Está desencantado con Piñera, “un tipo autista, sicótico”. Pese a eso, aún tiene ganas de ocupar un ministerio. Acá habla de su libro inédito (“me sumerjo en la profundidad de toda la circunvalación de Américo Vespucio”) y de otras cosas que no sabemos bien cómo presentar. Mejor, pase y lea.
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Foto: Alejandro Olivares
Bruno Vidal, no Pepe Díaz, tiene facebook y opina hasta por los codos. En la red, Bruno Vidal es medio comunacho: anda de arriba pa abajo con el “compañero”. Todos sus comentarios los firma poniendo Colectivo La Patria, una especie de mini país en el mundo virtual. “Es una especie de cordón umbilical con la patria, una fijación, una comunicación con el tejido social, una reacción visceral ante la contingencia de todo tipo, busco dar con el contrasentido y no perder de vista a la gallada chilena, aparte de contrarrestar la formas sicóticas…”, dice Bruno Vidal o tal vez Pepe Díaz. Nunca se sabe con quién uno está hablando.
En facebook, Bruno Vidal se ha puesto medio comunacho, al revés de sus intervenciones en este pasquín, harto fachas.
-Hay un punto bastante delicado: cómo ser político en la actualidad. Ahí se produce una complicación que tiene que ver con esto transgeneracional.
¿Qué quieres decir?
-Me pasa que hay representaciones de mi historia que se me vienen a la mente y esas imágenes pretéritas, que vienen de la UP o de la dictadura, se yuxtaponen a la actualidad. Y se produce la siguiente idealización: uno critica a Tatán e inmediatamente uno puede tener un recuerdo de Allende y entonces te dicen dicen “ah, este gallo es comunacho”. Uno adhiere al movimiento social en Aysén y puede ocurrir que inmediatamente lo asocien a la izquierda, y no es así.
Sigues siendo facho, entonces…
-Para mí ha sido una cosa bien jodida decir si soy de izquierda o no hoy en día.
¿Por qué?
-Mi hija me lo ha preguntado mucho. Ella está en esta cosa adolescente de preguntarse por iconos, y me pregunta por Allende…
¿Y qué le hablas de él?
-Con mi hija me enternezco y escuchamos juntitos la consigna del MIR: Pueblo, conciencia, fusil. Y cuando le cuento mis peripecias juveniles en la izquierda me mira como enamorada y me dice “te admiro por eso”.
¿En serio?
-No estoy inventando ni leseando… Siempre piensa que con Allende y ese tipo de cosas le estoy ocultando algo y es verdad…
¿Qué cosa le ocultas?
-Me cuesta revelarle ese mundo. Me cuesta que quiera ser una Camila Vallejo, cosa que yo no soportaría….
¿Por qué no?
-Camila es una niña consentida. No tiene madurez y eso lo ha demostrado en sus declaraciones políticas, que son muy fuera de lugar.
Si no quieres que sea como Camila Vallejo, ¿cómo quién debería ser?
-Como una señorita siempre al servicio de la patria que, de ser posible, se integre a la Escuela Militar para que sepa qué es la disciplina. Pero sino, tendrá que estudiar muchísimo antes de tomar partido por los pobres así como así… Me moriría si le pasara algo malo en la subversión y en la inutilidad. A veces he pensado en un padre de una detenida desaparecida. Oh, Dios mío, es algo muy aberrante y desquiciado.
Ahí sale el Bruno Vidal de izquierda.
-Me conmueve mucho, ese duelo me sigue a todas partes. Rezo mucho a la Virgen del Carmen. Son dolores tremendos que nunca superaré. Es feo el sacrificio en vano. Pero en el rigor actual soy un hombre de viejas tradiciones y de apego al credo de Cristo.
LA FALTA DEL PADRE
Recién decías que te daba pena que la juventud esté metida en política. ¿Por qué?
-Los jóvenes deben dedicarse al estudio, a la reflexión, al aprendizaje, al conocimiento, al deporte, a la danza, estar de cabeza gacha en el pupitre, conocer el logos, el pathos, el ethos y, ya madurando en significante y significado, pegarse el alcachofazo y decir “ahora sí me la puedo con mi identidad, con mi vocación, con mi prójimo y con mi patria”. Hay que liberarse de la patria potestad con argumento, con base sólida, con madurez y sin insolencia. Y con título en la mano y bien cacharpeado.
O sea, mejor no salgan a protestar y dedíquense a estudiar, como dice el gobierno.
-Claro. Pero ellos lo ocupan como pretexto político y no pedagógico como yo. Sé que soy absolutamente conservador y tradicionalista (no sé si momio o retrógrado) en un contexto social que no tiene sustento porque no hay familia.
¿No hay familia?
-Si hubiese familia tendría que haber un padre de familia, un cabeza de serie que da un orden, pero eso no existe ni en las clases altas ni medias ni bajas. Entonces, obviamente que los cabros se ven compelidos a tomar posiciones políticas. Porque ya no tienen ningún referente de autoridad ni en la secundaria ni en la universitaria.
