masa pero del porte de la Tierra, descubridora de una supernova en el momento de explotar, de dos nebulosas planetarias en nuestra galaxia y de la primera enana café cercana al Sol (objetos que carecen de energía para brillar como una estrella), la astrónoma y Premio Nacional de Ciencias Exactas 1997, María Teresa Ruiz (55), acaba de publicar “El Universo: Ciencia y Ficción”, con la colaboración de la filósofa Margarita Schultz, para explicarle todo esto y responderle muchas cosas más que pasan en nuestro universo a los lectores más exigentes e implacables, como son los niños, que le mandaron un saco con dudas para que ella se las contestara en este libro también recomendado para adultos con curiosidad.

¿Cómo fue escribir un libro de astronomía para niños?
-Lo hice con un poco de miedo. Mi hijo tiene 31 años y aún no soy abuela. A uno se le olvida cuán implacables son los cabros chicos. No tienen vergüenza ni sienten la necesidad de lucirse con la pregunta.

Como sí lo harían los adultos.
-Sí. Te hablo de niños de ocho años que van y te preguntan cosas a veces muy difíciles de contestar. Te dicen: ¿has ido a Júpiter? Si le dices “sí, anduve paseando y había mucho olor a helio”, no sé, cualquier cosa, los cabros te creen. Hay que tener harto cuidado con lo que respondes.

¿Cómo le hace entender a un niño que los agujeros negros no son lugares para esconder a niños desobedientes?
-Es lo mismo. Si digo “fui a un agujero negro y no me pasó nada” ¡me creerían! En cuanto a los agujeros negros, se les hace entenderlos describiéndoles cómo son y contándoles que son un habitante más de nuestro zoológico universal, aunque acercarse mucho a ellos no es recomendable porque sería como acercarse a una fiera salvaje.

¿Uno se podría caer a un hoyo negro?
-Es muy improbable. Incluso en viajes espaciales futuros habría que tener muy mala suerte para acercarse mucho a un agujero negro y caer, ya que, excepto los que hay en el centro de las galaxias, son muy pequeños.

Esa curiosidad infantil, lamentablemente, se va perdiendo a medida que uno crece.
-En gran parte, porque cuando uno pregunta cuarenta mil veces lo mismo, te dicen “cállese, no pregunte leseras”. Yo era muy preguntona cuando chica, debo haber sido una lata, y mi mamá me terminaba respondiendo siempre “porque sí”.

PREGUNTAS INÚTILES

En “Hijos de las estrellas” (2007) parte diciendo que no hay que tenerle miedo a hacer esas preguntas curiosas, incluso inútiles o infantiles, porque ahí pueden estar las preguntas más importantes de la vida.
-La palabra inútil está tan desprestigiada como la palabra ocio. Una persona ociosa es lo último del mundo. Pero resulta que del ocio surgen las ideas brillantes. A una persona que siempre está corriendo es difícil que se le ocurra una idea brillante.

En ese sentido, ¿el astrónomo tiene mucho tiempo de ocio?
-Igual que todos. Hay astrónomos que se la pasan todo el tiempo haciendo cosas y otros que se dan su espacio para pensar fuera de la matriz.

Fuera del sentido común…
-En la astronomía, definitivamente, tienes que pegarte un gran salto para pensar en cosas que jamás podrían ocurrir en este espacio chiquitito que habitamos: la Tierra. Los grandes científicos se han preguntado cosas que yo digo “uuyy, si hubieran postulado a un apoyo de Fondecyt, no les habrían dado la plata ni muertos”. Esas preguntas inútiles se han repetido históricamente. Pero aquí solo las preguntas que pueden ser útiles a corto plazo valen la pena.

¿Por qué las inútiles no valen la pena?
-Desafortunadamente, hoy se pretende que toda la investigación científica sirva para algo que ojalá dé plata.

Pero la ciencia no debiera funcionar así.
-No. Es como poner la carreta adelante de los bueyes. Ojalá sea una tendencia que se revierta. Sino, no llegaremos a ser un país desarrollado en ciencia y tecnología. Y ese nuevo conocimiento se adquiere a medida que exploras lo desconocido, y para eso no tienes que depender de si es útil o no.

ENANAS CAFÉ

Algo similar le pasó a usted cuando descubrió por chiripazo la primera enana café del mundo, en 1996.
-Pero aún no sé para qué sirve. ¡Y qué bueno que no sirva para nada! Yo no la andaba buscando y apareció de repente.

