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Opinión

16 de Marzo de 2012

El chileno de Cuevana: “el modelo de mercado basado en los derechos de autor está obsoletisimo”

Son historias que corren juntas. Hace poco empezó a morir Cuevana dejando una cantidad innumerable de viudos. Antes de ayer la PDI detuvo al único administrador chileno del sitio argentino. Hoy, está con arraigo nacional por haber hecho algo común: subir películas a internet.

Camila Gutiérrez
Camila Gutiérrez
Por

Christian Álvarez es un tipo normal. 26 años, pelo castaño, estudiante de magister de Arte, licenciado en Estética, amante del cine.

Su historia con Cuevana partió de forma normal: vio el sitio en un link de por ahí -año 2009, cuando recién empezaba la página. Tiempo después vio que la página necesitaba críticos, se inscribió, empezó a hacer crítica de cine y terminó subiendo películas.

Su fin con Cuevana no fue normal.

Era temprano y dormía en su casa hasta que llegó la PDI a detenerlo para, más tarde, dejarlo en libertad con arraigo nacional.

Dice, Christian, hasta hace poco el único administrador chileno de los nueve de Cuevana:

-En Chile, la ley de propiedad intelectual tiene muchos vacíos todavía. ¿Qué es lo que se está sancionando acá? ¿Un lucro?

¿No ganaste nada?

-En ningún momento. Ni monetario, ni material. Fue un trabajo completamente anónimo hasta antes de ayer, que hacía porque mi interés era dar acceso a todo tipo de cine. A un cine independiente, a un cine de autor o a un cine que pueda tener cierta industria pero que nunca llega a América. Por ejemplo, Kim Ki duk o cineastas que han tenido escasísima difusión en Chile, por lo que no está interfiriendo en nada el plan de distribución con los dueños de estos derechos.

-¿Tenías normas de no subir ciertas cosas?

-El sitio tiene normas muy claras. Ninguna película estrenada en cine, donde sea, se publica. Tiene que salir de cartelera para ser publicada. Y cualquier película, sea lo que sea, si recibe un reclamo del autor, se saca, se baja. Por ejemplo “Exit to the Big shop”, de Bansky. No sé si fue completamente él o un representante que comunicó que no estuviera en el sitio, pero se bajó. Esa era la política de funcionamiento. Por eso me pilló tan de sorpresa…

-En el caso de los músicos uno ve -no sé- onda a Scaramelli alegando por el pirateo pero los nuevos músicos se sienten cómodos con esa difusión. ¿Qué crees que pasa en el cine?

-Depende. Hay gente que no le ha molestado. Con una película como “Valparaíso mi amor”, de Aldo Francia -que murió el 95- me pasó que su guionista, don José Román, fue mi profesor en Estética, conversé con él, le expliqué el funcionamiento de este sitio y le pregunté qué le parecía, y estaba feliz. Me dijo: “No, yo feliz porque esta película ¿dónde la puede ver la gente?”. En ninguna parte. En el fondo eso es lo que yo buscaba. No sé po. Si Scaramelli alega es porque tendrá atados de distribución de derechos. Pero hay muchos músicos jóvenes que saben que esto es otro tipo de discusión, otro tipo de ganancia y saben que el modelo de mercado basado en los derechos de autor vigente está obsoletisimo.

-La experiencia-cine, eso sí, es otra cosa.

-Es inigualable. ¿Qué ofrece cuevana? ¿Ofrece cine realmente? Yo creo que no. Es un archivo, una compresión con un audio malísimo que cualquier amante del cine va a encontrar una aberración disfrutar una película ahí. Trato de ir al cine lo más que puedo. A veces no voy por plata y por tiempo. Hace poco vi “Nostalgia de la luz” y “El secreto de sus ojos” la vi, primero en Internet, y después la fui a ver en cine.

-Hay películas que exigen cine.

-Claro. La experiencia del cine es irremplazable. Por ahora.

-¿Van a morir las salas de cine, así como el Blockbuster?

-No sé. En una de ésas. El problema no es el cine en todo caso. El cine como experiencia, quiero decir. El problema es como el mercado ha trabajado el cine. Por ejemplo, en una comuna donde hay un solo cine, ese cine está proyectando un solo tipo de película. Entonces le está dando una imagen errada y perversa a la gente de que existe una sola realidad. O sea, yo no me opongo al cine comercial ni nada de eso. Como todo en la vida tiene su lugar su contexto, su momento, puede ser muy entretenido, pero no podemos hacerle creer a millones de personas que un arte tan complejo como el cine solamente lleva a eso. Y si el mercado no puede satisfacer las demandas que las personas tienen, van a aparecer medios alternativos.

-Probablemente nunca las va a satisfacer porque no les interesa tampoco. ¿Qué le importa difundir a Aldo Francia?

-Pero al mismo tiempo hay ciclos muy buenos, como en Cineteca Nacional, en la Católica.

-Ahí tienes que estar en un acceso cultural de otro orden. Más de élite.

-Claro. No tiene que ver con la plata si no con la posición en la sociedad. Eso es lo más lamentable de todo.

-¿Qué crees que va a pasar con Cuevana?

-Como dice George Harrison: todo en esta vida debe morir.

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