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Opinión

13 de Diciembre de 2012

La Ley de Pesca peruana que camina a la inversa de la ley Longueira

El 25 de agosto de este año, el presidente peruano Ollanta Humala firmó el decreto 005-2012 impulsado por el Ministerio de la Producción de ese país que en el año 2002 reemplazó a la cartera de Pesquería. En el peor de los escenarios para Chile en la Corte Internacional de Justicia esta nueva norma podría […]

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El 25 de agosto de este año, el presidente peruano Ollanta Humala firmó el decreto 005-2012 impulsado por el Ministerio de la Producción de ese país que en el año 2002 reemplazó a la cartera de Pesquería. En el peor de los escenarios para Chile en la Corte Internacional de Justicia esta nueva norma podría comenzar a regir para los 38.000 kilómetros cuadrados de mar que Lima pretende anexar a su territorio.

La normativa, más conocida como la ley de las cinco millas, establece como punto central la reserva exclusiva para los pescadores artesanales el trabajo en las cinco primeras millas, en sentido totalmente opuesto a la Ley Longueira que ha venido impulsando el ministro de Economía y que reduce de cinco a una milla el espacio de pesca reservado exclusivamente para los pescadores chilenos.

Según esta nueva ley, en este espacio se produce el 65 % de la biomasa de la anchoveta, la principal fuente de alimentación de diferentes peces, además de ser la especie más pescada en Perú. Por eso, justificó el ministerio peruano, se estableció dicha zona de reserva para el consumo humano directo.

Esta normativa divide el mar en tres partes según el tipo de embarcación, estableciendo la zona de exclusión de las primeras cinco millas para las embarcaciones artesanales con una capacidad de bodega de 0 a 10 metros cúbicos. El destino de la pesca de estos debe ser únicamente el consumo humano directo.

La segunda zona está comprendida entre la milla 5 y la milla 10 y está reservada exclusivamente para las denominadas “embarcaciones de menor escala”, con una capacidad de almacenaje de entre 10 a 32.6 metros cúbicos. Al igual que lo que establecía la norma chilena antes de que se modificara, estas embarcaciones deberán incorporar un sistema satelital de seguimiento y control.

La última zona abarca el mar entre las 10 y las 200 millas desde la orilla y está destinada a la pesca industrial.

Según la legislación peruana, cada embarcación debe tramitar un permiso de pesca anual y cumplir con tres requisitos: el pago del derecho de pesca calculado según el tamaño de bodega, hacer una declaración jurada de las descargas que hace en puerto y realizar actividad pesquera por al menos una vez su capacidad de bodega al año. Muy diferente a las concesiones por 20 años renovables que establece la ley que hoy se discute en el Parlamento.

El hermano de Humala

Aunque el decreto peruano fue aplaudido por distintos sectores dentro del mundo conservacionista y algunos grupos de pescadores artesanales, la ley despertó sospechas porque, curiosamente, Alexis Humala, hermano del presidente peruano, posee tres embarcaciones de mediana escala a su nombre y es acusado de tener otras siete en manos de testaferros que ahora tendrán una zona de pesca de anchoveta exclusiva. Incluso, los sectores opositores a la nueva norma la llaman la Ley Alexis.

Según la Sociedad Nacional de Pesquería, asociación gremial que reúne a los principales pescadores industriales de Perú, el decreto crea un corredor exclusivo para más de 1.500 embarcaciones y fomenta la sobreexplotación de la anchoveta, ya que la pesca en esta franja no se destinaría al consumo humano sino que iría a parar a las fábricas de harina de pescado.

Richard Inurritegui, presidente de la asociación, aseguró que “no existe en el Perú demanda de anchoveta para consumo humano directo que justifique la asignación de este corredor exclusivo para 1.500 barcos”.

Artesanales divididos

Aunque la principal oposición a la norma ha venido desde el mundo industrial, algunos grupos de pescadores artesanales han manifestado su rechazo debido a que estiman que la nueva norma abre las puertas a un mercado negro de harina de pescado entre las embarcaciones de mediana escala.

A mediados de octubre la oposición llegó a manifestarse en las calles, con bloqueos en Ilo y en Chimbote por grupos de trabjadores en barcos industriales que decían que la norma les haría perder sus empleos.

En tanto, los más felices son los dueños de las embarcaciones más pequeñas, que estiman que la ley les da garantías para preservar sus empleos y cuidar el recurso. “Los industriales y pescadores que ha protestado no son auténticos artesanales, por eso se oponen a una norma que les prohibe pescar dentro de las 5 millas. Ellos son los que deprendan la pesca que debe ir a la mesa popular”, señaló a RPP Reinaldo Sabogal, dirigente de pescadores artesanales de la región de Ancash.

Posiciones similares tomaron grupos de pescadores artesanales de las regiones de Lima, Arequipa, Tacna, Ica y Callao.

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