¿Qué se sabía de ellas?
-Poco. Las enanas café son cuerpos más chicos que la masa mínima para ser estrellas y más grandes que los planetas más grandes que conocemos como Júpiter. Y el tema era si es que realmente podíamos estar rodeados de ellas.

¿Y qué son: estrellas, planetas?
-No son estrellas, son como planetas gigantes, con temperaturas muy frías.

¿Cómo fue que la pilló?
-Estudiando mis estrellas muertas, mis enanas blancas, que era mi tema.

¿Por qué estudiaba las muertas y no las vivas?
-Las estrellas cuando mueren se transforman en enanas blancas del tamaño de la Tierra. Es interesante saber cuántas estrellas muertas hay para saber cuánto de la materia oscura podría estar en estos cadáveres de estrellas, pero también porque estos cadáveres te enseñan la historia de nuestra galaxia.

Eso pasará con el sol, que ahora está en la mitad de su vida y que en millones de años será un cadáver.
-Exacto. El sol cuando consuma todo su combustible se convertirá en enana blanca, en cadáver de estrella. Ahora es como si fuera una persona de 40 años: le queda la mitad de su vida, es decir, 4.500 millones de años. Pero no hay que preocuparse ahora de lo que pasará en la tierra cuando muera, porque no estaremos vivos para verlo.

¿Por qué le puso Kelu a su enana café?
-Se llamaba ESO 508-28, que era el nombre del catálogo que estaba haciendo, un nombre fatal. Como un colega me había prestado un diccionario de mapudungún, se me ocurrió ponerle uno mapuche. Estas enanas son muy rojas y me encontré con la palabra rojo, que en mapudungún se dice kelu. Y me pareció entretenido mapear el cielo con la tierra. Es decir, Kelu está acá sobre nuestras cabezas en una zona donde muchos de nuestros cerros, ríos, tienen nombres de pueblos originarios.

LA MISS UNIVERSO

¿Por qué somos hijos de las estrellas?
-Si miras tus manos, tu cuerpo, tu pelo, te darás cuenta que eso fue hecho por alguna estrella que vivió antes que se formara el sol. Son tus ancestros.

¿Pero cómo?
-Cuando ocurre el Big Bang, el universo se forma por dos elementos: hidrógeno y helio. Pero con esos dos elementos no se hacía mucho. Poco a poco comienza a evolucionar el universo y a producir más elementos.

Con el Bing Bang, dice en el libro, hay que olvidarse del sentido común y de hacer preguntas como “qué había antes del big bang”, porque no había nada.
-Para explorar el universo es mejor no tener sentido común. El qué había antes del Big Bang no vale, el universo es todo lo que hay. Siempre ha costado entenderlo. Pero no sólo para nuestra inteligencia, también para las herramientas con las que exploramos el universo, como las matemáticas o la física, que no son compatibles o útiles para ver qué pudo haber pasado antes.

¿Tiene alguna teoría? Algunos, como Hawking, descartan que hubiese estado presente la mano de Dios antes del comienzo.
-Hawking hace tiempo que está rayando… La gente que trata de encontrar a Dios en el mundo científico se equivoca en el camino totalmente. Es una búsqueda que se hace más hacia dentro que afuera. Son importantes la fe y otras cosas que en la ciencia no entran para nada. Y ahí el Hawking vende muchos libros. La gente lo ha endiosado y ya es el científico de todos los tiempos. Y no.

¿Por qué no?
-No digo que el gallo sea un chanta, es un buen físico, pero como otros, no lo comparemos con Einstein.

¿Por qué no le compra?
-Tengo mis teorías medias raras. La gente tiene la idea del científico como un personaje socialmente impedido, como cochino, al que se le olvidan los hijos. Y cree que son todos hombres. Se los imagina como unos gallos que están fuera de la vida cotidiana. Y que si son mujeres son unas gallas con cara de mala tremenda. Pero nunca tienen la idea de científicos como toda la gente, con hijos, yendo al supermercado.

¿Y ese machismo lo vivió cuando estudiaba astronomía?
-Un poco. En todo caso, acá nunca tuve problemas con mis compañeros. En Princeton sí. Era la única mujer que estudiaba y ningún compañero quería hacer las tareas conmigo. No creían que una mujer pudiera ser inteligente como ellos. Al final comprendí que el problema era de ellos. Y no pesqué.

