Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Cultura

12 de Marzo de 2012

Rescatan a la poeta más niña de Chile

Cosas extrañas: a 115 años de su muerte, un grupo de investigadoras decide reeditar el poemario legado por una niña chilena que sólo vivió hasta los 12 años. Laurita Bustos, nacida en San Carlos el 9 de septiembre de 1884 en una familia de la aristocracia provinciana, sufrió su primera crisis pulmonar a los 4 […]

Por

Cosas extrañas: a 115 años de su muerte, un grupo de investigadoras decide reeditar el poemario legado por una niña chilena que sólo vivió hasta los 12 años. Laurita Bustos, nacida en San Carlos el 9 de septiembre de 1884 en una familia de la aristocracia provinciana, sufrió su primera crisis pulmonar a los 4 años y nunca se logró recuperar. La tisis, o tuberculosis, acabó con su vida luego de los infructuosos intentos de su familia por sanar a la niña, trasladándose entre el campo, la costa y la ciudad.

Laura Bustos, Laurita, que nunca pudo ir al colegio, legó una centena de poemas que su padre publicó en la época y de los cuales se conservan hoy sólo dos copias, resguardadas en la Biblioteca Nacional y en el Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile.

Cuenta su biografía -replicada en esta reedición desde el original y presuntamente escrita por su padre- que desde los ocho años Laura Bustos comenzó a pedir por escrito las cosas que quería, en cartas que llamaban la atención por sus figuras retóricas y su elevado estilo. Fue entonces -marzo de 1886- cuando su padre le propuso realizar las peticiones únicamente por escrito y en verso. “Ella contestó negativamente; pero cuando llegó su papá al almuerzo, ya le presentó una composición de ocho cuartetos octosílabos, rimando el primero con el cuarto y el segundo con el tercero, en que pedía un vestido”.

La “carrera literaria” de Laurita Bustos es quizás la más breve de la que se tenga registro, al menos en la historia de la literatura chilena. Según consigna su biografía, “habiendo muerto en julio de 1897, su carrera literaria duró como un año y cuatro meses; pero debido a su mala salud, justificada por su muerte, no pasó de cuarenta días los que dedicó a sus labores escritas: o más propiamente, podríamos decir, que no pasaría de ochenta horas, porque los días que trabajaba, rara vez trabajaba por más de una hora”.

“Rimas de Laura Bustos. Poesías de una niña del siglo XIX”, a cargo de Natalie Guerra, Belén Fernández y Michele Benavides, rescata esos poemas en una edición que busca imitar el estilo y tipografías del original, y que contiene además las ilustraciones de la primera edición. Las rimas, inicialmente muy inocentes, dedicadas a vestidos, muñecas y placeres infantiles, y luego incluso a poetas como Homero, Virgilio, Horacio o Dante, toman posteriormente otros tonos a medida que Bustos presiente el fin de su vida. Pocos minutos antes de morir, Laura Bustos comenzó a escribir su composición “¡Adiós al mundo!”, la que no alcanzó a terminar. Mientras su padre le pedía que no se esforzara por escribir, Laurita le escribía a él “… es justo que se compadezca… ¡de tu pobre hija!”.

UN SUEÑO
Dormecido se hallaba
sin sufrir mi corazón,
pero para despertarle
ocasión se presentó
y tuve que separarme
de mi casa ¡Santo Dios!
con el fin de que en el campo
fuese mi salud mejor.
(…)
Desde entonces me atormenta
algo mortificador,
algo que quiere exterminio,
algo salvaje y atroz,
algo que no tiene lástima,
algo muy cruel y traidor:
tanto, ¡que exige mi vida
y que no admite perdón!…

RIMAS DE LAURA BUSTOS
Poesías de una niña del siglo XIX
Editorial Cuarto Propio
2011, 413 páginas

Notas relacionadas