“Hay artistas jóvenes que de arte joven no tienen nada”

Basco Vazco empezó haciendo grafitis cuando tenía 15 años. Fue uno de los primeros chilenos que cambió el spray por el rodillo y pincel a fines de los ‘90, lo que lo hizo ser conocido como “el artista dentro del grafiti”. Sus personajes, medios robóticos, medios humanoides, están desperdigados en los muros de casas abandonadas de comunas como Independencia y Recoleta, donde los vecinos los cuidan casi como hueso santo, para que no los rayen encima.

Hace dos años que ya no sale tanto a pintar a la calle, y ha optado por mostrar sus pinturas y sus collages. Sus trabajos los ha expuesto en España, China, Estados Unidos. Y en la Fundación Cartier en París.

Ahora está preparando una serie de collages, cuyo soporte es un antiguo álbum de fotos -de esos que tenían un paisaje de cataratas en su tapa y con plástico adhesivo para cubrir la imagen- en el que va pegando imágenes de revistas porno y sadomasoquista de los ’90, las que luego pinta generando situaciones un tanto macabras e inquietantes. Como ejemplo: la mujer desnuda, sentada en una silla, amarrada de pies y manos y llena de tajos que fue publicada en la Página en Toma de este pasquín, en julio pasado, y que molestó a algunas lectoras que reclamaron por su grado de violencia. “Supuse que podían alegar. Porque me pasan cosas cuando los veo. Hasta me da un poco de pudor, pienso “en qué cosa me estoy metiendo”. Pero no es algo que planeé, sino que apareció esta imagen en una revista, la pinté y quedó así. Y me encantó lo violenta y siniestra que es. Si lo hubiere hecho en blanco y negro nadie hubiera escrito para reclamar”.

¿Por qué no?
-En blanco y negro no te creís nada. Mi idea sería que la gente los viera y pensara por qué les desagrada. Porque no te puede desagradar tanto un collage. Por muy fuerte que sea, sigue siendo papel recortado sobre una superficie. Y si es violenta, no es una violencia que inventé. Hay un grupo no menor de la población que se siente atraído por esa violencia. Y eso es lo que me parece interesante de plantear. Y me gusta que no quede claro si estoy a favor o en contra.
Pareciera que a la gente sólo le gusta el arte estéticamente bonito.
-Claro. Más que un arte que pudiera generarle reacciones más profundas. No digo que las imágenes bonitas sean superficiales y solo papel mural, pero creo que la gente no quiere sentirse molestada. Se les ha metido en la cabeza que la cultura no es algo que les tenga que mover sus casillas ni joderles, sino que entretenerlos y distraerlos de su vida cotidiana.

SPRAY, AGATHA RUIZ
En la calle, ¿tuviste atados con los pacos?
-Pocos. Cuando empecé me detuvieron un par de veces, cuando salía a pintar cosas cien por ciento ilegales, vandalismo puro, y pintaba a la mala cortinas de locales… Y tuve problemas, pero no muchos. Por suerte las leyes son bastante suaves en ese sentido.
Y absurdas, como que se quiera prohibir la venta de spray.
-Es una pésima normativa. La han aplicado en otros países y no ha funcionado. No ha hecho que la gente pinte menos. Hay leyes más severas y más efectivas para detener el grafiti, pero no les voy a decir, pues no me interesa darles consejos para hacerlo más difícil.
Son fomes las ciudades sin rayados
-Depende del gusto. Hay gente que le gusta todo ordenado y limpio, lo que no está mal. Me gustan los grafitis, pero no sé cuánto me gusta la ciudad con grafitis. A lo mejor si no me interesaran me gustaría ver la ciudad limpia.
¿Hay algún muro qué te gustaría intervenir?
-Santiago tiene lugares la raja para pintar. Hay un cruce que pasa por debajo de la Alameda, por Santa Lucía, que ahora está cerrado, una estupidez, pero ese lugar podría tener murales y estar iluminado. No pintaría, ponte tú, en Providencia, porque es una pérdida de tiempo. Los borran inmediatamente.
¿Qué te parece el mural de Agatha Ruiz de la Prada en Bellas Artes?
-No me gusta. A la mayoría de la gente que conozco tampoco. Es más bien publicitario y de mural tiene poco. Pero los muros verdes que tenía antes tampoco eran muy bonitos. Pero no, no me gustó.

LA PINTURA CHILENA
¿Cómo ves el arte chileno?
-En Chile los pintores son bastante más independientes que otros artistas, más difíciles de manipular…Uno los ve menos relacionados a la política partidista.
Es más difícil ver a un pintor apoyando una campaña que a un actor.
-Sí. Me gusta que la pintura sea política, pero no partidista. Que plantee temas, moleste, genere controversia, más que la pintura que pueda ser utilizada por equis partido. Además que en estos tiempos es difícil que un pintor se sienta cómodo en una actividad política partidista. Es lamentable que no haya políticos que generen que uno los apoye. En lo personal no podría ponerme la camiseta por nadie. Y creo que ese es el sentir de los artistas más jóvenes. Quizás esté equivocado… Hay algo que no me gusta -entiendo las razones comerciales para hacerlo-: cuando hablan de la generación de artistas jóvenes.
¿Por qué no?
-No me gusta el arte basado en la fecha de nacimiento. Hay artistas jóvenes que de arte joven no tienen nada y hay arte joven que está haciendo gente de mucha edad. Me pasa con Hugo Marín y ciertos trabajos suyos, como esas cabezas pequeñas de cuero, muy punkis en su estética, que me encantaría verlas en una muestra de arte joven.
Dijiste en una entrevista que tu arte es a prueba de tontos.
-Prefiero trabajos que tienen la fuerza suficiente para explicarse por sí mismo y no con ayuda de un texto. Los trabajos que mejor funcionan son los que en distinto grado pueden ser apreciados por el mayor número de gente. No me gusta cuando solo entiendo si leo la explicación. Es un defecto de planteamiento. El trabajo tiene que defenderse por sí solo. No tiene por qué el artista andar explicando. No me gusta ese planteamiento de “quiero gente que sepa”, porque en general no sé mucho… El trabajo tiene que tratar de ser lo más fuerte posible, por último para que se malentienda.
¿Y qué piensas de la moda por el realismo?
-No solamente está en Chile, sino a nivel internacional. Para mí no es atractivo. El realismo que he visto es menos académico, una fórmula más, sin virtuosidad con respecto al dibujo. Son pocos los casos en que se logra hacer realismo realmente. De hecho, me he fijado que en las exposiciones de realismo, a la gente le pasa cada vez más seguido decir “oh, esto parece una foto”, lo que es un defecto porque es la transcripción de una foto.

Foto: Alejandro Olivares