Debe haber sido el centro de la atención, casi como si fuera la Miss Universo.
-Ojalá. No, todo lo contrario. Acá en la Chile, los chiquillos decían que las mujeres de mi campus éramos horribles. Y los galanes se nos arrancaban donde las niñas de la escuela de arte, todas estupendas. Hoy es muy distinto porque hay un 20% de niñas en astronomía, algunas lindas, otras feas, como en todos lados.

 

LOS PECES SIN OJOS

Antes decía que preponderaba la idea del científico loco, que vive en las nubes.
-Claro. Para la gente ver a Hawking (que lo más extraordinario que tiene es haberse mantenido vivo hasta hoy con esa enfermedad que no le daba ni diez años de vida), representa el modelo de científico a nivel extremo.

¿Cómo?
-Físicamente, el tipo es un cero. Es pura mente. Y eso a la gente le impacta mucho. Incluso a mí. Hawking es un buen comunicador con sus libros y todo, pero no hay que tomarlo muy en serio, y cuando se pone hablar de dios me parece que es puro marketing nomás.

Hace poco él dibujó cómo serían los seres que supuestamente vivirían en otros planetas.
-¿Lo habrá hecho él? En todo caso, lo podríamos hacer tú o yo, sería entretenido.

¿Y se imagina cómo serían los seres en otros planetas?
-Por ejemplo, si vamos a un planeta con una estrella mucho más fría que el Sol, veríamos todo en infrarrojo. Y si estuviéramos dando vueltas en una estrella muy caliente, tendríamos detectores ultravioletas, por lo que habrían muchos más rayos nocivos y a lo mejor tendríamos alguna carcaza para protegernos de esa luz. Me impresionó una vez que estuve en una cueva subterránea en Mexico, sin luz pero con agua, donde habían pescados blancos sin ojos, ¡porque no les sirven, pues! Tienen la oscuridad total y deben haber tenido otros sentidos para desenvolverse mejor en medios adversos. Y si eso pasa en la Tierra, cómo no va a pasar en otros planetas.

Incluso, con adaptaciones más desarrolladas.
-Estoy convencida, aunque no veo ovnis ni nada, que hay vida en otros planetas. Ese es un golpe al ego de nosotros tremendo, que nos creemos únicos. La Tierra y el Sol son apenas dos puntitos dentro de todo el espacio.

Hay muchos soles con muchos planetas como la Tierra.
-Somos un planeta chiquitito, comparado a otros sistemas, que gira en torno a una estrella común y silvestre como es el Sol, que también es pequeño, una estrella más entre cien mil millones de estrellas que hay en la galaxia. Y resulta que hay más de cien mil millones de galaxias en el universo. Supongamos que es difícil tener las condiciones necesarias para que la vida prospere en otros lados, ¿cómo entre tantas estrellas no habrá una con vida? Ahora el tema con el universo es la maldita velocidad de la luz y las distancias que hacen imposible viajar con nuestro tiempo.

Sólo se podría ir, quizás, a las estrellas más cercanas al sol.
-Claro, pero eso significa que la luz se demorará años en viajar hacia allá. No sale a cuenta. Y si nos vamos un poco más lejos, estamos hablamos de millones de años, peor. Qué sabes tú si hace millones de años nos mandaron un mensaje los habitantes de Andrómeda, nuestra galaxia vecina a 2.8 millones de años luz de distancia. No sabemos ni nunca lo sabremos porque ese mensaje se demoraría tres millones de años en llegar y cuando llegue no habrá civilización. Uno se pone a pensar en todas esas cosas, pero todo dentro de las fantasías, porque no sabemos cómo se podría hacer una cosa así y sobrevivir. La posibilidad de visitar un planeta extraterrestre y aparecernos ahí como un ovni es difícil.

ANTÍDOTO CONTRA BRUJOS

El lenguaje científico siempre ha sido complicado, específico. Pero usted, en sus libros, hace de la ciencia un conocimiento al alcance de todos.
-El esfuerzo vale la pena. Para nosotros los científicos es mucho más fácil hablar con un lenguaje complicado que con palabras sencillas.

Y eso que es más fácil. Para qué complicarse tanto.
-Claro. No hay para qué explicar todos los detalles de las cosas más complejas. La distancia es tan grande entre la gente que hace la ciencia y la que no, que es nefasto. Impide que la gente se sienta cercana a la ciencia. Y la idea es traspasarle conocimientos para que la gente sepa lo que se está haciendo en Chile respecto a ese tema.

