Ahhh, qué bonito es recordar. A veces uno va y dice cosas que después desmiente. A veces uno promete amor eterno y a la primera vuelta, ¡suaz! que te llevó el río del olvido y está rifando a la chuña sus miserias. Así mismo, o sobre todo, le pasa a los políticos. Ya escuchamos a […]
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Ahhh, qué bonito es recordar. A veces uno va y dice cosas que después desmiente. A veces uno promete amor eterno y a la primera vuelta, ¡suaz! que te llevó el río del olvido y está rifando a la chuña sus miserias. Así mismo, o sobre todo, le pasa a los políticos. Ya escuchamos a Piñera en ese videito prometiendo educación gratuita para todos o a Ricardo Lagos prometiendo un transporte público revolucionario. Esta vez, le tocó el turno al ministro de la sonrisa permanente, Laurence Golborne.
Aunque como secretario de Obras Públicas, Golborne no le ha prestado mucha ropa al megaproyecto Costanera Center, la maravilla de los archivos de prensa y su viajecito en el tiempo nos permite recordad esas palabras de amor con que hablaba del proyecto que dejará la mansaca con el tráfico vehicular en Providencia. Era un soleado marzo del 2006 cuando el ingeniero Golborne, gerente entonces de Cencosud, hablaba con ojos brillantes del Costanera Center con la revista Ercilla, tildando la coronta de cemento de “un hito” para el país.
“Costanera Center va a ser un hito, un icono que ojalá sea reconocido en el mundo como un elemento distintivo de nuestra capital”, disparó el hombre que alguna vez se quiso cambiar el nombre por Lorenzo (porque Laurence no pegaba en las encuestas)-
Ante el anuncio de que este sería la torre más alta del hemisferio sur, el periodista le pregunta si es que no hay algo de ego involucrado en el proyecto y Golborne responde “Creo que no, porque siempre en la compañía aplicamos una filosofía muy simple, en el sentido de decir que los gustos son para dárselos en la casa, después de las siete de la tarde. Entonces, no es un tema de ego, sino netamente comercial. Costanera Center esta basado en un proyecto que es comercialmente atractivo”. Obvio, el billete manda.
Pero no solo de Costanera Center vivía este hombre, así que se da tiempo de hablar de su entonces jefe, Horst Paulmann: “creo que tiene la habilidad de anticiparse a una serie de movimientos sociales y económicos (…) ha sido y es un ejemplo para todos nosotros”.
Y como para muchos el éxito es billete, Golborne habla de cuánto crecieron las ventas del Holding dueño de Jumbo en el 2005: “el 2005 vendimos poco menos de 4.900 millones de dólares en Chile y Argentina” con una utilidad final de 200 millones de dólares. O sea, un cuarto de lo que recaudaría anualmente el país si la reformita tributaria de Piñera es aprobada en el Parlamento.
Curiosamente, la entrevista al potencial candidato cierra con un par de cariñitos para el recién instalado gobierno de Bachelet, a quien el gerente no ve como una amenaza para el negocio del holding.