¿Por qué no hay autoridad patriarcal?
-Por la destrucción masiva de la familia. En cierto sentido, somos todos huachos y entenados, no somos como Telémaco: un hijo queriendo el regreso del padre a la patria. La figura del patriarca chileno es una ilusión. El gran señor rajadiablos es un mito alegórico sin sustento alguno… y la modernidad ha hecho el resto, y faltan cojones: mucha pacotilla y cuchufleta. Somos patriarcas a la maleta. “La chica del Crillón” de Joaquín Edwards Bello y el cuento “La Señora” de Federico Gana nos retratan de cuerpo entero, aparte de “Un lugar sin límites” de Pepito Donoso.
¿Quién podría suplir la carencia de la autoridad patriarcal en Chile?
-Me viene el recuerdo de figuras legendarias, nombres como Manuel Rodríguez, Recabarren, Balmaceda, Pedrito Aguirre Cerda, los hermanos Carrera, Allende, el Tata Pinochet, el cardenal Silva Henríquez y la buena fe de cada padre o madre en toda la familia chilena…
¿Y vivos?
-No hay seres de omnipotencia, de garbo, de fiereza, de respeto, de ascendente valórico; los hippies y el anticonceptivo mataron el principio de autoridad, es muy difícil encontrar hombres hechos y derechos. Hay un disvalor muy grande en ese sentido….
O sea, estamos cagados.
-En todo caso, creo harto en Cristián Cuevas Zambrano en el ámbito de los trabajadores. Se las ha jugado como líder sindicalista y ha tratado de superar las mafias de la CUT y la Concertación. Es un comunista bien intencionado, asertivo y quiere lo mejor para Chile.
PRESIDENTE TATÁN
¿Cómo lo ha hecho Piñera en estos dos años? ¿Estás aún esperanzado?
-Piñera, desgraciadamente, no ha tenido grandeza política. No es intelectual, ni siquiera tiene las notas propedeúticas de un estadista. Desgraciadamente no supo leer, no supo analizar en perspectiva la historia de Chile ni la obra de Pinochet ni de la Concertación, no supo cuajar esas dos imágenes y decir “de ahora en adelante vamos a aunar a todos los sectores políticos”. Y eso es por un problema de inteligencia emocional, de falta de preparación intelectual, de no conocer la historia. Yo le recomiendo al presidente Tatán que todos los meses cite a un historiador.
¿Cómo quién?
-A todos. A Gabriel Salazar, a un Claudio Robles, qué sé yo.
Un Bernardino Bravo.
-Exactamente. O algún dramaturgo como Juan Radrigán, y que los invite a tomar tecito para que lo aconsejen. Pero Piñera es un tipo autista, sicótico. Un hombre de estado debe ser de carne y huesos, con cojones para ir a La Junta y decirle “señora, ¿qué le falta?”. Pero el tipo no tiene imaginación.
¿Todavía quieres ser ministro de Cultura?
-Claro. Por pitutero y por falta de contacto político no lo soy. Pero estoy disponible.
¿Ministro de qué si no fuera de Cultura?
-Del Interior.
El puesto de Hinzpeter te permitiría impartir el orden que tanto te gusta.
-Claro.
¿Qué te parece él?
-Un hombre sin experiencia política, estresado, un petimetre de la política. No es un servidor público en forma, no tiene la clase de un Felipe Bulnes o el desparpajo de Pablo Longueira. Por desgracia es un ayudante de cámara, le ha tocado muy duro. Debiera retirarse y descansar junto a sus seres queridos y asimilar toda la experiencia. Y leer la biografía de Churchill, de De Gaulle y Roosevelt para madurar.
¿Qué harías en su lugar, por ejemplo, en el caso de Aysén?
-Como ministro del Interior lo haría flor. Pero es muy difícil que me llamen. Me enfrentaría al ciudadano, los oiría en terreno, en Puerto Aysén le diría a los carabineros que se retiren, tomaría un mate con los pobladores, oiría, no amenazaría con la ley, les encontraría la razón en todo lo razonable. Les diría con franqueza lo que no se puede, aquello que no hay en las arcas fiscales, almorzaría en el casino de los bomberos de Coyhaique, les insistiría en que no bloqueen los caminos y les diría algo así: “denme un poquito de tiempo, chiquillos, ustedes saben que en Hacienda hay monos porfiados”. Y siendo serio pero con franqueza les diría “eso sí no me frieguen la cachimba ni me arrastren el poncho”.
Pero a ti te gusta también la represión, ¿cómo manejarías el conflicto en Aysén en la dura? ¿Por ejemplo, cómo deberían actuar los pacos?