Claro.
-Voy a volver a mi amigo Hawking. Cuando lean esto me van a retar, pero siempre me acuerdo de la vez que vino a Chile hace unos años a una charla en la Estación Mapocho. Fue con bombos y platillos. Obviamente no fui, pero había como cuatro mil personas invitadas, hasta el presidente, mucho cuento.

¿Y?
-Y en las noticias vi que le preguntaban a una señora con abrigo de piel qué le había parecido la charla de Hawking. Y ella respondió “espectaculaaar, no entendí nada, pero espectacuuularr”. Me quedé pensando “chuta, qué lata, ¿y qué le gustó, el show de luces de este señor o qué?” Porque no entendió nada de ese lenguaje, no le hizo ningún clic en su neurona. Y estoy segura que esa señora tenía un
par de neuronas. Eso me da un poquito de pena.

¿Por Hawking o la señora?
-Por ambos. Cuando doy una charla, me gusta que la gente entienda aunque sea un poquito. La ciencia debe ser entendible para la gente. De tal manera que se tenga un poquito más de herramientas y elementos de juicio para saber qué es ciencia y qué es payasada. Cuando dicen que el universo se va a morir el 2012, es una payasada. Hay que entenderlo para que la gente no empiece a hacer las maletas para suicidarse en grupo. Y esas son cosas elementales, porque cuando tienes un pueblo ignorante te ganan los brujos.

¿Cómo?
-De ahí a hacer de un pueblo un pueblo sometido hay un paso. Una de las gracias de las ciencias es que es un antídoto contra los brujos.

LESERAS, HALLEY

¿Por qué es una payasada lo del fin del mundo?
-Siempre tiro el mismo chiste: que a los mayas se les acabó la piedra y los tipos dijeron “2012 es mucho, dejémoslo hasta ahí y dediquémonos a otra cosa más linda”. Y la gente después reinterpretó eso. Lo que pasa ahora es peor.

¿Por qué?
-La otra vez vi un programa de National Geographic donde mostraban a un norteamericano que trabajaba en la interpretación de los escritos mayas. Este gringo decía ser la encarnación de uno de los últimos reyes mayas. Y se vestía con trajes mayas, con cara de loco, y es el que está haciendo las predicciones del fin del mundo en 2012. Y mucha gente le cree. Ahora hay mucha gente ganando plata con esto, sobre todo en México. Hay unos tours para ver el último solsticio del universo en las pirámides. Una tontera.

Ahora están cambiándole un poco el tono al fin del mundo. Dicen que es el comienzo de una nueva era.
-Ya me estoy imaginando que para la primera inundación del año acá dirán “viste, te dije que es el comienzo del fin del mundo”. Pero esto del fin del mundo no es ninguna novedad. Desde chica vi a mi mamá yendo a la iglesia a confesarse para que el fin del mundo la pillara cero kilómetro. Menos mal que nunca creí en esas leseras.

Otro tongo fue la pasada del cometa Halley.
-Una de mis grandes desilusiones. Mi papá me había dicho que sería espectacular. Estaba en Tololo cuando pasó. Salí en la mitad de la noche a ver en ese cielo oscuro cómo pasaba ese cometa, pero resultó ser una porquería chiquitita: un chiste.

Tengo entendido que no cree en la explicación que dan los científicos para el calentamiento global. No cree que sean culpables los seres humanos, sino que más bien responde a algo cíclico de la naturaleza.
-Científicamente es un tema complejo, porque involucra climatología, oceanografía, pero curiosamente nadie ha involucrado al Sol, que es el que manda todo.

¿Por qué el Sol?
-El Sol hace una pequeña cosita y nos descompagina todo. Cuando el Sol estuvo descansando en 1600 y 1700, la tierra se enfrió un poquito y hubo una pequeña glaciación en Europa. No hubo verano en muchos años, por ende, no hubo cosechas, se produjo una hambruna y hubo matanzas. La sociedad que se venía organizando más o menos de forma virtuosa y creciente lo pasó muy mal.

¿Y eso fue sólo porque el sol se enfrió?
-Sí. El sol tiene un ciclo más o menos de 13 años, un ciclo en que llega a un máximo de actividad solar, tiene más manchas solares, después baja a cero y luego vuelve a subir, y así se mantiene estable. Por ejemplo, en el último ciclo del sol, del cual estamos llegando al máximo en 2012, le costó partir.

