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Mundo

16 de Marzo de 2013

Sueña: El Papa quiere una Iglesia pobre para los pobres

Vía Elmundo.es Decidir llamarse Francisco en sí mismo tan revelador como escribir una larga y sesuda encíclica. Pero esta mañana, en su primer encuentro con los periodistas, el Papa ha explicado por qué adoptó el nombre de San Francisco de Asís, el santo de la pobreza y de la paz. “¡Cómo me gustaría una Iglesia […]

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Vía Elmundo.es
Decidir llamarse Francisco en sí mismo tan revelador como escribir una larga y sesuda encíclica. Pero esta mañana, en su primer encuentro con los periodistas, el Papa ha explicado por qué adoptó el nombre de San Francisco de Asís, el santo de la pobreza y de la paz. “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”, ha asegurado.

Y no sólo eso. A los miles de periodistas congregados en el aula Pablo VI del Vaticano Francisco les ha dado la bendición más exquisita, tolerante y bondadosa que se recuerde que haya ofrecido nunca un Papa: “Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia católica, otros no son creyentes. De corazón les doy la bendición en silencio, respetándoles, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios”, ha asegurado en español, su lengua materna, metiéndose a todo el auditorio en el bolsillo.

“Este Papa es increíble”, era el comentario unánime de los periodistas a la salida de la audiencia con Francisco. “Va a ser un Pontífice revolucionario”. “En una semana este argentino es capaz de poner el Vaticano patas arriba”. “Es demasiado bueno para ser verdad”. Todo en esa línea.

Francisco sigue rompiendo moldes, y está mañana se ha convertido en el primer Papa que revela algunos detalles del Cónclave.

El Papa leía un discurso en el que analizaba la tarea de comunicar cuando, en un momento dado, ha aparcado el texto y se ha puesto a hablar espontáneamente. “Algunos no sabrán por qué he decidido llamarme Francisco. Os voy a contar una historia…”, ha comenzado.

El Pontífice ha explicado que durante el Cónclave estaba sentado en la capilla Sixtina junto al cardenal brasileño Claudio Humes, ex arzobispo de São Paolo y ex prefecto de la Congregación para el Clero. “Un gran amigo”, en palabras de Francisco. “Cuando la cosa comenzaba a ponerse peligrosa, me reconfortaba”.

Cuando consiguió los 77 votos necesarios para convertirse en Papa, el Papa ha contado que los cardenales rompieron a aplaudir. “Humes me abrazó, me besó y me dijo: ‘No te olvides de los pobres'”. Esas palabras: los pobres. Pensé en san Francisco de Asís. Luego pensé en las guerras, mientras el escrutinio proseguía. Pensé en Francisco, el nombre de la paz. Y así entro ese nombre en mi corazón: Francisco de Asís. El hombre de los pobres, de la paz, que ama y custodia al creador. Y en este momento con el creador no tenemos una relación tan buena!, indicó con una sonrisa cómplice. “¡Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres!”.

El Pontífice también bromeó con algunos de los nombres que algunos cardenales le sugirieron. “Alguien me dijo que debía de llamarme Adriano por Adriano IV, el gran reformador. Otros me sugirieron Clemente XV en venganza contra Clemente XIV, que suprimió la compañía de Jesús”, aseguro con sorna el primer Papa jesuita de la historia.

Francisco, como en todos sus discursos desde que el miércoles por la noche se convirtiera en Papa, insistió en que lo fundamental en este momento es volver a colocar “a Cristo en el centro”. “Sin él ni Pedro ni la Iglesia existirían y no tendrían razón de ser”. Y admitió que la Iglesia tiene “sus virtudes y sus pecados”.

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