-Los pacos han actuado muy bien, poderosamente bien, han sido razonables porque incluso no le han hecho caso al gobierno y en ciertos minutos han sido sobrepasados por la sociedad civil, lo que es grave, pero hay que reconocer que igual han sacado la cresta y la chucha.
¿Y acá en Santiago, cómo has visto que se han portado? Te lo pregunto porque el año pasado fuiste a todas las marchas.
-Y este año iré también. Han sido muy caballeros. Han actuado correctamente. Y los excesos que cometen son pocos.
¿Deberían haber más?
-Son pocos.
Pero excedidos.
-No. Si han tratado muy bien a la gente. Estamos en otro cuento. Estamos en democracia por lo que no puede haber una irracionalidad. En una protesta en dictadura murieron 50 personas y acá a lo más una persona por culpa de la imbecilidad de un carabinero.
Volviendo a la derecha… Por tus comentarios, te noto desencantado.
-La derecha no me podría desencantar. Me sorprende en gran medida la ineptitud generalizada. Nunca llegué a pensar que Piñera fuera una persona sin ninguna inteligencia emocional. Es horroroso. Porque la señora Bachelet con su ternura, con su cinismo feminista, era más empática. Piñera da una imagen robótica de sí mismo. Pero me gusta esta niña Schmidt, la misma Matthei, la negra Pérez que me encanta, la Karla Rubilar, la Ena.
¿La Ena?
-Por su impericia, su ingenuidad, su belleza.
¿Qué te gusta de ella?
-Que es media alemanota, media del sur, media tontona, no sé. Y me gustan rubias, pero eso forma parte de mi idilio arribista.
No te gusta la mujer morena medio mapuche…
-Una vez tuve un amor mapuche pero me molestó la piel.
¿Por qué?
-Muy gruesa. La tanteé. No alcancé a hablar mapudungún con ella, pero su piel me resultó de una textura poco delicada.
¿Y qué pasó con el poeta de Piñera?
-Pese a todo sigo siendo el poeta de Piñera y del movimiento social y conozco el viejo aforismo “Con zanahoria y con garrote”.
EL CAOS TOTAL
Bruno Vidal dice que estamos pasando por un caos total, un vacío de poder enorme. “Tanto la derecha como la izquierda nunca han hecho patria”.
¿Qué nos ha llevado a este caos?
-La falta de padre, la falta de delicadeza, la falta de compromiso, la falta de Iglesia, la falta de cariño, la falta de hombría, la falta de coraje, la falta de ortografía, la falta de justicia, la falta de sentido común, la falta de amor propio, la falta de motivación, la falta de fe, la falta de hidalguía, la falta de carnaval, la falta de padre de la patria.
¿Y qué haría Bruno Vidal para defendernos del caos?
-Para defender a la patria del caos siempre me voy asilar en un dogma mesiánico: en el dogma de la fe católica. Como católico propugnaría la vuelta a la mística de los primeros cristianos, y volver a la misa.
O sea, la manera de salvarnos de este caos está en un partido ultraderechista de misa diaria.
-Una cruzada, una experiencia religiosa militar. Aquí hay que convertir a los sacrílegos, a los destructores de la humanidad. Por eso llegó la hora de implementar una política fundamentalista durísima, sino estamos jodidos. La cruzada pasa por una labor represiva fuerte.
Como sacar a los milicos a la calle.
-Así como van las cosas, sí. Es necesario. Pero acá los militares están en situación de inhibición y no quieren involucrarse en este tipo de cuestiones. Curiosamente, también al interior de las Fuerzas Armadas se perdió el sentido de la patria. Pero el llamado que uno tiene que hacer es a toda la gente decente, de buena fe, a que si hay que salir a las calles a imponer orden, habrá que hacerlo.
LA VIRGEN, LA CACA
¿Tienes pensado sacar un tercer libro?
-Soy como Juan Rulfo. Tengo dos libros y el tercero es para consumo personal.
Algunos dicen que no publicas porque no tienes nada nuevo que mostrar
-Si en los dos primeros libros me dijeron que era un esbirro de la dictadura, con éste no te diré lo que me dirán que soy, no me interesa eso ni tampoco publicarlo… por el momento.
Pero cuenta al menos de qué se trata
-Me sumerjo en la profundidad de toda la circunvalación de Américo Vespucio. Hay un trasvasije transversal de la sexualidad. Me hago cargo de todas las cosas, de la pureza y el tema mío que es la virgen María.
Una duda: cómo haces para que dialoguen en tu cabeza el mundo de los compañeros ayseninos con los compañeros pacos.
-Muy simple: los compañeros ayseninos y los compañeros pacos todos los días cagan, defecan, se van por el wáter. Si uno lleva la mierda en el cuerpo. A lo mejor en este minuto tú tenís medio kilo de mierda y yo otro medio kilo más. Es así de simple
¿Y ahora después de esta entrevista, te vas a cagar?
-No, todavía no evacuaré. Pero si quieres te aviso encantado.
No, gracias.