¿Sí?
-Se tomó un descanso de más de un año y todos estábamos pendientes de que partiera, porque podía tomarse un descanso como lo hizo en 1600. Y eso es preocupante. Si eso pasara, ¿a quién le echaríamos la culpa?¿A nosotros mismos? Comenzaríamos a autoflagelarnos, obligaríamos a que toda la gente no tenga luz, veríamos los avances como malos, no sé. Es bien complicado. Porque el tema del calentamiento global no entra en la parte racional del cerebro, sino en la parte de los actos de fe. Entonces, si dices que no crees en el calentamiento global eres malo, eres nazi.

¿Por qué duda del calentamiento global?
-No digo que los datos sean falsos, sino que no me convencen.

¿Qué no la convence?
-Vi la película de Al Gore y casi vomité. Mi parentela no científica la encontró una lata y se fueron. Nos quedamos con mi marido y mi hijo viéndola con dificultad. La manera en que muestra los datos es chanta. El tipo diciendo “aquí estoy, tan bonito, debería haber sido el presidente… mi hijo se murió de cáncer”, no sé, encontré que estaba mezclando cosas. Puras ambiciones políticas. Me gustaría que se discutiera sobre el cambio climático en el ambiente científico, cosa que uno se pudiera pelear con los datos en frente y no con esta presión de los ecologistas. Pero el principio básico de la ciencia, la duda, no ha tenido espacio ni en los mismos científicos.

Usted misma dice que hay un poder ahí que no deja hacerlo. Es mucho más fácil para algunos científicos decir que está metida la mano del hombre, porque así les pagan por investigar, a admitir que puede ser algo natural porque nadie les pagaría por investigar.
-Obvio, es una cadena perversa. Ni siquiera estoy negando el calentamiento global, sino simplemente sembrando la duda. El problema es que no estamos preparándonos, sino gastando toda nuestra energía en apuntarnos con el dedo. No digo que no haya que controlar las emisiones, hay que hacerlo. Si envenenamos el aire y la tierra, vamos a sufrir sí o sí. Pero toda la argumentación que dan para echarle la culpa a la gente del calentamiento global está distrayendo la atención respecto a cómo actuar en caso de que sí ocurriera algo y está haciendo que la gente se aterre nomás.

CIENCIA EN CHILE

¿Cómo ve la ciencia en Chile?
-Hay muy pocos científicos para la cantidad de habitantes. Pero los científicos que hay son muy buenos.

A eso se suma que en las universidades chilenas poco investigan.
-Siempre la ciencia, incluso en la U. de Chile, es considerada un gasto. Los científicos tenemos que conseguir la mayor parte de nuestros fondos para investigación afuera. Es complicado. Todos los gobiernos dicen que aumentarán al doble lo que destinan a la investigación. Pero hasta aquí nadie lo ha hecho. Cada vez que se trata de duplicar la plata en investigación, hay un terremoto, una huelga, y la ciencia queda en última prioridad. Tendría que haber un presidente realmente convencido, sin bla bla, que diga la ciencia es importante, porque los científicos no tenemos ninguna manija para imponer eso.

¿Qué le pareció el movimiento por la educación?
-Excelente. Soy hija de la educación pública. Estoy convencida que la educación universitaria debe ser gratuita para todos. Pero también está la calidad, que es muy importante. ¿Cómo hacemos para mejorarla?

El problema es que el sistema está viciado.
-Claro. Si la U de Chile es gratuita para todos tiene que ser por excelencia, pero así no dejas que entren todos. ¿Y cómo lo haces? Con un examen que es discriminatorio, porque a los niños que vienen de colegios con menores recursos les va más mal. Entonces, terminarían ellos en las universidades privadas pagando. Hay que partir de cero. No veo otra opción.

Uno de sus cuadros favoritos es “La noche estrellada” de Van Gogh. ¿Por qué?
-A todos los astrónomos nos llega hasta el corazón ese cuadro. La gracia de Van Gogh es que vio la diferencia de colores entre las estrellas. No inventó. Son estrellas que vio de verdad. Entonces, pintó unas más blanquecinas, otras más rojas, otras más amarillas.

Su esposo, Fernando Lund, también es Premio Nacional como usted. Ambos vendrían siendo los Curie chilenos.
-Jaja. No, porque a la pobre Curie el marido se le fue a la cochiguagua. Era ella la que hacía todas las cosas. La tenía en un laboratorio escondida, ni siquiera la dejaba entrar a la universidad, era bien terrible su vida.

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