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Nacional

30 de Octubre de 2012

UDI inicia blindaje de Golborne luego de resaca municipal

“Nosotros nunca fuimos partidarios de presidencializar la campaña municipales, como Renovación Nacional en eso tenemos tranquilidad, mucha claridad de consciencia”, declaraba ayer en La Moneda Carlos Larraín, el presidente del partido de Piñera, después de participar en un extenso comité político en el que se analizó la derrota de la derecha en las elecciones municipales. […]

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“Nosotros nunca fuimos partidarios de presidencializar la campaña municipales, como Renovación Nacional en eso tenemos tranquilidad, mucha claridad de consciencia”, declaraba ayer en La Moneda Carlos Larraín, el presidente del partido de Piñera, después de participar en un extenso comité político en el que se analizó la derrota de la derecha en las elecciones municipales.

Sus palabras siguieron la línea de reproche instalada la noche del domingo por el ministro de Defensa, Andrés Allamand tras conocerse la debacle de la derecha: haber permitido -y en algunos casos impulsado- la participación del ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, en la campaña municipal fue un error que estaría pasando la factura a su imagen.

Aunque al interior de la UDI reconocen que efectivamente Golborne corrió un riesgo y perdió, él es el candidato mejor posicionado para enfrentar a Michelle Bachelet en una eventual elección presidencial y los cinco puntos porcentuales que separaron a la Concertación de la Alianza en los comicios del domingo “son remontables”.

Pese a esto, reconocen el tenor de su derrota: el ministro apoyó sin éxito las candidaturas de Jaime Brahm en Puerto Montt, Emilio Armstrong en Concepción, Rubén Malvoa en Conchalí, Daniel Escobar en Quinta Normal, Miguel Angel Garrido en San Ramón, Carlos Contreras en El Bosque, Joaquín Lavín en Maipú, Sol Letelier en Recoleta y de su amigo Pablo Zalaquett en Santiago.

En este último caso la derrota fue doble: al tratar de evitar que el ministro Golborne celebrara en el balcón de la municipalidad de Santiago junto a Pablo Zalaquett, dando por sentado que el ex alcalde de La Florida derrotaría a Carolina Tohá, el gobierno se pegó un disparo en el pie pues no solo no logró frenar el inicio de la campaña presidencial sino que generó un hecho político de un absurdo que -para más remate- no resultó como lo esperaban y dejó a la derecha con una desagradable imagen triunfalista.

De cualquier forma, la primer salida del ex gerente de Cencosud al terreno político tuvo más negativo que positivo, en todos los análisis aparecía como uno de los rostros de la derrota, algo que Andrés Allamand buscó capitalizar la noche del domingo invirtiendo la teoría que ha levantado la UDI: las elecciones derrotaron a las encuestas. Sí, pero en su lectura, para mal. “Candidatos a los que no se les atribuía ninguna posibilidad de triunfo, han conseguido éxitos notables”, dijo como si hablara de su 2% de respaldo en la última encuesta CEP.

Por eso, el presidente de su partido reforzó su agenda después del comité político argumentando que la Alianza debe abrirse a un trabajo político más acentuado y van a insistir en la idea de las primarias “la propia Concertación se benefició y ahí tenemos una comprobación empírica, indesmentible”.

Parece claro que la idea de Allamand y los suyos es instalar la idea de la necesidad de un proyecto político que sólo su opción ofrecería a la derecha. Y este proyecto debiera someterse a una primaria para elegir a un candidato único para diciembre de 2013.

En la UDI ya están cansados de esta propuesta, pero si tanto insisten Allamand y amigos, habrá primarias. Al menos esa es la postura del diputado Iván Moreira, que cree que el ministro de Defensa quiso ganar una ventaja “de una derrota y esa misma noche en vez de solidarizar sacó aplausos fáciles y ventaja política mezquina con un discurso e insinuaciones, echándole la culpa a la Alianza y al Gobierno de la derrota. Si él cree que con esto va a ganar una primaria, Laurence Golborne y Pablo Longueira están disponibles para ganar esa primaria”.

Aunque para él la imagen de Golborne sigue indemne, al interior del partido de Jaime Guzmán reconocen que las municipales significaron un “raspón” para Golborne. Pese a esto sigue siendo el candidato más competitivo, por lo que la estrategia del partido será blindarlo en masa. Para ello, explican, es muy probable que una vez afuera del gabinete y sin opciones reales, el ministro de Economía, Pablo Longueira se convierta en su jefe de campaña y escudero.

Parte de esa defensa se vio ayer en La Moneda, cuando el presidente de la UDI, Patricio Melero, negó que las municipales hubieran estado teñidas de presidenciales:

“La única presidencialización que yo vi fue la de la doctora Bachelet colgada en todo Chile. No vi ninguna otra”, disparó Melero. ¿O es que acaso son presidenciables Evelyn Matthei, Carolina Schmidt, Joaquín Lavín, Luciano Cruz Coke o Pablo Longueira? Se preguntó molesto.

Sin embargo, en la UDI saben que Allamand tiene una ventaja comparativa que intentará potenciar en los próximos días, especialmente después de su salida del gabinete -que según el vocero de Gobierno Andrés Chadwick, debiera suceder antes del 11 de noviembre. Se trata de su imagen de estadista frente a la imagen de un Golborne más cercano, que toca la guitarra pero no tiene grandes habilidades políticas. “No tiene un pasado político y eso se tiene que construir”, explican.

Por eso trabajan en el diseño de un relato que mezcle ambas cualidades, pues saben que es precisamente su cercanía con la gente la que lo hace competitivo con Bachelet.

En la tienda de la calle Suecia reconocen que efectivamente, Allamand salió mejor parado de la derrota electoral del domingo, por no haberse involucrado en la campaña y por, aparentemente, haber actuado en el marco de las normas. Sin embargo, explican, en política el cariño pesa y aunque muchos de los candidatos de Golborne perdieron sus elecciones, el ministro de Obras Públicas hizo una inversión más que un gasto, pues ese apoyo podría devolverse en el futuro.

Además, otra de las lecciones de las elecciones del lunes es que la militancia en un partido puede ser contraproducente -el mejor ejemplo de esto es que solo una independiente logró destronar a Cristián Labbé en Providencia después de 16 años-. Por eso, explican en la UDI, no habría presiones para que Golborne se afilie a la UDI.

“Si Golborne es el candidato de la UDI, si es militante o no, no es relevante”, explicó Moreira, confiado en la competitividad del más probable candidato de su partido.

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